‘Cozidos’, expresión sin control ni censura
En esta riada de mercancía y producción industrial, discursos carentes de variedad en el estilo, ideas mercantilizadas, interesadas, actividades compulsivas y corrientes que nos arrastran de manera más o menos consciente, más si cabe, en estas fechas en las que nos adentramos, Cozidos, feria de autoedición de fanzines, viene a suponer un afluente para el refugio o alivio, sobre todo de creadores. Cozidos es un encuentro de artistas en pequeño formato, una actividad lúdica que permite y fomenta la construcción y reconstrucción del pensamiento crítico y creativo por estar abierta a la participación y muestra las creaciones de los artistas que, a pocos dejan indiferentes. Para Toni Lemus, alma máter del proyecto, es como una lupa por la que miras las cosas pequeñitas que son las que quedan y las que se cuelan por las calles, por los barrios, allí donde las personas también desean el arte. Como dice un aforismo del poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade hablando sobre tamaños y alcances, “la soberanía de las naciones alcanza el espacio aéreo y marítimo, pero no alcanza el corazón de las personas”.
El local de trabajo del artista Rafael Moreno -Tapia, Estudio 37 en la calle Valencia del barrio de Las Alcaravaneras, en Las Palmas de Gran Canaria, es el lugar donde por segundo año consecutivo se ha celebrado Cozidos. Un espacio no muy grande que, desde sus inicios hace cinco años, ha albergado diferentes propuestas y eventos artísticos. En esta ocasión y muy al margen de los productos de venta a los que estamos más acostumbrados, más allá de la pura mercancía, objetos elaborados con atención y mimo y alguna actuación, han sido expuestos por artistas y sellos como Sandra March, Irene León, Roberto Equisoain Obanos (Eki, Eki), Tebu Guerra más implicado con la escritura, Rafael Moreno – Tapia, Néstor Cano, Pablo Alberto Petete, Javier Manrique, Iván Vilella, Valiente Circunstancia, Eugenio de la Torre, Sergio Sánchez, Noelia Verona, Albert Alonso Expósito, José Deskiciado y Toni Lemus.
El viernes 3 de noviembre tuvo lugar el Taller de Autoedición de Fanzine Salvaje, ofrecido por Sandra March. Se trató de hacer fanzines a destajo. Giró en torno a cuatro conceptos: el absurdo, la tergiversación, la deriva y la manipulación.
Para el sábado 4 de noviembre y ya dispuesto el local con varias mesas expositivas, tuvimos la oportunidad de acercarnos a tocar las creaciones, apuestas directas y decididas. De vez en cuando y sin un orden preestablecido, acogidos por un espíritu lúdico y festivo, los artífices nos sorprendieron a lo largo del día con diferentes actuaciones. Conciertos, monólogos y actividades más de improvisación como la escritura de Tebu Guerra o las demostraciones de Eki, Eki, para hacernos sentir y vivir a través de las sensaciones corporales lo que muchas veces nos cuesta entender a través de la razón.
“La realidad es que se juntan personas de distintos campos artísticos atraídas por el tema de la autoedición; autodidactas, ilustradores, escritores, fotógrafos…creen que la autoedición es una vía sin censuras para expresarse y que puede llegar a muchas personas, en este caso intentan contagiar de emociones al barrio de las Alcaravaneras”, explica Toni Lemus. “Los vecinos pueden participar o simplemente observar y curiosear, también tomar una cerveza por una mínima colaboración económica”. Toni hace uso de la lupa a modo de metáfora para explicar qué es Cozidos. “Imagínate que vas caminando y te encuentras una lupa. ¿Qué haces? Lo más probable es que empieces a fijarte en las cosas pequeñitas. Pues esa es la intención, -asegura- Toni. Ojalá hubiera trecientas lupas como ésta, y la gente se fijara más en lo pequeño y dejara de anhelar lo grandioso. Estas son cosas que llegan y te quedan dentro”.
Tebu Guerra, otro de los organizadores, además de recitar algunos de sus textos mientras los asistentes disfrutaban de la muestra, improvisó en varias ocasiones sentado frente a una máquina de escribir para los solicitantes. El interesado pone dos palabras sobre la mesa y él teclea y da realidad a un escrito sobre la marcha.
“Hoy se han dado cita aproximadamente quince proyectos fanzineros, -comenta Tebu-, desde los más artísticos, pasando por los literarios, fotográficos, etc. Además de las actuaciones hay un mural para crear in situ”. Para él, un fanzine es una publicación que puede hacer cualquier persona con un presupuesto irrisorio. “Las nuevas tecnologías nos permiten hacer trabajos más sofisticados, como se puede ver, pero también hay quien opta por los más clásicos, un corta pega, fotocopias y poco más”.
