El Cabildo de Gran Canaria ha retirado más de 18.000 toneladas de escombros, enseres, neumáticos, restos agrícolas y otros vertidos incontrolados que cubrían 385.000 metros cuadrados en los márgenes de la GC-1 y GC-2, el equivalente a un centenar de campos de fútbol o 1.500 pistas de tenis, informa la propia Corporación insular en una nota de prensa.
Con un coste de 2,2 millones de euros a cargo del Plan de Regeneración Paisajística de las dos principales vías de Gran Canaria, el Cabildo intervino en más de más de 80 puntos, explanó 48.000 metros cuadrados de terreno y cubrió 3.000 con picón, detalló la consejera de Política Territorial y Paisaje, Inés Miranda, quien resaltó que los trabajos se extendieron durante ocho meses y concluyeron en diciembre.
Se trata de un dinero público que ha habido que invertir para retirar lo que debió ser depositado en los lugares habilitados para ello y puntos limpios, denuncia el Cabildo en la nota.
Así, el mayor volumen de residuos retirados estaba integrado por escombros con casi 12.000 toneladas a las que se sumaron 2.700 residuos de hormigón y 2.200 de vertidos de tierras y piedras, en su mayoría vinculadas también al depósito ilegal de materiales procedentes de múltiples obras. Además, el Cabildo quitó 980 toneladas de residuos agrícolas, 167 de plásticos, 161 de enseres domésticos y electrodomésticos, 153 de maderas, 85 de desechos bituminosos, es decir, derivados viscosos del petróleo como pinturas, alquitranes y productos de impermeabilización, y más de nueve toneladas de neumáticos.
El Cabildo de Gran Canaria critica que todos estos vertidos ilegales son un ataque al medioambiente, aunque destaca la peligrosidad de las más de 16 toneladas de uralita, es decir, estructuras, planchas, bidones y jardineras elaboradas con fibrocemento con amianto, un material peligroso si se inhalan las microfibras que desprende al fracturarse.
La GC-1 copa el grueso
De los 385.000 metros sobre los que actuó el Cabildo, más de 300.000 correspondieron a la GC-1, donde los restos agrícolas, mobiliario y enseres copaban 165.000 metros cuadrados, y los vertidos de tierras y escombros, más de 110.000 entre la capital y Bahía Feliz, además de que fue necesario aplanar 25.000 metros cubiertos de material de desmonte y excavaciones y cubrir 2.800 con gravilla volcánica.
En cuanto a la GC-2, el Cabildo trabajó sobre casi 85.000 metros cuadrados, tras lo cual desechos vegetales y enseres han desaparecido de la vista en 30.000 metros cuadrados, los mismos que ocupaban los escombros entre Las Palmas de Gran Canaria y La Aldea, al tiempo que fueron explanados más de 23.000 metros y embellecidos con picón otros 200.
En definitiva, el Cabildo lamenta haber invertido 2,2 millones de dinero público en retirar residuos “de personas que decidieron tirar sus desechos en lugares públicos, en vez de acudir a los lugares habilitados para ello por responsabilidad y por el bien común”.