La noche del pasado lunes 10 de mayo fue la primera en casi seis meses sin toque de queda en Canarias. Esta medida ya no estaba en vigor en España desde el sábado anterior, con la caída del estado de alarma. El Gobierno regional intentó por todos los medios que esta restricción, junto a la del cierre perimetral, se mantuviera en las Islas, pero finalmente el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) tumbó la permanencia de la restricción de movilidad nocturna en el Archipiélago.
Esto conllevó un pequeño alivio en medio de la pandemia, pero también hizo saltar todas las alarmas. Muchos asumieron que otras medidas también dejaron de estar en vigor, lo que originó imágenes alarmantes, sobre todo, en Gran Canaria. Botellones en la playa de Las Canteras, concentraciones de un gran número de personas sin mascarilla ni distancia de seguridad en el centro comercial Yumbo o en el céntrico barrio de Vegueta fueron algunas de las fotos que dejó ese primer fin de semana sin toque de queda y que, a su vez, hicieron peligrar la buena racha epidemiológica del Archipiélago.
Por el momento, esas noches en las que una pequeña parte de la población se olvidó de la pandemia parecen haberse convertido en hechos puntuales y, lo más importante, Canarias sigue anotando una favorable evolución sanitaria. Fuentes de la Consejería de Sanidad del Ejecutivo canario consultadas por este periódico aseguran que la incidencia “sigue bajando en todas las islas, incluyendo Gran Canaria, que es donde justamente se dieron algunas de esas concentraciones”. A su vez, los “datos hospitalarios también han bajado”, por lo que estas reuniones, “por el momento, no son un elemento que generen algún tipo de distorsión” en la evolución de Canarias.
La incidencia de las Islas no se ha disparado y los contagios diarios experimentan un progresivo descenso, llegando este domingo a registrar 79 nuevos casos, la cifra más baja de los últimos seis meses. Así, cinco islas (Gran Canaria, Fuerteventura, El Hierro, La Gomera y La Palma) registran una incidencia acumulada (IA) a 14 días por debajo de la media regional, mientras que Tenerife y Lanzarote aún se mantienen unos escalones por encima.
En cuanto a la isla del Teide, el portavoz del Ejecutivo canario, Julio Pérez, reconoció la pasada semana tras el Consejo de Gobierno que, a pesar de que los datos generales del Archipiélago son buenos, “hay una preocupación singular en el caso de Tenerife”, donde los contagios parecen estar más segregados. Por su parte, Lanzarote también ha vivido en los últimos días un repunte de los casos. Sin embargo, Pérez también puntualizó que, en el caso de la isla conejera, “se sabe que la mayor parte de los contagios provienen de un único foco localizado”. Se trata de un brote originado en el ámbito deportivo, cuyo número de afectados sobrepasa los 150, lo que hace que Lanzarote registre la peor incidencia de toda la comunidad.
En cualquier caso, y pese a hechos aislados, la caída del toque de queda en Canarias no parece haber influido negativamente en la evolución sanitaria del Archipiélago, por el momento, que se une a la subida del ritmo de vacunación en las Islas, donde ya todas las personas, de cualquier edad, pueden pedir cita para la inoculación de la dosis frente a la COVID-19.