El Parlamento de Canarias, en contra de la declaración de interés insular de Dreamland y con intención de revisar la Ley del Suelo
El Parlamento de Canarias ha apoyado revisar la Ley del Suelo y ha rechazado la declaración de interés insular del proyecto Dreamland en Fuerteventura en una iniciativa conjunta de CC-PNC-AHI y PP (que apoyaron en su momento la citada norma) y Sí Podemos Canarias, que se ha desmarcado del resto del pacto de gobierno.
Pese a las críticas expresadas por el grupo socialista, finalmente los cuatro puntos incluidos en la proposición no de ley que presentaron conjuntamente las citadas formaciones fueron aprobados por el pleno del Parlamento regional, que tiene previsto debatir otra segunda iniciativa sobre la misma cuestión formulada por PSOE, Nueva Canarias y Agrupación Socialista Gomera (ASG).
En concreto en esta primera proposición se ha aprobado el punto referente a instar al Gobierno de Canarias a iniciar la revisión normativa de la Ley del Suelo y de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias, y en especial, el procedimiento de declaración de interés insular y autonómico de proyectos de iniciativa privada. El objetivo de esta medida es incorporar el reparto de beneficios que genera la reclasificación de suelos por los nuevos derechos urbanísticos adquiridos, mediante cesiones de suelo para uso público, las compensaciones económicas correspondientes por los aprovechamientos urbanísticos adquiridos tanto a los territorios afectados como al Cabildo y equivalente, como mínimo, a la revalorización del suelo.
Así es el Proyecto Dreamland
A 440 metros del pequeño desierto de las Dunas de Corralejo, se gesta ahora la construcción de Dreamland, una ciudad del cine proyectada sobre 160.001 metros cuadrados de suelo rústico común. El objetivo de los promotores es desarrollar una ciudad cinematográfica dedicada a la creación audiovisual y al ocio turístico en una parcela adquirida por 80.000 euros a la empresa RIU y contará con cuatro áreas diferenciadas.
La primera, de 13.089 metros cuadrados de superficie, estará dedicada a aparcamientos y a un helipuerto. La zona B incluirá un espacio recreativo para turistas con un museo de realidad virtual, locales comerciales y restauración. En la zona C tendrá lugar la producción audiovisual con platós, oficinas, camerinos y talleres. Por último, la zona D acogerá las instalaciones generales como la depuradora o el centro de recepción del suministro eléctrico.
Este miércoles, la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial ha solicitado un informe de afección ambiental y biodiversidad del proyecto Dremland Studios y la realización de un estudio de impacto ambiental alternativo al presentado por el promotor bajo los principios de prudencia y desarrollo sostenible. Además el Parlamento ha mostrado su posición en contra a la declaración de interés insular del proyecto Dreamland Studios por ubicarse en suelo rústico común, aislado, en un suelo virgen, sin conexión de suministros ni servicios, no antropizado y contrario a lo preceptuado en la ley del Suelo y de los Espacios Naturales Protegidos de Canarias, por no tener continuidad con el suelo rústico.
Al respecto, recuerda que el proyecto se pretende edificar en una “tampón” de la Reserva de la Biosfera, junto a la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) Dunas de Corralejo e Islas de Lobos, la Zona Especial de Conservación (ZEC) Corralejo y el Parque Natural de Corralejo. Finalmente la Cámara pide dar traslado de este acuerdo al Cabildo de Fuerteventura y a la Consejería de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias.
En la defensa de la iniciativa el diputado de Sí Podemos Canarias Francisco Déniz dijo que la autorización al citado proyecto es un efecto “perverso” de la ley del Suelo y señaló que su apoyo por parte del Cabildo de Fuerteventura se produjo en una situación “grotesca” con el “disfraz” de diversificación económica para “más turismo, más turismo y más centros comerciales por si faltaba alguno más”.
A su juicio, este proyecto es “una barra libre para destruir suelo rústico protegido en beneficio del interés particular empresarial” que en su propio informe apunta que el 86% de sus ingresos, unos 18 millones de euros, provendrán del turismo y el resto, unos 3 millones, de la industria cinematográfica. “Es un parque temático disfrazado”, insistió Francisco Déniz, para quien hay que rectificar el articulado de la ley del Suelo que permite “esta coladera”.
Por el grupo Popular Fernando Enseñat afirmó que el PP ha dicho de forma clara, rotunda y sin ambigüedades que rechaza la ubicación del proyecto, aunque está a favor de la inversión privada en la isla, y apuntó que el problema es que se ha utilizado mal y “tergiversado” la ley del Suelo. Mario Cabrera, del grupo Nacionalista Canario, consideró que la ley no es mala pero hay que mejorarla porque “tiene filtros” y se ha hecho un mal uso en la declaración de interés general insular de un proyecto que va en contra del bien de la isla, del sentido común y de sus valores, ha generado el rechazo social y puede ocasionar una presión brutal sobre el suelo rústico.
Por el grupo Mixto la diputada Vidina Espino apuntó que no vale retorcer la ley del Suelo para un proyecto que tiene previsto ocupar 16 hectáreas de suelo rústico a 400 metros de las dunas de Corralejo y prevé un consumo de 672 litros de agua al día en una isla con emergencia hídrica.
Jesús Ramos, de ASG, opinó que si no estuvieran cerca las elecciones locales lo más probable es que todos los grupos hubiesen suscrito una única iniciativa en este ámbito, para señalar que la ley del Suelo no es mala, pero hay que solventar “ciertos matices”.
Por Nueva Canarias Luis Campos subrayó que la formación siempre ha rechazado la ubicación elegida para Dreamland y por ello su representante en el Cabildo de Fuerteventura “ya no forma parte de NC” después de que tomase una decisión “al margen del partido”, que le prohibió votar a favor del proyecto.
La socialista Rosa Bella Cabrera consideró “llamativo y surrealista” que partidos que dirigieron la política territorial durante 26 años y aprobaron la ley del Suelo “tengan la desfachatez de venir a dar lecciones de urbanismo, desarrollo y sostenibilidad”, y añadió que con esta norma “crearon el problema” y ahora utilizan “la demagogia con total incoherencia y anteponen el ruido” al interés público
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