El charrán común se recupera en Gran Canaria

Plataforma en la Base Naval donde se reproduce el charrán común (EFE/ÁNGEL MEDINA G.)

Efe

Las Palmas de Gran Canaria —

Un proyecto medioambiental ideado por la Armada y el Cabildo de Gran Canaria es la esperanza de supervivencia en la isla del charrán común (Sterna Hirundo), un ave en peligro de extinción que desde abril utiliza una plataforma cercana a la Base Naval para criar a sus polluelos.

El éxito del proyecto es “enorme”, según ha desvelado el veterinario y director del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Cabildo de Gran Canaria, Pascual Calabuig, porque una pareja de charrán común ha criado en los últimos meses seis pollos, “casi tantos como en los siete últimos años” en la Base Naval,

Calabuig ha informado de que la productividad de las parejas establecidas en el Arsenal ha sido controlada por el ornitólogo Rafael Mucientes -jefe de máquinas en la embarcación de Vigilancia Aduanera, con base en la Base Naval-, quien en los siete último años contabilizó la cría de siete pollos en once puestas de huevos.

“Esta pareja cada año generaba unas molestias tremendas al atacar, picar y defecar a los marineros cuando se acercaban al nido, en ocasiones haciendo bastante daño”, ha recordado el biólogo, quien ha subrayado que los militares tienen órdenes de dejarlos tranquila porque es un ave protegida, “aunque no dejaban de ser una molestia y, a su vez, habían muchas pérdidas de huevos y pollos”.

Pascual Calabuig ha explicado que el Cabildo realizó un estudio para colocar en ese lugar una plataforma y, con la colaboración de la Armada y de una empresa privada, logró el pasado mes de enero instaló la estructura “con la suerte de que desde marzo llegaron los charranes, la ocuparon y, en abril, pusieron los primeros huevos”.

“De esa puesta salieron tres polluelos y, en el mes de junio hubo una la segunda tanda con el mismo número de crías. Con la pareja reproductora, son ocho charranes los que están a muy cerca de la Avenida Marítima. Para la ciudad y la Armada es un motivo de orgullo el que se compatibilice el respeto al medio ambiente con la defensa”, ha subrayado Calabuig.

La estructura se ubica entre el muelle de poniente de la Base Naval y la escollera de la Avenida Marítima, sin generar interferencias con las operaciones de los barcos y lo bastante lejos de la orilla para eliminar los ataques a los transeúntes.

Los señuelos y los sonidos de la especie colocados en la plataforma ayudaron a esta zona artificial de crianza, en cuya superficie hay un sustrato de grava y arena y otros elementos semejantes a los del medio natural en el que se reproducen esta ave, lo que permite al pollo camuflarse, protegerse del sol y esconderse de su principal predador, la gaviota.

Calabuig ha desvelado que próximamente podrían ponerse algunas plataformas más allí y que ya se ha contactado con la Armada. “Quieren seguir ayudando porque sus marineros ya no sufren esa molestia y, además, porque así el charrán aprovecha la abundancia de los pequeños peces de la bahía”.

El biólogo grancanario ha apuntado que la isla es una de las zonas más al sur donde el charrán común -también conocida como golondrina del mar- se reproduce y que hay pocas parejas porque las ratas, lo gatos y los perros han ocupado las zonas buenas para nidificar.

“En la actualidad se pueden contar con los dedos del cuerpo las parejas que existen en toda Gran Canaria, cuando antes habían centenares de parejas solo para la zona de las dunas de Maspalomas”, ha destacado Calabuig, quien ha indicado que ha habido años en los que solo se localizaban dos o tres parejas reproductoras.

Con todo, el director del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje del Cabildo de Gran Canaria ha destacado que ahora registran “éxitos” en la bahía del puerto de Las Palmas, “como en el dique Reina Sofía, el Muelle Deportivo o la misma Base Naval, donde llegan últimamente un mayor número de parejas reproductoras”.

En su opinión, lo curioso del proyecto de la plataforma es que todo se ha hecho “artificial” con el fin de que las aves no molesten y, sobre todo, que se sientan más seguras.

“Ha sido un placer ver como se ha desarrollado este proyecto sin interferir con el mundo laboral que la rodea al charrán y, aunque están en el epicentro de una zona de altísima actividad humana, se ha reproducido a la perfección. Ha sido un gran éxito”, ha concluido Pascual Calabuig.

El charrán común está incluido en España en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Especial Protección y del Catálogo de Especies Amenazadas.

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