El incendio que se declaró en el día de ayer en el barrio de Juncalillo, en la cumbre de Gran Canaria, ha logrado ser contenido gracias a la labor desarrollada por los medios aéreos y terrestres que están trabajando en la extinción del fuego; sin embargo, esta situación podría empeorar debido a la previsión de fuertes vientos, que podrían alcanzar rachas máximas de entre 40 y 70 kilómetros por hora.
El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, ha informado en rueda de prensa de que el incendio se ha perimetrado y no ha progresado (ha alcanzado las 1.000 hectáreas de extensión) gracias al “magnífico” trabajo de entre 500 y 600 personas del operativo terrestre y del operativo aéreo, formado por diez helicópteros y una avioneta.
Torres ha precisado que en las próximas horas bajarán las temperaturas en la cumbre, aunque también se esperan vientos de entre 40 y 70 kilómetros por hora, lo que “podría dificultar los trabajos”. De hecho, el Gobierno ha declarado la situación de prealerta en las Islas, donde se esperan rachas máximas de hasta 90 kilómetros hora en algunos puntos.
Así lo ha informado el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que ha comparecido por segunda vez en este domingo en rueda de prensa para dar cuenta de las tareas de extinción y la evolución del incendio, que ha obligado al desalojo de un millar de personas.
Torres ha indicado que en las próximas horas se va a intensificar el trabajo que están realizando todas las unidades aéreas y terrestres porque a partir de la noche se tendrá que centralizar toda las labores de extinción en los efectivos terrestres, al dejar de operar los medios aéreos.
En cuanto a la evolución de la meteorología, detalló que se prevé una bajada de las temperaturas en la cumbre, lo que beneficia a los trabajos de extinción, pero se ha activado la prealerta a partir de la próxima medianoche por vientos que pueden ser importantes, de entre 40 y 70 km/h, lo que supone una “mala noticia” porque la llegada del viento puede hacer que la contención lograda sea insuficiente.
El presidente canario señaló que se está trabajando en el perímetro del incendio (23 kilómetros) humedeciendo la zona y realizando zanjas para intentar evitar que el fuego lo traspase y alcance cotas más altas, lo que dificultaría mucho la contención del incendio. Dijo, además, que si esta noche el viento es superior a 70 km/h, hay un “riesgo alto” de que se reaviva el fuego, lo que podría dificultar la acción que se está desarrollando en estos momentos.
El presidente hizo hincapié en que tienen previsto cualquier circunstancia que pueda ocurrir: “Ojalá las noticias sean que esta contención lograda en el día de hoy sea definitiva y que esta noche el viento nos eche una mano favorable. Si no es así, tendremos que activar mecanismos de inmediato, porque puede saltar la zona de seguridad y afectar de manera importante a la cumbre y los montes”.
Insistió en que si no se tuviese la prealerta por fuertes vientos, se estaría hablando de unos resultados “tremendamente optimistas” porque se ha logrado contener el fuego. Reiteró que el problema está en la llegada del viento, que será fuerte sobre las 24 horas, luego amainará en las primeras horas del lunes para volver a arreciar en la tarde noche. “Por tanto, estamos al albur de lo que ocurra esta noche”, afirmó.
Por otro lado, el presidente canario ha informado de que, por el momento, los vecinos evacuados no regresarán a sus casas como medida de seguridad.
Preocupación entre los vecinos
Varios de los vecinos evacuados han expresado su preocupación por el estado en el que encontraran sus propiedades a las que quieren volver lo antes posible.
Cerca de un millar de personas han sido desalojados de una veintena de núcleos poblaciones de Artenara, Tejeda y Gáldar dada la proximidad del incendio forestal que comenzó el sábado en el primer municipio.
Norberto, que ha sido realojado en el albergue de Tejeda, relata a los medios de comunicación que fue evacuado hacia la media noche y solo le dio tiempo de coger “lo más necesario y fuera”. Afirma que el fuego bajaba por la ladera donde se encuentra su vivienda y señala que por lo que puede observar “parece que la situación mejora”.
Jesús, vecino de las Crucitas, fue uno de los primeros desalojados y señala que “anoche fue una cosa terrible” dada las llamas que se veían desde el pueblo.
A Jesús y su madre les dio tiempo de sacar los animales, especialmente cabras, ante el temor de que se pudieran verse afectadas y señala que se encuentra “nervioso” ante la imposibilidad de regresar a su vivienda.
No obstante indica que le han dicho que la vivienda no se ha visto afectada. “Esto ha sido una desgracia” dijo y apeló a que se contrate a personas desempleadas para limpiar el pasto seco. “No se puede vivir con este miedo” afirma Jesús, quien recuerda el anterior incendio que llegó a la cruz de Tejeda.