LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 26 (EUROPA PRESS)
Padres de niños autistas en Gran Canaria denuncian que llevan dos años y medio sin cobrar la ayuda que aseguran que el Gobierno regional les debe abonar en virtud de la Ley de Dependencia.
“No nos ha pagado absolutamente nada”, aseguró a Europa Press la madre de un joven de 19 años afectado de autismo, Isabel Ramírez García, que destacó que esta situación afecta a al menos cuatro familias de Gran Canaria y reclamó una reunión urgente con la consejera regional de Bienestar Social, Juventud y Vivienda, Inés Rojas, para solucionar este problema.
Explicó que tanto ella como otras tres madres presentaron las solicitudes de ayudas el 14 de abril de 2008 y resultaron aprobadas. Sin embargo, no han cobrado “nada”.
“SE ESTÁN RIENDO DE NOSOTROS”
“Me da rabia cuando veo lo que ganan los políticos y que nosotros estemos pendientes de una cantidad irrisoria de 500 euros mensuales y que nadie haga nada por estos niños, grandes dependientes, que necesitan ese dinero para ser atendidos”, subrayó la perjudicada, que indicó que el pasado mes de enero un trabajador social se desplazó hasta su domicilio para pedir su número de cuenta corriente a fin de efectuar los ingresos, pero no se han realizado.
Ramírez confiesa que está “cansada de ser buena gente”. “Parece que se están riendo de nosotros”, lamentó. Igualmente, criticó “amiguismo” en la concesión de estas subvenciones a “personas que han presentado” la documentación después de estas familias afectadas.
Por otro lado, denunció la falta de cumplimiento del “compromiso verbal” de la consejera de Bienestar Social y del Colegio de Odontólogos para el tratamiento bucodental de los niños autistas. “Parece que nuestros niños no tienen derecho a nada”, protestó Ramírez, que dijo que a su hijo “no se le ha mirado la boca nunca porque no se deja”, por lo que, al igual que los afectados por este trastorno del desarrollo, requiere un trato especial.
La mujer aludió al drama familiar que vive, ya que ella tiene una invalidez del cien por cien al sufrir fibrosis pulmonar, por lo que lleva “una bombona de oxígeno portátil” cuando sale a la calle. Su marido cobra alrededor de 700 euros de paro y deben hacer frente a una hipoteca y a un préstamo personal por una operación urgente de otra hija.