adjudicadas en 2004 desde Urvitel por Toñi Torres (PP) a Grupo Europa
coordinación
Porque el modus operandi de Grupo Europa es bien sencillo: ofrece a los ayuntamientos un auténtico pelotazo político con la construcción de viviendas de protección oficial (VPO) a coste cero para las arcas municipales. A la luz pública, es un claro beneficio electoral de grandes réditos entre la población: “Vamos a construir una vivienda al día”, fue la frase célebre atribuída a Toñi Torres cuando firmó el contrato con Grupo Europa el 30 de septiembre de 2004.
Grupo Europa recibe suelo municipal de los ayuntamientos o de sus empresas urbanísticas (Geursa en la capital, Urvitel en Telde o Gestmogán en Mogán) a coste cero y se hace cargo, a través de Gestión de Cooperativas Europa, de todas esas empresas en materia de promociones de viviendas. El contrato firmado en Telde, por ejemplo, contempla una duración del mismo de seis años, hasta 2010, con prórrogas de dos años.
El negocio es redondo para los ayuntamientos, que deben poner a disposición de Grupo Europa el suelo para construir, pero también lo es para la adjudicataria de esos servicios contratados en septiembre de 2004 por Urvitel: pasa el riesgo financiero de las promociones a las cooperativas que crea como destinataria final de las viviendas. Al final, quien asume el riesgo es el ciudadano al que en teoría pretende beneficiar esa política de “construir una vivienda cada día”.
Y es que el beneficio de Grupo Europa se centra, sobre el papel, en la gestión (6% de honorarios) y la puesta en marcha de los proyectos, además de los pases de suelo en propiedad: del ayuntamiento a la empresa municipal, de ésta a Grupo Europa y al final a las cooperativas. Porque controla todo el proceso como hilo conductor de la operación.
Dos hombres clave: José Luis Mena y Pedro Pablo Santana
Pero en Telde algo falló: el listado inservible de suelo puesto a disposición de Grupo Europa -vía Urvitel- a finales de 2004 por el área de Urbanismo y Patrimonio, con José Luis Mena, jefe de servicio de la concejalía de Guillermo Reyes, y Pedro Pablo Santana, responsable del área de Patrimonio Municipal como referentes, no había por dónde cogerlo.
Eran suelos poco aptos para viviendas por su realidad física, con fuertes desniveles, sin inscripciones claras en el Registro de la Propiedad, por falta de licencia de segregación, de ratificación de herederos de la cesión al ayuntamiento, por pertenecer una parte a la Consejería de Sanidad o por la existencia de propietarios ocupando parcela, o por no poder desarrollar una unidad de actuación por encontrarse un particular en la misma. Un embrollo que impedía remover una piedra.
El reparto de poderes tiene estas cosas. Tanto, que con el paso de los meses sin poder llevar adelante una sola obra, en verano de 2006 se propuso oficialmente desde Urvitel la creación de una mesa de trabajo “a fin de solventar los problemas de los suelos con destino a la construcción de viviendas protegidas”, recoge el informe de la Gerencia al que ha tenido acceso CANARIAS AHORA.
El objetivo no era otro que reunir oficialmente en torno a esa mesa a quienes tenían en su mano la liberación del suelo: responsables de Urbanismo, Planeamiento, Patrimonio, Servicios Jurídicos y Vías y Obras. Pedro Pablo Santana, responsable del área de Patrimonio Municipal, como llave del suelo, estaba llamado a ser el coordinador de la mesa en la que también figuraban su jefe de servicio, José Luis Mena, así como arquitectos, abogados y asesores de concejales con competencias en el caso.
Aparte de que nunca llegaron a reunirse de esa forma oficial, de nada sirvió porque el problema del suelo para las viviendas sigue sin resolverse hoy: no han sido “liberados” los terrenos de una sola de sus trabas burocráticas. Una fuente de Urvitel, a preguntas de CANARIAS AHORA este lunes, sobre los motivos de tanto contratiempo -de septiembre de 2004 a prácticamente el estallido del caso Faycan el 1 de marzo de 2006- con el listado de suelo, no pudo dar con la clave del embrollo: “¿Conflicto entre los políticos por el reparto de poderes? No sé, a lo mejor es simplemente una cuestión de ineptitud”.
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