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Recomendaciones para un día de calor

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha emitido una serie de recomendaciones después de que la AEMET haya activado el aviso naranja (riesgo importante) en la provincia de Las Palmas por temperaturas que podrán alcanzar hasta los 38 grados.

La Consejería ha querido recordar la importancia de atender ciertas medidas para evitar efectos negativos para la salud ante el incremento de temperaturas y la presencia de calima en el ambiente, en especial entre los colectivos más vulnerables: las personas mayores, los niños y los enfermos crónicos.

Una de las medidas fundamentales es beber más agua, independientemente del tipo de actividad que se esté llevando a cabo, y no esperar a estar sediento. En mayores y enfermos crónicos debe hacerse al menos cada hora para evitar la deshidratación.

Se debe evitar el consumo de bebidas con cafeína, alcohólicas o muy azucaradas. Hay que evitar hacer comidas copiosas y no consumir preparados fácilmente contaminables (ensaladillas, mayonesas, etcétera) y optar en cambio por una alimentación rica en frutas y verduras (con la precaución de lavarlas antes del consumo).

Para los grupos más vulnerables (ancianos, niños y enfermos crónicos), en los días de mucho calor es mejor quedarse en casa. Para el resto, lo prudente es no exponerse al sol demasiado tiempo o en horarios en que los rayos solares llegan más verticalmente (de 12.00 a 16.00 horas).

En caso de tomar el sol, hay que hacerlo de forma progresiva y con precaución (empezar con sesiones de 15 a 20 minutos y aumentar sin superar exposiciones de dos horas seguidas). Siempre es recomendable usar cremas solares con un factor de protección mínimo de 30. Los menores de tres años no deben tomar el sol.

Ambiente fresco

En el domicilio hay que mantener un ambiente fresco y bien ventilado. Únicamente en caso de presencia de calima en el ambiente se deberán mantener bien cerradas puertas y ventanas. Los aparatos de aire acondicionado deben programarse a una temperatura moderada, en torno a los 24 grados.

Si a pesar de estas medidas preventivas se dieran síntomas de trastorno por calor, se recomienda refrescarse con una esponja o toallas húmedas, tomar un baño si no se tiene mareos, beber líquidos frescos sin alcohol y, si los síntomas no remiten, solicitar ayuda al médico lo antes posible.

Es importante reducir la actividad física y el ejercicio físico al aire libre cuando el calor es excesivo, y protegerse con sombrero y usar ropa cómoda y holgada si finalmente hay que salir de casa.

En caso de calima se debe evitar también salir al exterior, ya que el polvo en suspensión contribuye a resecar las vías respiratorias, y se puede provocar un agravamiento de afecciones o síntomas relacionados con enfermedades respiratorias, tales como el asma.

La exposición a la calima puede producir molestias torácicas, tos, palpitaciones, fatiga o incremento a la susceptibilidad a infecciones respiratorias, al menos durante los cinco días posteriores al inicio del episodio.

Las personas sensibles a este tipo de episodios -como niños, ancianos y personas con enfermedades respiratorias o cardiovasculares crónicas- deben evitar, en la medida de lo posible, la exposición al aire exterior manteniendo las ventanas cerradas.