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Los datos que desmontan el supuesto 'privilegio' de los estudiantes de Canarias en la selectividad

Estudiantes realizando la EBAU en la ULPGC.

Jennifer Jiménez

Las Palmas de Gran Canaria —

Tratar las realidades de las personas que viven en las distintas comunidades autónomas de España por igual, no solo es erróneo sino que también es injusto. Lo reflejan una y otra vez distintos informes e indicadores europeos. El contexto social de un joven del País Vasco no es el mismo que el de un canario, para empezar porque en las Islas existe una tasa de riesgo de exclusión social y pobreza del 40% que en esta comunidad del norte se reduce al 14,5% (entre las tasas más bajas junto a Navarra, La Rioja y Aragón), donde además se cuenta con mejores prestaciones y servicios públicos. Informes de referencia mundial como PISA reiteran que los canarios tienen peores resultados en sus pruebas sobre Matemáticas o Lengua por el contexto socioeconómico en el que viven y no por otra causa.

Es igualmente erróneo comparar las pruebas que realiza el alumnado seleccionado para PISA con los resultados de la selectividad (en Canarias EBAU). En las primeras pruebas, los estudiantes que las realizan tienen menos de 16 años, ya que se encuentran en la etapa educativa obligatoria. Sin embargo, la prueba de acceso a la universidad la hacen jóvenes que pretenden estudiar una carrera y que cuentan, por tanto, con el Bachillerato y con un mayor nivel cultural. Sin embargo, cada vez que se acerca la fecha de estos exámenes en toda España, vuelven a surgir viejos mitos, como que esta comunidad y otras regiones del sur tiene unas pruebas más fáciles.

Mientras que en el último informe PISA, Canarias se colocó en antepenúltima posición en Lectura (con 483 puntos), en Ciencias (con 475), y en la última en el caso de Matemáticas, (con 452 puntos), en la selectividad, los estudiantes de las Islas fueron, por ejemplo, los que mejores notas sacaron en el año 2017 en el examen de Lengua Castellana y Literatura con un 7,86 de media.

Si hacemos un repaso precisamente a la prueba de Lengua Castellana y Literatura, una de las más criticadas en los medios en los últimos días, es posible comprobar cómo el ejercicio es prácticamente el mismo: un comentario de texto (a elegir entre dos opciones: literatura o artículo de opinión) en el que, dependiendo de la comunidad, las preguntas son más abiertas o más concretas. Atendiendo al examen de Castilla y León, por ejemplo, se incluyen en el examen más preguntas no solo sobre el texto sino sobre morfología y sintaxis. En Canarias, sin embargo, el estudiante se juega la nota a dos preguntas más amplias, que no facilitan la posibilidad de demostrar aptitudes en otros ámbitos más allá de la buena redacción, comprensión del texto o de los recursos estilísticos... Por tanto, hacer una valoración sobre la dificultad del examen limitándose a esta cuestión resultaría una apreciación muy vaga.

Notas ligadas al contexto

El propio vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Antonio Ramos Gordillo, ha recordado en entrevistas y declaraciones a distintos medios de comunicación estos últimos días que la EBAU está basada en la legislación española y autonómica y que un estudiante canario podría presentarse sin problema a las pruebas de cualquier otra comunidad autónoma. Además, ha lamentado que se intente desprestigiar el sistema educativo de las Islas.

Un reciente estudio, Equidad educativa en España: comparación regional a partir de PISA 2015 refuerza también la tesis de que la desigualdad es determinante en los resultados de los exámenes. Sus autores han encontrado enormes diferencias en cuanto a desigualdad y equidad educativa, donde sobresalen las Islas. En el mismo sentido se posiciona el informe Situación de la infancia y la familia en Canarias, encargado por el Gobierno regional a un grupo de expertos. El nivel social y económico de la población menor de dieciocho años en Canarias “influye decisivamente en su rendimiento académico y en la distribución de alumnos en centros educativos públicos o privados”.

La forma de evaluar la calidad de la enseñanza o el conocimiento de los estudiantes suele basarse en la información numérica de un examen. Sin embargo, en esos parámetros no se muestra, por ejemplo, que las Islas conforman la primera comunidad en incorporar la educación emocional en las aulas, una competencia que la OCDE pretende evaluar en el futuro.

Menos oportunidades y más dificultades

Mientras que la tasa de paro juvenil en España es del 14,1%, en Canarias es del 37%. Los sectores que se siguen fomentando son el de la construcción o el turismo, ligado a la hostelería. Encontrar un empleo de calidad en las islas se presenta como una misión tan difícil que muchos jóvenes optan por marcharse.

La juventud tampoco tiene apenas posibilidades de escoger qué estudiar. En las Islas solo hay dos universidades públicas (La Universidad de La Laguna y la de Las Palmas de Gran Canaria) con una oferta determinada y un número de plazas. El contexto socioeconómico no les permite muchas veces desplazarse ni siquiera a la isla vecina. Mantener una beca si además hay que contribuir económicamente con la familia se hace aún más difícil para los jóvenes de las islas no capitalinas, obligados a desplazarse.

Moverse por el territorio nacional, a pesar de que ahora existe un mayor descuento en los billetes de avión, no es la única solución para facilitar las oportunidades. A ello se le suman los gastos de alojamiento, comida, matrícula, material... cuestiones que no son fáciles de afrontar si se procede de una de las comunidades con mayor tasa de pobreza del país.

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