El juez de Madrid que investiga el accidente aéreo ocurrido el pasado 20 de agosto en el aeropuerto de Barajas, Juan Javier Pérez, ha continuado este viernes con la fase testifical del procedimiento que inició este miércoles y ha tomado declaración a seis testigos presenciales del siniestro.
El magistrado, que esta semana ha imputado por homicidio imprudente a un mecánico, un técnico de mantenimiento y al jefe de mantenimiento de Spanair en el aeropuerto, ha interrogado este viernes a cuatro empleados de Newco, filial de la compañía aérea que se encarga del servicio de asistencia en tierra.
Entre esos trabajadores de Newco, han declarado la coordinadora de vuelos entre compañías aéreas y la jefa de ese departamento de coordinación de asistencia de vuelos.
Otro de los testigos que ha escuchado este viernes el titular del Juzgado de Instrucción número 11 de Madrid ha sido una azafata de Iberia que en el momento del accidente del MD-82, en el que murieron 154 personas, estaba aterrizando en Barajas y vio “el humo” que se produjo tras la explosión de la aeronave.
También ha tomado declaración a un técnico de operaciones de mantenimiento de AENA -un trabajador de las pistas- que, según han explicado fuentes jurídicas, ha relatado al magistrado que vio cómo el avión “aleaba” cuando iba a despegar.
Los tres imputados declararán el próximo 2 de noviembre
Los tres imputados, el mecánico de Spanair Felipe G.R., el técnico de mantenimiento de aeronaves, Julio N.B., y el jefe de mantenimiento de la compañía en el aeropuerto de Barajas, Jesús T.A., declararán ante el magistrado el próximo 12 de noviembre.
Antes de esos interrogatorios, el próximo 27 de octubre, el juez Pérez escuchará a otros cinco testigos, entre los que, además de personal encargado del suministro de combustible, hay también varios supervisores de Newco, mientras que el día 31 están citadas a declarar otras cinco personas dedicadas a trabajos de mantenimiento de las pistas del aeropuerto.
Todos estos testigos sólo están relacionados con el accidente de forma indirecta, algunos porque pudieron presenciar el siniestro desde otro punto del aeropuerto y otros porque, por su trabajo, podrían haber tenido algún contacto previo al accidente con el pasaje del avión o con el aparato siniestrado.