El Gobierno de Canarias baraja la posibilidad de volver a exigir a los clientes de los hoteles certificados de vacunación o test COVID para contener su propagación ante el avance de la pandemia en los últimos días. Sin embargo, esta medida “no está decidida, aunque está sobre la mesa”, ha afirmado este viernes el vicepresidente del la comunidad autónoma, Román Rodríguez. “Estamos evaluando la posibilidad de, si fuera necesario, insistir en recuperar en las instalaciones hoteleras los test” que verifiquen que quienes se van a alojar en ellos no han contraído la COVID-19, bien sea mostrando análisis que confirmen que no lo tenían en los dos días anteriores a su llegada como máximo o certificados de vacunación, ha explicado.
El vicepresidente, que ha hecho estas declaraciones ante preguntas de periodistas tras presentar en rueda de prensa las 21 Jornadas Estadísticas de las Comunidades Autónomas, organizadas por el Ejecutivo regional, ha querido aclarar, en todo caso, que esa es una cuestión todavía en estudio y sobre la que aún no se ha adoptado una determinación. Además, ha subrayado que retomar esos controles se está estudiando en un contexto de repunte internacional de la pandemia, pero que, en el caso concreto del Archipiélago, no están provocando mayoritariamente los visitantes sino sus propios habitantes.
Por esa razona, “primero, hacemos una llamada de atención a la población propia” e, incluso, “hemos subido el nivel de alerta en Fuerteventura (de nivel 1, verde, a 2, naranja)”, debido a que “la incidencia está empeorando”, ha señalado Rodríguez.
Ha recalcado que, no obstante, “la inmensa mayoría son casos entre la población local” y no provocados por la llegada de viajeros contagiados, y que, por ello, desde el Gobierno, insisten en “advertir de la distancia, la mascarilla, la higiene y el cumplimiento de las normas” preventivas que deben aplicar los ciudadanos para evitar que el coronavirus se siga propagando cada vez de forma más rápida.
Sin embargo, ha matizado que la opción de que regresen a los hoteles los controles de salud de los huéspedes podría llegar a ser conveniente, entre otras cosas porque, si bien quienes proceden de otros países, sean europeos comunitarios o de fuera de la UE, han de probar que no portan la COVID-19 al entrar a las islas, ya sea a través de aeropuertos o puertos, no ocurre lo mismo con los visitantes nacionales, por lo cual no habría garantías de si padecen o no la enfermedad las personas venidas del resto de España.