Rocío Sáiz, artista invitada al Festival Boreal: “Si todo el mundo leyese más, habría más festivales como el Boreal”

Erik Canino

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Rocío Sáiz fue una de las grandes artistas que pasaron por el reciente Festival Boreal (16-18 de septiembre) que brilló, una vez más, con notable éxito en el municipio norteño de Los Silos. Sáiz es una cantante lejos de los grandes focos, con un mensaje muy personal y una carrera en la que la autogestión juega un importante papel.

Su música, que ella define como real, honesta y con mucho amor, es una invitación a la fiesta, al baile consciente, la descarga de adrenalina también; todo de una perspectiva de resistencia ante muchos de los cánones establecidos.

- Combina el activismo LGTBIQ+ con la música. ¿En sus conciertos son inseparables ambas facetas?

Nunca se pueden separar. Es como el debate de separar obra de persona, yo soy como soy. Pero no debería importar con quien me acuesto para que alguien pueda venir a un concierto. Ni son conciertos única y exclusivamente para el colectivo ni las personas heterosexuales son excluidas. Es como si se hiciese esa pregunta a una banda heterosexual, no tendría sentido. Quiero que se me llame por mi música, no por quién me acuesto.

- Asegura que le ha pasado factura decir lo que piensa. ¿Qué tiene que pasar para que España despierte al fin y terminen tantas fobias?

Mira, cuando repartieron los pecados capitales a España le toco la envidia. La palabra fobia significa miedo. Miedo al diferente, a que te quiten tu mierda de privilegio blanco y absurdo, miedo a que seas indiferente, a no ser el mejor, a no sacar buenas notas… Sería mejor que nos enseñasen lo que es fracasar, la frustración, la gestión emocional. Mientras no se modifiquen las formas de sentir de empatía hacia los demás dudo que cambie nada.

- En esta reivindicación, ¿qué papel puede jugar música como la que usted hace o la cultura?

Porque lo lúdico moviliza, y eso es así. Hay una frase de Brigite Vasallo que dice, “que lo petardo no nos quite lo político”. Las mamarrachas somos siempre las que tiramos las piedras, las vallas, las barreras y los techos de cristal.  Yo no solo hago música, estoy detrás en asociaciones, partidos políticos, asambleas, en federaciones; no solo vale con el pink washing y consguir seguidores. Lo que ves es lo que hay y así soy yo, con mis debilidades y mis virtudes.

- ¿Qué importancia tienen para usted festivales como Boreal, sin banderas de países ni de género?

Para mí el Boreal es una utopía. Y por eso precisamente no debería ser especial sino lo normal (aunque odio esa palabra). Lo que hace el Boreal es como si todas las películas cumpliesen el test de Bechdel. No es tan difícil. A la vista está, la pregunta es si se quiere. También tiene mucha responsabilidad el público. Yo no iría nunca a un festival donde el cartel fuese todo hombres. Me da vergüenza ajena. Pero qué esperamos, si además hay gente en nuestro país que ve Telecinco y niega el cambio climático. Yo he visto derretirse un glaciar en Argentina. Si todo el mundo leyese más habría más festivales como el Boreal.

- Asegura que cuanto más la censuran más fuerza le dan. Además de enseñar el pecho sobre el escenario, ¿qué es lo que se muere por hacer delante de su público?

Bueno, cada vez me cuesta más y eso es así. Sigo viviendo en la más absoluta precariedad pero con muchos más insultos y amenazas. ¿Es eso vida para alguien? A mí no me dan premios, ni me pagan grandes cachés, ni casi puedo pagar a mis músicas. Lo que me muero por hacer es poder regular los cachés para que los pequeños no paguemos por tocar y los grandes no se forren a costa de nuestro tiempo, pero eso es otra utopía

- Tras años en grupos, decidió dar el salto a una carrera en solitario con Amor amargo, ¿cómo definiría ese trabajo?¿Prepara ya nueva música?

Estoy con el segundo disco, pero necesito ahorrar para grabarlo. La realidad es esa. Quiero sacar varios singles antes de primavera pero todo lo hago con mucha calma. Para mí, compaginar todos mis trabajos y sacar tiempo para componer es casi misión imposible. Los que sacan un tema al mes es porque pueden, sabes lo de “yo no soy fea, soy pobre”, pues igual. Mi música es pop y seguirá siendo pop. Me parece dificilísimo hacer otra cosa que no sea así; no soy ninguna virtuosa de la música y todo lo que hago lo consigo con una gran red afectiva de amigos y personas que se vuelcan en este proyecto.

- A día de hoy qué tienen sus redes sociales, ¿más parte positiva o negativa?

Tienen de las dos. Tienen verdad que es lo que hay que tener. Supongo que por eso no tengo tantos seguidores, pero los que tengo ya son amigos. Hablo con todo el mundo y he hecho grandes amigos en las redes que han terminado siendo mi familia en la vida real.

- ¿Cuál es su invitación para que el público acuda a sus conciertos y festivales?

Hablando de me reciente paso por el Boreal, la gente no sabe lo que cuesta organizar un festival así. Si quieren ser modernas que apuesten por los márgenes, que salgan de casa, que escuchen músicas del mundo. Cuesta menos salir de casa que no hacerlo. El festival es una fiesta, es antídoto contra la ansiedad. Es la respuesta a cualquier ansiolítico.