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Sanidad mantiene sin uso un equipo de resonancia que costó 1,1 millones mientras deriva pruebas al sector privado

Aparato de resonancia magnética.

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

El equipo de resonancia magnética nuclear de última generación instalado en diciembre del año pasado en el Hospital General de Fuerteventura, tras una inversión de 1,1 millones de euros del Servicio Canario de Salud (SCS), sigue sin entrar en funcionamiento debido a la carencia de personal especializado en la lectura de estas pruebas diagnósticas. Según han confirmado a este periódico fuentes sindicales, cinco meses después de que finalizaran las obras el aparato sigue sin actividad y los pacientes de la isla continúan siendo derivados a las clínicas privadas.

El Gobierno de Canarias anunció el 20 de noviembre de 2017 el inicio de las obras de acondicionamiento en el Hospital General de Fuerteventura para la instalación de un aparato adquirido con el objetivo de “reducir el número de desplazamientos de los pacientes a los hospitales de referencia de Tenerife y Gran Canaria” para someterse a esta prueba, así como la lista de espera. El coste del equipo, aprobado en los presupuestos de 2016, ascendió a 900.000 euros, una cantidad a la que hubo que añadir otros 200.000 euros para ejecutar las actuaciones necesarias para su montaje.

Este tipo de aparatos requiere técnicos de radiología (TER) y radiólogos con una formación especializada. Las fuentes consultadas por este periódico corroboran que el Hospital General de Fuerteventura no dispone aún de este personal cualificado, puesto que los cuatro radiólogos en plantilla en el centro público de la isla precisan conocimientos específicos para la lectura de las pruebas.

Mientras tanto, el Servicio Canario de Salud sigue externalizando las resonancias magnéticas nucleares. Según la respuesta dada por el Gobierno regional a una pregunta parlamentaria formulada por el diputado del PSOE Iñaki Lavandera, las derivaciones realizadas por la dirección del área de Salud de Fuerteventura en 2017 a empresas del sector privado representaron un gasto de 769.428, 92 euros,  un 22% más que el año anterior, cuando el coste se situó en 631.701,56 euros.

Tres son los centros privados que se benefician de estas derivaciones. El Centro Médico Fuerteventura recibe el mayor volumen: 702.624, 85 euros en 2017, un 21% más que el año precedente. Hospitales San Roque, el grupo del que procede José Manuel Baltar, ha visto incrementado en un 44% sus ingresos procedentes de las resonancias a pacientes de Fuerteventuras desde que el actual consejero de Sanidad accedió al cargo, en enero de 2017. El ejercicio pasado ganó 43.125 euros por este concepto. En 2016, 29.960,3 euros. La tercera clínica, Perpetuo Socorro, percibió 23.678,87 euros, un 17% más.

En el conjunto de Canarias se derivan cada año en torno a 50.000 resonancias magnéticas a clínicas privadas, con un coste aproximado de 7,5 millones de euros. El precio medio unitario de este tipo de pruebas diagnóstica asciende a 151,91 euros, según datos proporcionados por el Gobierno de Canarias. Un informe de la Sindicatura de Cuentas de la Comunidad Valenciana (órgano equivalente a la Audiencia de Cuentas de las Islas) referido al periodo 2008-2012 ya advertía de que los importes en Canarias (que no se han actualizado en los últimos años) eran de los más elevados de toda España, en algunos casos con diferencias sustanciales (hasta el doble con respecto a un hospital de Castilla La Mancha). Sólo superaba al Archipiélago la región de Castilla y León y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla.

Proposición no de ley de 2014

La instalación de un equipo de resonancia magnética nuclear en el Hospital General de Fuerteventura fue planteada por primera vez a través de una Proposición No de Ley (PNL) promovida por el PSOE y apoyada por Coalición Canaria (CC), entonces socio de gobierno, en 2014. La iniciativa denunciaba “una campaña generalizada para desprestigiar y desmantelar los sistemas públicos de salud”, coincidiendo con el “auge del neoliberalismo”, y abogaba por que el Servicio Canario de Salud asumiera el servicio de forma directa desde una doble perspectiva: la sostenibilidad del sistema público y una reducción del gasto, ya que un equipo propio, amortizable en ocho años, reduce los costes, entre otros, del transporte, además de facilitar la integración de la información al sistema e historiales. Entonces se estimaba el coste anual, incluyendo los gastos de mantenimiento, amortización, consumos y consumibles, en 306.754,53 euros, menos de la mitad de lo que se está gastando ahora. En aquellla época, el coste de las derivaciones ascendía a 440.000 euros.

La inversión se autorizó en los presupuestos de 2016, con el socialista Jesús Morera al frente de la consejería de Sanidad, no sólo para el Hospital General de Fuerteventura, sino también para los de Lanzarote y La Palma. Tras la licitación, los equipos se adquirieron en 2017 y se instalaron a final de año. En Lanzarote sí que ha entrado en funcionamiento, mientras que en La Palma, según las fuentes sindicales consultadas, se están empezando a programar las citas después de un periodo de prueba.

Desde el PSOE instan al Gobierno regional a poner en funcionamiento con la máxima premura el equipo adquirido y denuncian que la Consejería de Sanidad ha tenido tiempo más que suficiente para formar a los especialistas desde que se sacó a licitación el proyecto. Fuentes socialistas recalcan además que existen otras fórmulas para comenzar a usar de forma inmediata el equipo de resonancia magnética. Como el problema no estriba en la realización de las pruebas (a través de los técnicos TER), sino en su lectura, el PSOE propone que se envíen telemáticamente a los centros de referencia, en este caso el Hospital Insular de Gran Canaria y el Hospital Doctor Negrín,  para que sean sus equipos de radiólogos, con mayor formación y experiencia en este ámbito, quienes elaboren los informes.

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias no ha contestado a las preguntas formuladas por este periódico con respecto al retraso en la puesta en marcha del equipo de resonancia magnética del Hospital General de Fuerteventura.

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