España comenzará a vacunar con el resto de países europeos entre el 27 y el 29 de diciembre, a través de 50 puntos distribuidos por todo el país, que seguirá con la curva de contagios al alza hasta mediados o finales de enero, y cuya evolución depende, y mucho, de las navidades.
Las comunidades autónomas comenzarán a pinchar los viales de Pfizer de forma simultánea, con un número de dosis que aún se desconoce, pero que llegará primero a residencias, centros sociosanitarios o grandes dependientes, con un reparto equitativo.
Las vacunas, en cajas de poliespam con cinco bandejas de 1.000 viales de cinco dosis cada una -es decir, 5.000 pinchazos-, deben conservarse con nieve carbónica a 80 grados bajo cero, y estarán custodiadas por el Ministerio del Interior, que ha preparado un plan de vigilancia y seguridad.
Tras las primeras inyecciones, que serán de Pfizer, deberán pasar 21 días antes de la siguiente aplicación y aún quedarán meses, hasta junio, para que esté inmunizado el 60 por ciento de la población.
Hasta entonces, España tiene ante sí el reto de mantener controlado el repunte. La evolución no es buena: este jueves se ha registrado una incidencia acumulada de 207 casos por cada 100.000 habitantes, un ascenso que comenzó el 9 de diciembre y que todavía no recoge el efecto del Puente de la Constitución, al que se sumará además el impacto de las fiestas navideñas.
Por eso se prevé que el incremento, aunque a un ritmo más lento, se prolongue hasta mediados o finales de enero.
El actual “repunte” por el que se han reportado 12.131 nuevos contagios este jueves y hay 181 fallecidos más a causa de la covid-19 en España, obedecería a la relajación de las restricciones, no por sí mismas, sino porque contribuyen a que los ciudadanos bajen la guardia.
Así lo ha señalado el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, que espera que las comunidades autónomas replanteen en los próximos tres o cuatro días las restricciones adoptadas.
La curva en ascenso no se deja notar aún en los hospitales, con un 9,21 % de camas, 20,44 % en las UCI, ocupadas por pacientes covid. El empeoramiento se evidenciará a partir de mañana o pasado mañana.
Es posible que se endurezcan las medidas planteadas para la Navidad, aunque lo más importante es no bajar la guardia. El problema no es que en Nochebuena se sienten seis o siete personas a la mesa, sino que al champán y a las uvas le acompañe el quitarse la mascarilla más de la cuenta o no aplicar bien las precauciones.
La responsabilidad individual, pero también las vacunas, marcarán la dimensión de una tercera ola o la posibilidad de evitarla.
Si España vacuna a suficiente gente, unido a la población con inmunidad por haber superado la enfermedad, el riesgo de contagiarse podrá reducirse, aún cuando la inyección se demore en llegar a grandes capas de la población.
Lo ideal para la vacunación, ha explicado Simón, es tener la menor incidencia posible durante la campaña porque se evita así la infección de vacunados, que puede derivar en una mala información sobre sus efectos. Pero antes, es necesario superar en las mejores condiciones la Navidad.