Crean un badén inteligente

Los coches que circulen a la velocidad adecuada ya no sufrirán más los incómodos saltos al pasar por un badén, gracias al nuevo badén inteligente desarrollado por la compañía Badennova. Se trata de un proyecto apoyado por la Junta de Andalucía con una inversión de 100.000 euros.

La empresa pública de capital riesgo Invercaria, impulsada por la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA) de la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, ha respaldado económicamente la iniciativa de la compañía malagueña Badennova de desarrollar un badén inteligente capaz de evitar los saltos de aquellos vehículos que circulan a una velocidad adecuada.

El novedoso badén consta de una banda reductora de velocidad que se caracteriza porque se endurece al detectar altas velocidades, actuando como un badén convencional, y se deforma y no opone ninguna resistencia a los vehículos que circulan a velocidades inferiores. El material empleado es el mismo que se usa en los chalecos salvavidas de los soldados o en las protecciones para los deportistas.

La banda reductora está llena de unos fluidos conocidos como reo-espesantes, que tienen la cualidad de aumentar su viscosidad con la velocidad de deformación, actuando como un lubricante a velocidades bajas. Sin embargo, cuando la velocidad aumenta se produce un empaquetamiento de las partículas y la fricción crece considerablemente, provocando un incremento de la viscosidad.

Badennova, que cuenta también con el apoyo de la Asociación de Jóvenes Empresarios, ha patentado ya este producto, por el que se han interesado compañías de países como Israel, Alemania, Colombia y Méjico.

El Badén Inteligente de Velocidad (BIV) tiene, además, otras ventajas, como que el fluido es biodegradable y no es tóxico, ni contaminante. Por otro lado, no existe riesgo de roturas debido a la resistencia que ofrece el plástico que envuelve a las partículas, un material creado por el Centro Tecnológico del Plástico Andaltec, ubicado en Jaén.

Además, este nuevo producto dispone de una malla antivandalismo, que mejora aún más la resistencia del dispositivo, cuya media de duración es de cinco años.