Científicos, estudiantes y afectados por el incendio de Gran Canaria se unen en la convocatoria masiva para protestar contra el cambio climático
El planeta está “al borde de un punto de no retorno” frente al cambio climático. Los devastadores incendios que ha sufrido Gran Canaria este verano, la acidez de los océanos cada vez con menos vida o el aumento de refugiados climáticos son algunos de los efectos más visibles de este fenómeno y que han llevado a estudiantes, científicos, políticos y a la población en general a levantarse por el medio ambiente este viernes 27 de septiembre. En más de 50 puntos del país tendrán lugar concentraciones que cuentan con el apoyo de más de 300 organizaciones como WWF, Greenpeace o Ben-Magec.
Entre los distintos colectivos que asistirán a la manifestación de Gran Canaria, que partirá desde la plaza de San Telmo de la capital, están los afectados por los incendios de la cumbre de la Isla. “Nuestra seguridad ya no existe, nos obligan a abandonar nuestras casas, a nuestros animales, a nuestras tierras, nos desempoderan y nos echan de nuestras vidas”, señalan en un manifiesto. Además, achacan esto a las decisiones planificadas y tomadas por personas “amparadas y escondidas detrás de las instituciones”.
En este contexto, una de sus principales reivindicaciones es la declaración de emergencia hidráulica.“Ya no tenemos agua para la agricultura [...] porque el agua está a muchos cientos de metros de profundidad y ya no llueve”, señalan, y añaden que la población grancanaria está en riesgo porque solo queda un tercio de agua subterránea. “Los incendios y el cambio climático son consecuencia directa de la sobreexplotación del agua del acuífero, echar a la gente del campo y favorecer la codicia de los importadores”.
La juventud no quiere heredar un planeta muerto. Por ello, han sido los propios estudiantes los que lideran esta protesta mundial, que remata una semana de acciones y sensibilización organizada por Fridays for future. El Movimiento Canario por la Emergencia Climática advierte que Canarias vive “inmersa” en un modelo productivo insostenible y “depredador del territorio y su diversidad biológica”. A pesar de que el Archipiélago disponga de energías limpias y renovables para ser “abanderada de un nuevo paradigma mundial” sostenible y justo.
En esta línea, Ben-Magec subraya que el Archipiélago es uno de los territorios con mayor huella de carbono por la “desorbitada contribución en emisiones de gases de efecto invernadero respecto a las pequeñas dimensiones”. Según el colectivo ecologista, esto se debe a la excesiva dependencia económica de la industria turística “altamente contaminante”.
Sin embargo, la desidia ante el cambio climático que tradicionalmente ha arrastrado el Archipiélago, protagonizada en numerosas ocasiones por el Ejecutivo de Coalición Canaria, podría destruir el atractivo turístico que las Islas provocan en la actualidad. Así lo han explicado expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria en una rueda de prensa, advirtiendo que este fenómeno representa una amenaza para el confort climático que ofrecen las Islas hacia los millones de extranjeros que las visitan cada año. El deterioro medioambiental no solo afecta al turista, sino también a la población canaria, con una peor calidad del aire ante la mayor cantidad de polvo acumulado en suspensión, derivando en consecuentes problemas respiratorios e incluso dermatológicos.
Más de 17 millones de personas en todo el mundo ya han experimentado las consecuencias extremas de esta emergencia: los refugiados climáticos. Según Acnur, en 2017 se registraron 17,2 millones de nuevos desplazamientos internos relacionados con “desastres naturales” y la “degradación ambiental”. Ejemplo de ello son las sequías y desertificaciones que fuerzan a los pastores a modificar las fechas de transhumancia en busca de pastos para el ganado en Senegal o Mauritania. Según las previsiones del Banco Mundial, antes de 2050, 150 millones de personas de África, Asia y América Latina dejarán sus territorios por el fenómeno climático. El ambientalista Ezequiel Navío puntualiza que “decir que los canarios podrían ser también refugiados climáticos es una imprudencia”, pero está seguro de que el Archipiélago podría afrontar desplazamientos de refugiados en escalas diferentes a las registradas hasta hoy.
El Movimiento Canario por el Clima insta a la población a ser consciente del importante papel que juega, tanto en su rutina como en la presión que debe ejercer sobre los gobiernos. Prueba de los frutos de esta acción social fue la declaración de emergencia climática por parte del Gobierno de Canarias, una decisión formal que permite incluir este fenómeno entre las principales líneas de actuación del Ejecutivo y que entre sus primeros propósitos contempla la creación de una Ley de Transición Ecológica y Lucha Contra el Cambio Climático.