El Hospital Insular de Gran Canaria contabiliza 264 bajas por contagios de trabajadores en doce días

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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El Hospital Insular Materno Infantil de Gran Canaria, el de referencia para la ciudadanía del sur de la isla, ha contabilizado en apenas doce días, los que han transcurrido desde el comienzo del año hasta este miércoles, 264 trabajadores contagiados de COVID-19, aproximadamente el 4,5% de la plantilla de un complejo que, según la última memoria publicada por la Consejería de Sanidad, roza los 5.900 profesionales. 

Las bajas registradas en el Hospital Insular en estos primeros días de año se enmarcan en un contexto de incremento de la presión asistencial debido al aumento de ingresos de pacientes con esta enfermedad y a las dificultades con las que se están topando todas las gerencias sanitarias del Archipiélago para encontrar reemplazo a los profesionales que deben permanecer aislados tras dar positivo. En las últimas 24 horas han sido 19 las bajas. 

La sexta ola se está caracterizando por la prevalencia de la variante ómicron, que por su mayor transmisibilidad ha disparado los contagios hasta niveles nunca vistos en la pandemia. Ese aumento exponencial de la incidencia ha colapsado la Atención Primaria y, aunque el porcentaje de casos graves sobre los diagnosticados es mucho menor (debido al efecto de la vacunación y, no se sabe aún en qué medida, a la menor agresividad de la variante), la enorme contagiosidad se ha traducido ya en un pico de hospitalizaciones superior al de olas precedentes en Canarias. 

Según el último informe publicado por la dirección del hospital en sus redes internas, hasta la mañana de este miércoles permanecían ingresados en las plantas habilitadas para el tratamiento de la patología COVID un total de 169 personas. De ellas, 121 habían dado positivo en las pruebas de infección activa, 27 estaban en cuarentena, 18 habían sido ya negativizadas y 3 permanecían en estas áreas con “altas sospechas”, pendientes de confirmación. En la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) había 18 pacientes con la enfermedad y otros cinco que ya habían sido negativizados. 

La dotación real de la unidad de críticos del Insular es de 32 camas, aunque en el plan de contingencia del hospital está contemplada la habilitación de otras áreas, como las de Reanimación y Despertar, la de Cirugía Mayor Ambulatoria o, incluso, los quirófanos. Hay que recordar que desde hace unas semanas se han suspendido las cirugías programadas y solo se realizan las urgentes y las oncológicas no demorables. 

Otro dato llama la atención en el último informe publicado por la dirección del centro. De las 1.006 pruebas diagnósticas realizadas este martes en el complejo, 431 dieron resultado positivo. Es decir, casi el 43% de los test realizados, un índice muy elevado. 

La gerencia ha notificado un brote de COVID-19 en la planta 7 del ala sur, destinada a la hospitalización de personas con enfermedades oncohematológicas. Son once los afectados de momento, diez pacientes y un trabajador. Todos ellos permanecen estables sin precisar cuidados críticos. La dirección ha decidido “sectorizar” esta área, aislarla. Hasta la fecha son cinco las alas habilitadas para usuarios con coronavirus en todo el complejo. A las tres abiertas en el Materno Infantil (la 7A, la 8A y la 5B), se le suman la sur y norte de la planta 11 del edificio del Hospital Insular. 

En cuanto a la presión asistencial en Urgencias, la semana pasada (del 3 al 9 de enero) el servicio atendió a 1.463 pacientes, de los que aproximadamente el 25% (361) ingresaron en el módulo de respiratorio. Las urgencias del Hospital Insular llevan años sufriendo constantes colapsos sin que ninguna de las direcciones hayan solventado, más que con parches temporales, los problemas crónicos de espacio y de personal del servicio, un problema que se agrava ante la dificultad para derivar a pacientes a las plantas, también saturadas, lo que deriva en la ya habitual estampa de pasillos atestados de camillas.