Las cuentas de la empresa de la alcaldesa de Mogán confirman su actividad económica entre 2014 y 2017
La alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno (Ciuca), sostiene con vehemencia que la empresa de la que es propietaria y administradora única y a la que inyectó 120.000 euros en 2017 no tiene actividad económica alguna desde que asumió el cargo en 2015. Sin embargo, el cotejo de las cuentas anuales deja al descubierto que no dice la verdad. Hay movimientos para saldar deudas a terceros por servicios prestados.
Así, el perfil comercial de la sociedad Ernesto Fernández Morales SL refleja que su índice de actividad es muy alto. En 2014, un año antes de ser elegida alcaldesa de Mogán con los votos del PSOE, Onalia Bueno se convirtió en administradora única de esa empresa que había adquirido en 2008 al 100%, tras un traspaso del que no figura rastro de cantidades entre el dueño original, Ernesto Fernández Morales, la pareja de Onalia Bueno y finalmente ella misma, todo el 14 de abril de 2008.
Pero fue en 2014 cuando la entonces aspirante a desbancar del cargo a su antiguo jefe de filas del PP y alcalde entre 2003 y 2015, Paco González, tomó el control de la empresa al cederle su pareja el cargo de administrador único. En ese mismo año, la empresa contrajo una deuda de 128.540 euros, que forma parte de sus pasivos corrientes denominados “acreedores comerciales y otras cuentas a pagar”.
En las cuentas no figura al detalle cuáles han sido esos gastos y quiénes son esos acreedores que han prestado servicios a la mercantil durante estos años, pero sí dice: “Estos importes hacen referencia a los proveedores que por su naturaleza son acreedores comerciales por deudas con suministradores de bienes y servicios”.
Esas mismas cuentas confirman la actividad económica al reflejar la evolución de la deuda: si en 2014 era de 128.540 euros, en 2015 se rebajó en casi 3.000 euros hasta 125.540 euros, en 2016 quedó en 122.157 euros y finalmente en 2017, cuando Bueno realiza la ampliación de capital ingresando en efectivo 120.000 euros en la caja social de la empresa, se liquida la deuda y queda en 621 euros.
Al contrario de lo que mantuvo la alcaldesa en el pleno municipal del jueves 30 de marzo –y da por bueno el secretario municipal, “por lo que dice ella” (sic)- es esa reducción de la deuda, pagos a terceros por medio de esos 120.000 euros que en su momento ingresó en la cuenta de la empresa, el dato que demuestra la actividad de la empresa. Y al ser Onalia Bueno la administradora única desde 2014, es la única que puede haber gestionado esos pagos de servicios a terceros entre 2014 y 2017.
Además, en ese mismo pleno y en un momento de desprecio hacia las críticas de la concejala de la oposición Isabel Santiago (NC), la alcaldesa afirmó que no necesita el dinero que cobra como alcaldesa para vivir “porque ese dinero lo gano yo con cuatro alquileres”. No hay rastro del cobro de alquileres por bienes inmuebles en la mercantil que ella asegura estar inactiva. Y si está inactiva no puede emitir facturas ni contratar alquileres, pero en el pleno afirmó percibir esas rentas. Esos alquileres paralelos que dice cobrar la alcaldesa de Mogán tampoco figuran en su declaración de bienes de 2015, cuando fue elegida cargo público tras las últimas elecciones.
La inactividad de la empresa que defiende su dueña y administradora única, si lo hubiese estado durante más de un año [ya han pasado casi cuatro desde su toma de posesión], debería conllevar el proceso de disolución de la misma. Y esto no se ha producido porque no aparece recogido en el certificado del registro mercantil.
Por contra, la actividad también se refleja en 2017, no solo por ingresar 120.000 euros en efectivo en la cuenta de la empresa, que Bueno dice que corresponden al valor de una finca donada por su padre, sino por el cambio formal de actividad, que pasó de ser la venta de zapatos al alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia. Y esa presunta donación que hizo su padre a Bueno también debería haber sido declarada ante la Agencia Tributaria, por medio del modelo 651.