Entre la muestra de los variados ejemplares encontramos algunos muy críticos, otros más lúdicos y abundan las expresiones de los que están enfadados con el mundo, opiniones contestatarias y que, de otra manera difícilmente serían puestas a la luz.
“El fanzine tiene mucho de objeto”, -asegura Tebu-, “pululan formatos originales, como puede ser una tabla de skate rota, una caja de cigarrillos o cualquier otra cosa convertida en libro. Tiene un halo de protesta y no pasa por los canales de la producción masiva. Al no estar financiados y ser autogestionados no tienen censura y exige la creación de principio a fin. Es una experiencia bonita. Desde la idea, hasta elegir el formato, maquetarlo, imprimirlo, distribuirlo…te ocupas de todo. Es increíble ver la creatividad que se despliega en este tipo de eventos, te rompe los moldes y provoca las ganas de hacer, muchas veces reprimidas”.
El tercer organizador es Rafael Moreno –Tapia, gerente del espacio Estudio 37 y siempre preocupado no sólo de su obra artística, sino de formar a las personas para que se familiaricen con el arte y la creación. “Cozidos es un formato de exhibición y participación que intenta salirse del marco normal de las manifestaciones artísticas y está abierto a cualquier edad. No es un formato nuevo, desde luego, pero aquí, en Gran Canaria no se ha trabajado tanto como en península. No está supeditado a normas, se sale del formalismo, se está libre, y por eso surgen cosas”.
Este año da clases de secundaria en el Instituto Pérez Galdós, y ha involucrado a los alumnos en la creación de fanzines. En esta ocasión, uno de los proyectos presentados, viene de la mano de los alumnos. “No puse como evaluable que vinieran, si no, hubieran venido todos”, – Rafa ríe y continua-, “todos los fanzines, en este caso, se han elaborado con tijeras y pegamento, no podían usar los medios tecnológicos a los que están acostumbrados y eso potencia la vertiente creativa”.
17'' de Libertad
Rafa no es fanzinero pero como artista plástico está en la misma línea. Él ilustra y dibuja de una manera aislada del contexto en sí del libro. “El que hace un trabajo de fanzine está intentando hacer una pieza que tiene sentido y valor desde la portada hasta la contraportada, -explica-, el fanzinero intenta convertir el libro en un objeto y salirse del campo de lo que se apodera internet, la tridimensionalidad no entra en una pantalla. La inmediatez de los fanzines no es la misma que la de las tecnologías. El conocimiento que necesitas para el uso de programas y aplicaciones ya te separa de esa inmediatez. Aquí el único miedo que tienes que superar es el miedo al papel en blanco. Hay manualidad, mayor impronta, que con un ordenador. Yo no estoy en contra de los ordenadores, sólo señalo las diferencias. Son dos campos diferentes”.
A la Feria Cozidos nos trae alguna obra suya que ha expuesto y el proyecto fanzinero 17“ que ha ejecutado con los alumnos del Instituto Pérez Galdós. Algunos de ellos han venido a visitar los stands de la feria y están teniendo la oportunidad de ver lo que está pasando aquí. Verónica Marrero y Elena González, alumnas de cultura audiovisual, nos explican bajo qué parámetros empezaron a trabajar. ”Teníamos que crear un fanzine con el lema 17“. De lo que quisiéramos. Lo podíamos afrontar libremente y emplear la imagen, el dibujo, el collage pero no las tecnologías digitales. La verdad es que fue una buena experiencia. Yo busqué que fuera vistoso y gustara, que la portada llamara la atención de la gente. No tener la censura de que el profesor nos dijera, esto está mal, me pareció maravilloso”.
La aportación voluntaria para la bebida, la venta de lo expuesto y algunas aportaciones privadas hacen posible este tipo de eventos con el que se pretende transmitir que tú, él, yo y cualquiera somos libres para crear, editar y maquetar lo que queramos.
Sin renunciar al disparate
Sandra March asegura que expresarse desde un punto de vista emocional, de un modo lúdico, fomentando la creatividad, es necesario para transmitir ideas y cambiar cosas, para poder hacer otras lecturas sobre lo que pasa. Ayuda a valorar los elementos desde otros puntos de vista, a ser más abierto y así entender a otras personas. Una feria como Cozidos, en medio de las calles, le parece una buena forma de popularizar el arte y hacerlo llegar a más gente.
