Tahime es un centro pionero en Canarias. Creado y gestionado por un grupo de inmigrantes, que vieron la necesidad de ofrecer ayuda y todo tipo de asesoramiento, a los irregulares que llegan a las Islas y que no saben cómo comenzar una nueva vida y cubrir sus necesidades, al otro lado del Atlántico.
Pablo Arévalo Mosquera, Director de este Centro de Información de inmigrantes, aseguró que “al ser inmigrantes los que llevamos adelante el centro, la llegada o la aproximación a otros inmigrantes es más fácil, porque nosotros también lo somos”.
Arévalo destacó además que el horario tan “flexible” con el que cuentan, todos los días de la semana, desde la mañana hasta la noche, facilita la llegada de irregulares que buscan información y ayuda, de diferentes tipos. “Los inmigrantes tenemos una jornada de trabajo bastante importante y es difícil acudir a buscar un recurso como este, en horario de trabajo, entonces, hemos acomodado nuestro horario, para que puedan acceder a este lugar y a nosotros”.
Otro aspecto que diferencia a Tahime, es, según destacó Pablo Arévalo que “ninguno de los otros centros tiene un servicio de seguimiento de evaluación psicológica y nosotros lo tenemos”.
En estos momentos esperan que llegue una subvención que ya ha sido autorizada por el Gobierno de Canarias, para que puedan continuar con la actividad en el centro y además ofrecer nuevos servicios que tienen programados, de cara al 2007. “Creo que es un tema burocrático, a nivel de funcionariado, por lo que aún no contamos con la subvención prometida. Desgraciadamente nuestra documentación cayó en manos de alguien que estaba despistado”.
Origen de la asociación
Tahime es una Asociación de Ecuatorianos creada por ecuatorianos. Tanto su director, como el auxiliar administrativo, que comenzaron las gestiones en el Centro, son de Ecuador pero hasta esta Asociación han llegado inmigrantes, no sólo de ese país, sino también de diferentes continentes. Entre las personas de distintas nacionalidades que más utilizan Tahime, destacan sobre todo los colombianos, cubanos, argentinos, paraguayos, bolivianos, peruanos, marroquíes y senegales.
Pablo Arévalo afirmó que “nosotros empezamos a recorrer ONGs, colectivos, a recabar información y promocionar nuestro proyecto y después de mucho caminar y preguntar, solicitamos un crédito personal, para poder cubrir todo lo que representa el alquiler del local, la seguridad social, respaldar a la gente que trabaja aquí. La ilusión de sacarlo adelante, ha hecho que estemos en los mínimos, desde el punto de vista económico, aunque estamos en los máximos en cuanto a servicio y atención de inmigrantes”.
Desde el mes de julio de este año, el centro está en funcionamiento. Pablo Arévalo indicó que “desde que hemos comenzado a trabajar con inmigrantes podemos decir que descubrimos la gran necesidad de información y apoyo que necesitan los que llegan a Canarias, desde otros países, para comenzar una nueva vida. Nos hemos visto alguna vez, casi desbordados por la demanda y por eso es bien recibida cualquier ayuda para continuar con nuestra labor”.
“Nuestra actividad e intención va encaminada a atender o dar servicio a los más vulnerables, que suelen ser las personas que no tienen papeles”, manifestó Arévalo.
En Tahime trabaja un abogado, una psicóloga, una trabajadora social, un auxiliar administrativo y un director que es además sociólogo. La psicóloga y el abogado son canarios, mientras que la trabajadora social es colombiana y los demás ecuatorianos.
Ayuda psicológica a los inmigrantes
María Pérez de los Cobos es la psicóloga del Centro y aunque no es inmigrante, sino canaria, considera que “no es tan difícil intentar comprender la situación de los inmigrantes que llegan a Canarias”.
Pérez aseguró que “ son personas que necesitan ser escuchadas, la mayoría, están influenciados por la situación que viven, en una condición de desamparo, en todos los aspectos y necesitan tener a alguien de confianza, con la que compartir su vida y sentimientos. Que se sientan un poquito acogidos”.
La psicóloga afirmó que “es necesario que se les oriente primero sobre empleo, formación, a nivel legal, para que esas necesidades estén cubiertas. Cuando esos condicionantes externos estén un poco más claros para ellos, después ya podemos tratar las inestabilidades personales de ellos, desde dentro. Trabajaríamos el desarraigo o lo que llamamos el duelo migratorio”.
María Pérez indicó que “uno de los principales objetivos del proyecto es trabajar con los menores también. Consideramos que los menores sufren una condición mucho más vulnerable que los adultos, puesto que no tienen modelos de referencia. El adulto ya viene con unos modelos establecidos desde su país y el joven no y a veces la pérdida de identidad del joven aquí, se resuelve un poco encontrando lugares”. Pérez considera que la familia es fundamental a la hora de “facilitarle al menor” el servicio de apoyo, de este Centro. “El padre viene pidiendo ayuda para sus hijos y yo, para trabajar con el hijo, necesito trabajar con sus padres y sus madres” aclaró la psicóloga de Tahime.
Pérez considera, que en la sociedad canaria, existe “poca sensibilización” aún con la inmigración. “En todos los puestos, incluso en los altos cargos, hay gente con bastante poca conciencia y bastante poca humanidad” afirmó María Pérez.
La psicóloga de Tahíme señaló que “lo ideal es que la gente se deje sentir y que piense que quizás algún día pueden estar ellos en la misma situación que un inmigrante, o simplemente por empatía que actúen de humano a humano. La solidaridad hay que demostrarla con corazón, no con palabras ni con apariencias o políticas que más que ayudar, destruyen”.
La primera usuaria de Tahime
Lizzie Sarría es cubana y lleva 8 años viviendo en Canarias. Aquí ha realizado varios cursos de formación y ha logrado montar una empresa de comida cubana. “Para mí es muy importante que exista un centro como Tahíme. Pienso que para cualquier inmigrante, que siempre llega un poco desorientado y necesita ayuda, sobre muchas cuestiones laborales, de papeles, de nostalgia, de nuestra tierra y demás, es indispensable este lugar”.
Sarría destacó que “hay otros centros de inmigrantes pero aquí, en Tahíme, está todo en un núcleo. Aquí lo tienes todo. Pienso que es una buena labor la que realizan y creo que nos sentimos en confianza y ya somos una gran familia”.