Binter espera cerrar 2018 con un récord en su cifra de pasajeros transportados, unos 3.450.000, lo que supone un incremento del 19,20% respecto al ejercicio anterior y unos 66.000 vuelos operados, el 12%, según cifras facilitadas a Efe por la aerolínea canaria.
Ese aumento en la actividad de la compañía ha sido propiciado por tres factores: el efecto comparativo sobre los datos del primer semestre de la subida del descuento para residentes del 50 al 75% en los vuelos entre islas (en vigor desde el 29 de junio de 2017), la actividad que han generado sus primeras rutas con el resto de España (Vigo y Mallorca) y el crecimiento que ha conseguido en Canarias.
En el último año, Binter ha llegado a operar un promedio de 180 vuelos diarios, con picos de actividad como el que se produjo el 27 de julio (viernes de operación salida de agosto), cuando transportó a 14.500 viajeros, la cifra más alta en el histórico de la compañía.
“Estamos creciendo de forma notable en operaciones, tanto en vuelos como en pasajeros. Y eso lógicamente tensa el servicio, como les ha ocurrido en el pasado a otras compañías”, señala el director Comercial y de Marketing de la aerolínea, Miguel Ángel Suárez.
Sin embargo, Binter acaba de repetir como la compañía que menos reclamaciones recibe en España de sus usuarios en términos comparativos, según los últimos datos publicados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, con 1,39 quejas por millón de viajeros (tres en total: dos formuladas a su filial Canair y otra a Naysa), y ha mejorado en las encuestas internas que realiza a sus clientes.
Suárez resalta la coyuntura en la que se ha producido este balance: en un año en el que Binter ha hecho frente a un nuevo competidor en el mercado de los vuelos entre islas, Air Europa, y en el que el tercer operador, Canaryfly, ha lanzado “campañas muy agresivas en precios”, con ofertas de vuelos a cinco euros por trayecto.
En estos momentos, la actividad de Binter sigue centrada en su mayor parte en los vuelos interinsulares, que le proporcionan aproximadamente el 90% de su pasaje, mientras que el otro 10% se reparte entre las rutas a Vigo y Palma, los archipiélagos de Madeira y Azores (Portugal) y sus nueve rutas a aeropuertos de Marruecos, Sahara Occidental, Senegal, Mauritania, Gambia y Cabo Verde.
La aerolínea acaba de sumar a su oferta internacional un vuelo a Boston (EEUU) con escala en Azores que opera en colaboración con SATA y, a medio plazo, planea crecer en pasajeros en los destinos a África, gracias a los tres reactores E195-E2 que ha encargado al fabricante brasileño Embraer. Le aportan el 30% más de plazas que los Bombadier CRJ, con los que ahora opera esas rutas.
Su director comercial subraya que esa adquisición implica en sí misma una apuesta estratégica, más allá de importe de la operación (304 millones de euros): la de configurar los aviones para una capacidad de 132 pasajeros, cuando ese modelo tiene cabida para 148.
“En Binter no somos los más baratos, ni podemos serlo, pero sí aspiramos a ofrecer el mejor servicio”, apunta Suárez.
Este directivo de la aerolínea canaria defiende que buena parte del crecimiento que ha experimentado su actividad en los últimos años tiene que ver con la fidelidad de sus pasajeros, el 95% de los cuales asegura que volvería a volar con la aerolínea según las encuestas internas que realiza la consultora Ikerfel.
Binter destaca que en un ejercicio como el de 2018, con crecimientos cercanos al 20% que tensionan el servicio, las valoraciones que ha obtenido en las encuestas de Ikerfel por parte de sus clientes están en el nivel más alto de los últimos diez años, con una valoración media de 8,75 puntos sobre diez y un índice de recomendación neta del 44%.