Las medidas urgentes del Ministerio de Trabajo aprobadas por el Gobierno central con motivo de los incendios forestales ocurridos en Canarias entraron este sábado en vigor tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) e incluyen exenciones y moratorias en el pago de las cuotas a la Seguridad Social.
Estas ayudas reguladas en una orden del Ministerio y recogidas en el Real Decreto-ley 7/2007, de 3 de agosto, fueron aprobadas por el Consejo de Ministro, que acordó una paquete de medidas para paliar los daños causados por los incendios.
Según las ayudas aprobadas, en el caso de suspensiones o extinciones de contratos laborales motivados por el fuego, el empresario queda exonerado de abonar las cuotas a la Seguridad Social mientras dure la suspensión y las indemnizaciones por despido correrán cargo del Fondo de Garantía Salarial.
Además, las empresas y trabajadores por cuenta propia obtendrán una moratoria de un año en el pago de las cuotas de la Seguridad Social de los tres últimos meses, entre otras cuestiones.
En la orden se faculta a los distintos titulares de los departamentos ministeriales, en el ámbito de sus competencias, para dictar las disposiciones necesarias y establecer los plazos para la ejecución de lo establecido.
Medidas que podrían haber llegado antes
Sin embargo, el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, lamentó este sábado la falta de celeridad por parte del Gobierno canario en la concesión de las ayudas económicas destinadas a las personas que perdieron sus casas u otros bienes en el incendio ocurrido este verano en la isla.
Pérez, que participó en la primera actuación del Plan de Acción Integral de Reforestación iniciado en el sur de la isla de Gran Canaria, junto a 200 voluntarios, señaló que así como se colaboró “muy bien y estrechamente” entre el Cabildo y el Ejecutivo regional en su extinción, “ha faltado celeridad y un poquito de diligencia en el mes de agosto” en la tramitación de las ayudas.
El presidente del Cabildo de Gran Canaria lamentó que el Gobierno rechazara la propuesta que se le propuso de canalizar las ayudas a los ayuntamientos de la isla afectados por el fuego a través del Cabildo, pues consideró que ello ha motivado la demora.
La alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, María del Pino Torres, coincidió con las críticas de Pérez y rechazó que se pueda atribuir a los ayuntamientos estos retrasos, al tiempo que destacó el intenso trabajo desarrollado por el que rige, que se ha centrado en estas labores.
Además, Torres aseguró que los “vecinos y vecinas de su municipio no dejarán de cobrar las subvenciones” e informó de que el pleno de la corporación aprobará un estatuto del voluntariado para trabajar en asuntos de emergencia y necesidad que se puedan producir en el municipio.
Pérez subrayó la labor desarrollada por la corporación insular y declaró que se han pasado las facturas a las dos administraciones competentes del gasto asumido por el Cabildo para reparar las conducciones hidráulicas dañadas del Consejo Insular de Aguas. Dijo que estos trabajos ya se han concluido y suponen un “ejemplo de diligencia que podía haber sido copiado por el Gobierno canario y no lo ha hecho”.
El presidente del Cabildo aseguró, por otra parte, que desde la corporación se repondrán las plantas y árboles perdidos por los agricultores que carecen de seguro por tratarse de un coste que se puede sufragar y en el que espera colaboren otras instituciones. Así mismo, confió en que las tareas de limpieza en los barrancos se incluya en la próximas contrataciones de empleo para que se lleven a cabo cuanto antes.
Sobre la actuación iniciada este sábado, Joé Miguel Pérez destacó que supone el comienzo de una tarea importante para reparar los daños causados por el fuego y evitar que las lluvias arrastren las cenizas y malezas por los barrancos.
Esta acción de reforestación ha sido organizada por la Fundación Canaria para la Reforestación Foresta, en colaboración con el Cabildo y con el Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana y abarca una superficie de 1,2 hectáreas de dos palmerales. En uno de ellos se prepara el suelo ante la llegada de las próximas lluvias y se recogen residuos forestales y remueve el suelo para propiciar el abono natural de la ceniza y dejar el terreno en un estado óptimo para una próxima recuperación. Y en el otro palmeral, las labores consisten en la limpieza para evitar que sea susceptible de un incendio, con talas de hojas de palmeras secas y recogida de residuos, entre otros trabajos.
Foresta ha recaudado más de 123.000 euros tras la apertura de dos cuentas corrientes en La Caja Rural de Canarias para solventar las consecuencias de estos incendios.