Las obras de la IV fase de circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria registran un sobrecoste del 31% sobre el presupuesto inicial de manera que de los 90 millones previstos en un principio se alcanzan ya los 120 millones. El Gobierno de Canarias se ha visto obligado a emprender un segundo modificado del proyecto que afecta al enlace de la circunvalación con la autovía de Tamaraceite-Arucas-Costa debido los cambios que han surgido durante la ejecución de las obras. Estas variaciones se centran en aspectos como el trazado, drenaje, cimentación de dos viaductos y de varios pasos superiores, iluminación y la eliminación del túnel artificial de Lomo Grande lo que implica que no se tengan que derribar cuatro viviendas y dos negocios.
La primera modificación del proyecto supuso un sobrecoste de 15 millones lo que trajo consigo un aumento del 16,4 % y el segundo sumó 13,1 millones con lo que se añadió otro 14,4 % más. La Consejería de Obras Públicas ha justificado estas modificaciones “por la necesidad de resolver los inevitables problemas que van surgiendo a medida que se desarrollan las actuaciones necesarias para ejecutar los distintos elementos que componen la nueva autovía”.
El resto de estas modificaciones por ser de interés general, según el Gobierno canario, se han generado en distintas Administraciones competentes sobre aspectos que pueden afectar a la ejecución de la obra. En todo caso, se añade que para la redacción de los cambios “se han buscado en todo momento soluciones que respeten en la medida de lo posible el contenido del proyecto original, no sólo en sus aspectos más técnicos sino también en su concepción y funcionalidad”.
Las variaciones del trazado se han planteado para evitar la ejecución de dos viaductos en el barranco de Cardones dado que la capacidad de los terrenos es inferior a la esperada sobre todo por la aparición de cuevas bajo la superficie. De esta manera aunque se llevaron a cabo estudios geotécnicos antes de comenzar los trabajos lo cierto es que luego se presentaron “circunstancias imprevistas” que obligaron a variar las previsiones iniciales. También se cambia el principio del trazado ajustándolo al ya existente lo que permite aprovechar casi un kilómetro de lo ya construido.
La cuarta fase de circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria se adjudicó por 91,1 millones a finales de 2007 a una Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por cinco compañías, las obras se iniciaron el 4 de diciembre de ese año y tenían que estar acabadas el 3 de junio de 2011.
Los trabajos permanecieron paralizados durante cerca de doce meses a causa de la indisponibilidad de algunas de las parcelas sobre las que se iba a trabajar. El primer modificado se aprobó el 6 de junio de 2011 y la propuesta para emprender el segundo se presentó el 26 de enero de 2012 aunque aún no ha recibido el visto bueno definitivo. El Gobierno canario ya ha mostrado su temor a que esta actuación se vea ralentizada tras los recortes que prevé llevar a cabo el Estado durante el próximo año de manera que si ya era difícil ejecutarla con su presupuesto inicial aún más complicado será acabarla con los imprevistos que ahora han surgido.