LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 21 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Canarias ha puesto en marcha un estudio dirigido a optimizar la producción y la calidad de variedades tradicionales de tomate para obtener un producto gourmet mediante la aplicación de hongos micorrícicos, microorganismos benéficos del suelo y que permiten el intercambio de nutrientes entre ambos organismos.
Así, junto al Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), pretende seguir las tendencias que marcan esta producción en Europa, orientadas a recuperar el sabor, especializarse en segmentos y conseguir la diferenciación del producto, según ha informado el Ejecutivo autonómico en nota de prensa.
En concreto, la utilización del hongo se traduciría en diversas aportaciones positivas para las plantas tomateras, que se beneficiarían de las aportaciones de agua y nutrientes que, por su naturaleza, los hongos tienen mayor facilidad para obtener del suelo. Además, mejoran el crecimiento de la planta y la protegen frente a posibles enfermedades.
En este sentido, la institución ha asegurado que la incorporación de las “avanzadas” prácticas de cultivo a la variedad tradicional canaria 'Manzana negra' y la aplicación de estos organismos beneficiosos, permitirá reducir el aporte de fertilizantes, “aumentando así la sostenibilidad del proceso de producción tanto en sistema ecológico como en cultivo sin suelo”.
Las especies canarias que nacerían de los estudios del ICIA permitirían obtener una plantas con ciclo más corto que los híbridos actuales, que llegaron al archipiélago en los años 40 y se derivan de los que crucen entre varias especies llegadas del Reino Unido y América.
Desde el ICIA se ha confiado en que “muy probablemente” dicha especie podría generar dos plantaciones por zafra, constituyéndose como una alternativa rentable para las zonas en las que, por motivos geográficos o sociales, no es viable el cultivo con entutorado alto y descuelgue de tallos.
ESTUDIOS PREVIOS DEL ICIA, AVANCES EN EL CULTIVO
El ICIA se ha basado en varios proyectos previos desarrollados en este ámbito, que han permitido establecer nuevas técnicas tecnológicas para el cultivo del tomate de invierno para exportación, capaces de generar “importantes” incrementos productivos que hacen posible mantener la rentabilidad del cultivo.
Sin embargo, estos mismo estudios mostraron los puntos críticos de dichas pautas desde el punto de vista medioambiental, sugiriendo la necesidad de estudiar vías para reducir la aplicación de fertilizantes químicos.
Con motivo de contrarrestar la utilización de productos químicos, desde el Instituto se ha planteado la utilización de los hongos durante la fase temprana de la planta, una acción que podría aumentar “considerablemente” la eficiencia de uso del fósforo, el macronutriente de mayor coste por unidad fertilizante y también, aunque en menor grado, el de otros nutrientes, lo que se traduciría en una reducción de líquidos.
De esta forma, se conseguiría mejorar la sostenibilidad del cultivo y, en definitiva, optimizar técnicas de cultivo de tipos de tomate tradicionales con mayor calidad organoléptica y nutricional, destinados a nichos específicos de mercado y que puedan ser diferenciados mediante marcas de calidad como etiquetas de producción ecológica o integrada, entre otros distintivos.
OTRAS APLICACIONES DEL ESTUDIO
El estudio abordará también la aplicación de hongos micorrícicos en cultivo sin suelo, en el que éste es sustituido por soluciones que contienen nutrientes minerales, con o sin un medio inerte como sustrato, aspecto de “gran novedad” y del que existen “muy pocos precedentes” a nivel mundial.
Por otro lado, se analizará la influencia de las condiciones de cultivo, como el suelo o sustrato, el manejo del riego y la fertilización, el clima, y la época de la recolección durante la zafra sobre la calidad final del producto y los efectos en el sabor, valor nutricional, contenido en compuestos antioxidantes y bioactivos, así como en su comportamiento postcosecha, “con el fin de establecer pautas que permitan obtener una óptima calidad organoléptica y nutricional de los frutos”.
Aparte de la importancia de los resultados científicos y las aplicaciones que los mismos puedan tener para el sector agrícola, el proyecto contribuirá a poner en valor este importante recurso fitogenético y su conservación.
TECNOLOGÍA PARA TRIPLICAR RENDIMIENTOS
El Gobierno de Canarias ha apuntado a la importancia económica que el cultivo de tomate tiene en las islas debido a los puestos de trabajo que genera, tanto en el cultivo como en el proceso de empaquetado y comercialización, que se unen a las actividades auxiliares que dan trabajo a más ciudadanos.
Es por ello que ha considerado necesario establecer un Plan Estratégico para mejorar su competitividad y asegurar la viabilidad futura del cultivo de tomate de exportación a través de medidas basadas en la aplicación de los resultados de estudios del ICIA, tales como modernización de las estructuras productivas o la implantación de actuaciones tecnológicas que consigan triplicar los rendimientos obtenidos por el sector, así como la optimización de las condiciones de transporte.
Asimismo, ha sostenido que la supervivencia del sector del tomate exige un proceso de innovación continua, teniendo en cuenta el aumento de la demanda de productos de calidad, así como el aumento de los requerimientos medio ambientales, “particularmente importantes para Canarias debido a la alta fragilidad de los ecosistemas insulares y frente a la gran proporción de superficie cultivada dedicada a la agricultura intensiva”.
Por último, ha concretado que estas novedades respecto al cultivo tomatero se aplicarán conjuntamente a las labores tradicionales de manejo de las plantas, como el entutorado alto y el descuelgue, el deshojado y el deshijado para optimizar la captura de luz solar, que han resultado ser un factor decisivo para lograr el importante incremento productivo de estas pautas.