La ampliación de terrazas y la instalación exprés de las mismas autorizadas este martes por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ha reavivado los viejos fantasmas que existen entre la Administración y el sector hostelero. La activación del nivel 2 reforzado, en el que se encuentra la isla redonda, cuenta con medidas que van a caballo entre la fase 2 y la 3. Esta pequeña subida de escalón en el nivel de alarma, por su parte, ha sido otro nuevo varapalo para los bares, las cafeterías y los restaurantes, ya que su aforo se ha visto reducido al 50% tanto en interior como en exterior y el toque de queda se ha adelantado a las 22:00 horas. Pese a esta ayuda ofrecida por el Consistorio desde la fase 3, el sector asegura que la tramitación para adaptar las terrazas no se está haciendo con la rapidez con la que se prometió.
La capital grancanaria permitió la colocación de las denominadas terrazas exprés cuando la isla entró en nivel de alerta 3 a mediados de enero de este año y, desde ese momento, cualquier sitio fue óptimo para instalar una terraza, desde párquines hasta aceras. Eso sí, siempre que el local cumpliera con los requisitos establecidos: no obstaculizar el tránsito de otras personas ni la actividad de otros comercios; garantizar las medidas frente a la COVID-19, como cumplir la distancia de dos metros entre mesas; y cumplir con el aforo permitido de acuerdo con cada licencia.
Esto permitió a los empresarios sobrellevar el golpe de una mejor manera. Sin embargo, el final del nivel 3 de alerta también supuso el cerrojazo a estas terrazas temporales en Las Palmas de Gran Canaria. El Consistorio tomó esta decisión debido a que la bajada a nivel 2, en el que entró la isla el pasado 22 de febrero, trae consigo una relajación de las medidas de protección frente a la pandemia: ampliación del número de comensales (de cuatro a seis), el aforo se limita a un 75% en terrazas y 50% en interior, y el toque de queda comienza una hora más tarde, a las 23:00 horas.
Los hosteleros, incluso antes de bajar de nivel, solicitaron al alcalde de la ciudad, Augusto Hidalgo, el mantenimiento de estas terrazas temporales. Esta petición se realizó con motivo de la “imperiosa necesidad de los establecimientos de restauración de mantener un nivel mínimo de servicio, que les permita subsistir en estos difíciles momentos, donde el retorno al nivel de alerta 2 resulta absolutamente insuficiente por las limitaciones que durante esta fase se imponen”, según declaró Fermín Sánchez García, presidente de la Asociación de Empresarios de Bares, Cafeterías, Restaurantes y Ocio Nocturno de Las Palmas.
El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria no concedió más terrazas de carácter temporal hasta ahora, cuando, debido a la aplicación de mayores restricciones por el nivel 2 reforzado, los empresarios vuelven a necesitar una mayor ayuda para darle oxígeno a sus negocios. Esta medida, según señala el Gobierno municipal en un comunicado, se extenderá durante las restricciones especiales de Semana Santa o si la isla sube a otros niveles.
Hidalgo aseguró que, como el “Ayuntamiento tiene que facilitar el trabajo de los empresarios”, estos simplemente tendrían que presentar una declaración responsable para volver a abrir de manera rápida sus terrazas exprés. En base a estas declaraciones, algunos hosteleros han asegurado que existe cierta discordancia entre las palabras del alcalde y el trámite real.
En una entrevista en la mañana de este miércoles en la Cope, Mario Reyes, responsable de la enoteca El Zarcillo y gerente de Vinófilos, aseguró que el pasado 4 de febrero solicitó la instalación de una terraza temporal en una plaza de Tafira y, pese a cumplir con los requisitos, “no hemos obtenido respuesta”, aseguraba en la entrevista. Horas más tarde, Reyes confirmaba a este periódico que finalmente la Administración ya había encontrado una solución para su caso.
La capital grancanaria, una de las ciudades que más tasas ha eliminado
Sea como fuere, fuentes del Ayuntamiento capitalino han querido explicar que se “esta intentando tener más celeridad”, pero si este tipo de solicitudes no se conceden con la rapidez deseada se debe a que “son muchas (más de 600 terrazas en la ciudad) y el personal es escaso”, por lo que trabajan con los medios que disponen. Por otro lado, inciden en que el Consistorio tiene una ordenanza de terrazas que se tiene que cumplir, pero “debido a la situación de excepcionalidad derivada de la pandemia, intentamos desde el primer momento ser flexibles para que todo el que pudiera pusiera terrazas, cumpliendo con las condiciones establecidas”, recalcan.
Lo cierto es que Las Palmas de Gran Canaria ha eliminado “al menos ochos tasas”, como la de terrazas y basura comercial, uno de los motivos por los que se sitúa entre las cuatro ciudades canarias que más han contribuido a rebajar la presión fiscal. Así lo expone el Cumpliómetro 2021, una herramienta creada por las propias patronales turísticas y hosteleras para visualizar las rebajas fiscales que se han realizado en cada municipio durante la etapa de la pandemia. La capital grancanaria, en este sistema, se encuentra en color verde, es decir, que está entre las administraciones que han bonificado los impuestos IBI, ICIO e IAE y las tasas de recogida de residuos (basura).