La presencia de Roberto Equisoain Obanos (Eki, Eki) en esta feria fue demoledora para con lo acostumbrado, lo normal. Hablar con él de su obra no fue posible. Bla, bla, bla, bla…fue su respuesta a mis preguntas. Roberto genera libros objetos precisamente porque hay cosas que no se pueden expresar con el discurso lógico, toda su obra ronda en torno al significado y al significante. Tiene en su stand expuesto, una serie de objetos que te hacen “experienciar” algunos libros. Por ejemplo, el titulado Hermetismo, que se trata de un bloc en blanco, sólo con el título en la primera hoja e introducido en un táper transparente con cierre hermético. Con la lectura del libro, desde lo que el libro le evoca, Eki, Eki, genera su libro-objeto, considerando que no todo puede ser expresado con palabras, o bien que hay otras vías de comunicación que dan prioridad al significante. El significante guarda una estrecha relación con la psique, la materialidad del sonido llega a las fibras íntimas del inconsciente, siendo percibida por los sentidos. Un sonido convoca tanto para el hablante como para el oyente, una serie de asociaciones y de percepciones que se encuentran ajenos al concepto, apela a nuestro entendimiento mediante la capacidad de abstracción. La experiencia del libro sobre la cual Eki no puede hablar o ha decidido no hacerlo, la comunica a modo de representación. Dando a su discurso un carácter encubierto que necesita de una labor participativa activa. Obliga al lector a buscarle otro sentido, pues el literal carece de sentido.
Un espacio para el enigma
Acostumbrados a interpretar el mundo mediante conceptos, a través de la razón, Eki propone acercarnos a la realidad a través del significante, por donde obtendremos una percepción del mundo, a través de los sentidos, que se relacionan con el cuerpo, no con la mente.
Como defendía Lacan, Roberto admite y transmite que la relación entre significado y significante no es fija, sino cada nuevo acercamiento al significante puede implicar, por las posibilidades asociativas que conlleva, que esta momentánea aceptación no tenga un significado fijo. Así la Biblia, o las normas de la policía, libros objetos de Eki, pueden hacerte llegar a nuevas conclusiones. Temas tan espesos como estos para la mayoría, este artista con un punto conceptual, nos los acerca al barrio como si trajera una taza de café que cualquiera puede tomar.
Las intervenciones de Eki te dejan descolocado, y sin asideros aparentes. Pero la profundidad de sus muestras, alboradas y pensadas nos llevan a comprender los límites impuestos y aceptados convencionalmente. Alude a la capacidad metafórica del lenguaje. Al igual que la literatura vanguardista, su meta es buscar los medios de expresión de una experiencia “nueva” que no se encuentra en el código conocido. Delicado, muy sensible y trabajador, así lo define Toni Lemus.
Aday Mateo, asistente a la Feria, alaba el toque humorístico irónico y ácido que ha percibido tras darse una vuelta por las mesas. Chema Moreno resalta que son artistas. “Claro que quieren vender pero el rollo comercial es secundario”. Le ha llamado la atención la capacidad que tiene un soporte tan pequeñito de expresar algo. “Con las obras de Eki, Eki, me ha dado la risa”, dice Chema. No sé si es llegar al extremo o no, pero me parece muy interesante.
Conexiones y dinamización en el barrio
La mayoría de las obras presentes en la feria de autoedición Cozidos es un intento de lograr el sentido partiendo del sin sentido, sitúa en primer plano la satisfacción de haber posibilitado lo que la crítica prohíbe. Ejercer las humanidades, relegadas en nuestros días a un segundo plano por la economía, como si se tratara de agua y aceite, irreconciliables de momento. Pone de manifiesto el carácter divino que le hemos asignado a una herramienta como la economía, que basta con ser un instrumento para regular las actividades comerciales y utilizar mejor los recursos públicos en beneficio de la ciudadanía. A ello hizo referencia un texto de los que leyó Tebu Guerra y terminaba así; “Compra y devalúa más tu propio precio. Compra. Tú compra. Que tú eres mi compra”.
Cozidos no pretende crecer a lo grande, asegura Toni Lemus, pero sí en calidad. “Lo que más deseamos es que en futuras ediciones podamos contar con la participación de los vecinos del barrio. Por ejemplo estaría bien que la peluquera tuviera un pequeño espacio donde vender los fanzines, o que el lavacoches contribuyera con su local para el día de la feria y poder interactuar en él, el del bar igual… No sé, me imagino poder cerrar la calle para el día de la feria y que cada vez seamos más los involucrados”.
Y así nos despedimos, hasta el próximo año, por las calles del barrio y cavilando sobre la vida cotidiana como muchos de los fanzines y publicaciones que hoy se han generado y avanzarán sin rumbo a cualquier destino.