El eurodiputado canario del PP y presidente de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo, Gabriel Mato, reivindicará mañana en Bruselas la necesidad de que se negocie un nuevo acuerdo de pesca entre la Unión Europea y Mauritania.
En este sentido, Mato presentará ante la Comisión de Pesca un proyecto de recomendación en el que reclama el rechazo del actual protocolo al considerar que “no resulta rentable”, puesto que es caro para las oportunidades de pesca y las condiciones que establece.
Asimismo, está previsto que tras la presentación del documento por parte del eurodiputado canario tenga lugar un intercambio de puntos de vista con expertos en el tema.
Para ello se contará con la presencia del presidente de la Asociación de las Organizaciones Nacionales de Empresas Pesqueras de la Unión Europea (Europêche), Javier Garat; el gerente de la Asociación de Armadores de Marín (Galicia), Juan Carlos Martín Fragueiro; y el presidente de la sección artesanal de la Federación Nacional de Pesca (FNP) de Mauritania, Sid' Ahmed Abeid.
A ellos se sumarán el director de estudios de la empresa Oceanic Developpement, Benoît Caillart, que desarrolla trabajos relacionados con la pesca y la transformación de los productos del mar y que ha realizado actividades en Mauritania, así como el presidente de la Asociación de arrastreros congeladores de pesca pelágica (PFA), Gerard Van Balsfoort.
Con todo ello, explica Gabriel Mato, se pretende generar un debate “profundo” sobre el tema y el contenido del proyecto de recomendación de cara a sumar esfuerzos que permitan que desde las instancias comunitarias se replantee la actual situación y se inicie la negociación de un nuevo convenio que no lesione los intereses de los pescadores comunitarios ni de la actividad pesquera generada en Canarias alrededor de dicho caladero.
El acuerdo pesquero más relevante
El presidente de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo recuerda la importancia que tiene para la UE el acuerdo pesquero con Mauritania, al ser el más relevante en términos de volumen y variedad de productos pesqueros, así como en contrapartida financiera.
El acuerdo da acceso a un centenar de barcos de doce Estados miembros, distribuidos en ocho categorías que incluyen pesca pelágica, demersales y merluza, marisco y atunes.
Mato insiste en que el actual acuerdo resulta insuficiente en cuanto a las posibilidades de pesca, además de incorporar una condiciones técnicas abusivas, tal y como ha quedado patente en el hecho de que, a excepción de algunos atuneros, el resto de flota no ha solicitado licencias provisionales.
Mato viene denunciado, asimismo, el daño que representa para la flota cefalopodera española con base en Las Palmas de Gran Canarias la prohibición de pesca en dicha modalidad sin que, insiste, haya razones biológicas para ello.
Igualmente, ha criticado que esta restricción de las zonas de pesca se haga extensiva, además a todas las flotas, incluida la pelágica, lo que supone una reducción drástica de las capturas.
Incremento financiero
Por otro lado, el eurodiputado canario ha puesto de manifiesto que el actual protocolo contempla un incremento de la partida financiera respecto al anterior, cifrándolo en 110 millones de euros al año, de los que 70 millones los aporta la UE y el resto la industria en concepto de cánones por licencias de pesca. A su vez, ha denunciado que para los armadores representará un incremento del coste en torno al 300% y 400%.
A esto, añade, se suman costes indirectos que contribuyen a encarecer aún más el acuerdo, como son las obligaciones de desembarcar y transbordar en Mauritania, contratar a un 60% de los marineros mauritanos por barco, repostar en dicho país y llevar un segundo sistema de seguimiento VMS.
Todas estas circunstancias, insiste Mato, no benefician ni a la UE ni a Mauritania. En el caso del primero, explica, resulta negativo porque las condiciones de explotación de pesca impiden su rentabilidad, mientras que en el caso de Mauritania, la ausencia de flota europea que se ha evidenciado le privará de una gran parte de la contrapartida financiera, sin contar la riqueza generada en la población costera local por la actividad de los buques y los salarios de los marineros, entre otros aspectos.