VALENCIA, 30 (EUROPA PRESS)
Un estudio en el que ha colaborado el laboratorio de Isabel Fariñas, la Unidad de Neurobiología Molecular-Ciberned de la Universitat de València (UV), describe un nuevo mecanismo de regulación génica implicado en la producción de nuevas neuronas en cerebros adultos, según ha informado este martes la institución académica.
La investigación neurocientífica sigue generando nuevas expectativas gracias a su potencial aplicación clínica para la reparación del tejido nervioso. El avance publicado en la revista 'Nature' se refiere a un fenómeno de modificación del ADN denominado “impronta genética”, cuya pérdida da lugar a diferentes enfermedades genéticas en humanos.
Los organismos diploides se caracterizan por tener dos copias o alelos de cada gen, heredadas una del padre y otra de la madre, y en la mayoría de los casos se produce la expresión de ambas copias simultáneamente. Sin embargo, en mamíferos hay genes que violan esta regla básica de la herencia, siendo expresados dependiendo del sexo del progenitor.
Este fenómeno se denomina “impronta genética” y consiste en modificaciones en el ADN que resultan en el silenciamiento de uno de los alelos durante la formación de los gametos. La pérdida de la impronta da lugar a enfermedades genéticas en humanos, como el síndrome de Angelman (con retraso mental grave y epilepsia severa) o el de Prader-Willi (de origen neuroendocrino) y se postula también como una alteración previa a la transformación neoplásica en algunos tumores.
Lo que han encontrado los investigadores es una relajación de la impronta en el gen Dlk1 en células madre del cerebro. La mayoría de las células de un ratón expresan sólo el alelo paterno de este gen; sin embargo, el estudio demuestra que en células madre neurales se produce la expresión de las copias tanto paterna como materna del gen y que la expresión de ambas copias es necesaria para la correcta formación de nuevas neuronas en el cerebro.
La pérdida de impronta genética, por tanto, puede ser un mecanismo natural de regulación de la expresión génica útil para ciertos procesos y constituye un evento regulador que no se había descrito previamente en condiciones no patológicas.
“Cualquier mejora en el conocimiento del mecanismo de impronta genética nos acerca a la identificación de posibles tratamientos para estos desórdenes del neurodesarrollo”, ha manifestado la primera autora del trabajo, Sacri R. Ferrón.
“Haber determinado la ausencia de impronta genética en genes específicos como D1k1 aporta nueva información para posibles usos futuros en terapia molecular dirigida”, concluye Isabel Fariñas, investigadora responsable de la unidad de Neurobiología Molecular del Departamento de Biología Celular y Parasitología.
El trabajo ha sido impulsado por el laboratorio de la investigadora británica Anne Ferguson-Smith de la University of Cambridge. La primera autora del estudio, Sacri R. Ferrón (University of Cambridge) se incorporará próximamente a la UV como investigadora del Programa Ramón y Cajal.