La Autoridad Portuaria de Las Palmas ha alcanzado un “acuerdo puntual” con el Sindicato de Estibadores para desbloquear parte de la carga de ayuda humanitaria que permanece paralizada en los contenedores. Según fuentes de La Luz, los estibadores han aceptado dejar pasar las 8.000 toneladas de grano ensacado que el Programa Mundial de Alimentos pretende hacer llegar al Sahel. La ayuda humanitaria debe salir este sábado en un barco con destino al puerto de Duala, en Camerún.
Se trata solo de una parte de las 30.000 toneladas totales que la USAID (la Agencia Estadounidense de Desarrollo Internacional) trasportará a África a través del Puerto de Las Palmas. De las primeras 15.000 toneladas, 7.000 fueron cargadas a granel y partieron esta semana en un buque con destino al mismo puerto. Las restantes, aún esperan en el muelle ante la negativa de los estibadores de permitir que los contenedores sean transportados hasta la terminal de carga de Opcsa. Las 15.000 toneladas restantes aún no han llegado a puerto.
Tras los primeros contactos establecidos este miércoles, que han derivado en una solución temporal, la negociación continuará en los próximos días, para asegurar la fluidez del traspaso de la ayuda. Los estibadores mantienen un litigio “por el no empleo de portuarios en los sistemas automatizados (operaciones exentas por ley de mano portuaria), que han trasladado de forma inexplicable a la recogida y entrega de los contenedores con ayuda humanitaria con destino a Camerún”. Los estibadores exigen que el transporte de los contenedores “no lo realicen las empresas transportistas, como es habitual, sino estibadores, lo cual no está contemplado en la legislación vigente de los servicios portuarios”, explica el comunicado.
El presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, está en conversaciones con las partes para que no fracase la primera experiencia de utilizar el puerto de Las Palmas como base internacional de ayuda humanitaria a África, máxime en estos momentos de crítica situación de hambre en el Sahel. Las organizaciones humanitarias están observando con especial atención la primera experiencia piloto que se realiza en Las Palmas, cuyo resultado negativo podría dañar su continuidad y la imagen internacional del Puerto grancanario.