Fortunato Arteaga, el hombre de paja del presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo (PSC-PSOE), dentro de la trama de presunto cohecho que investiga el juzgado de la isla colombina, la Fiscalía Anticorrupción y la Guardia Civil en la denominada operación telaraña, también habría cometido un presunto delito de cohecho internacional con autoridades de Guinea Ecuatorial, según consta en una pieza separada del caso.
Tanto la Fiscalía Anticorrupción como el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de San Sebastián decidieron en mayo pasado desglosar del sumario principal la investigación desarrollada en la pieza separada 666 / 2010, que implica a Arteaga Castilla, hijo del conocido promotor y constructor de referencia en la isla, Ramón Arteaga Álvarez, en el presunto intento de compra del ministro de Justicia y Culto de Guinea Ecuatorial.
En un auto judicial de noviembre pasado al que ha tenido acceso CANARIAS AHORA, el magistrado Álvaro Rodríguez Bernaldo de Quirós justificaba la orden de entrada y registro en las oficinas de Ramón Arteaga Álvarez SL y en el domicilio particular de Fortunato, no sólo por sus vínculos en las presuntas operaciones ilícitas del ex senador socialista Casimiro Curbelo, sino también por el cohecho internacional detectado por la Guardia Civil.
Las investigaciones revelaron la relación que mantenía Arteaga Castilla, a través de uno de sus empleados en Las Palmas de Gran Canaria, con el cónsul ecuatoguineano hasta septiembre de 2010, Benjamín Mayé Ntutumu. El testaferro de Casimiro Curbelo y su empleado habrían logrado que el ex cónsul terciera ante el ministro de Justicia, Culto e Instituciones Penintenciarias de su país con el fin de lograr la adjudicación de la construcción de un grupo de prisiones en Bata, capital de Guinea Ecuatorial.
El contrato de la constructora gomera con el Estado africano asciende a 37 millones de euros, y para lograr su adjudicación, de las conversaciones interceptadas por los agentes se desprende que Fortunato Arteaga “ya libró un talón por importe de 20.000 euros que recibió el Sr. Mayé para, supuestamente, hacérselo llegar al Ministro de Justicia guineano, persona que, a cambio de dicha prestación. adjudicará las obras referidas”.
El constructor gomero, además, había alcanzado previamente un primer acuerdo por el cual pagó 19.200 euros a Benjamín Mayé, con el fin de que el ex cónsul crease una sociedad en Guinea Ecuatorial “y para ciertos gastos no determinados dirigidos a preparar la operación”.
Las pesquisas determinaron tras los registros efectuados en noviembre pasado la existencia de una sociedad en Guinea Ecuatorial con el nombre de Ecuatocanarias, participada por los hermanos Fortunato Segundo y Ramón Jorge Arteaga Castilla, además de dos guineanos de nombre Salvador Obiang Ngumea y Teodoro Ebang Ekuaga.
Fortunato Arteaga llegó a viajar al país presidido por Teodoro Obiang Ngema durante los primeros días de noviembre de 2010, y de aquel viaje señalan las investigaciones que “las operaciones siguen fructificando pues así se desprende las conversaciones mantenidas por el Sr. Arteaga al regresar de su viaje, en la que también se pone de manifiesto que D. Benjamín está realizando trámites con el Ministro de Guinea para poder introducir en el país la maquinaria de D. Fortunato sin tener que abonar gastos de aduana”.
Los resultados de la investigación de esta trama paralela dentro de la telaraña gomera arrojan que Fortunato Arteaga fue quien contactó con el ex cónsul y este le propuso el negocio ilícito, del cual se sigue el rastro de los movimientos bancarios realizados en una cuenta corriente cuyo titular es Fortunato Segundo Arteaga Castilla.