La zona arqueológica de Los Llanos de Ifara, en el municipio tinerfeño de Granadilla, ha sido declarada este jueves Bien de Interés Cultural (BIC), según ha informado el Gobierno de Canarias.
Se trata de un espacio que cuenta con una importante estación de grabados rupestres, así como distintos yacimientos de carácter habitacional o de índole pastoril, tal y como ha explicado el Gobierno de Canarias.
En los Llanos de Ifara hay identificados 24 yacimientos dentro de los cuales hay 38 paneles de manifestaciones rupestres, lo que lo convierte en un área de gran importancia desde la perspectiva arqueológica aborigen, agrega.
Se aprecian en ella cinco categorías básicas: dispersiones de material arqueológico en superficie, fondos de cabaña, cabañas, manifestaciones rupestres y cuevas sepulcrales. Visto como conjunto arqueológico, es muy representativo del poblamiento en superficie característico del sur de Tenerife y de su organización socioeconómica.
Así, añade el ejecutivo regional, hay yacimientos ligados a la producción económica como las zonas de hábitat, representadas por las cabañas y fondos de cabaña, con dispersiones de material arqueológico en superficie.
También hay otros yacimientos ligados al ámbito sociocultural, como las cuevas sepulcrales y las estaciones de manifestaciones rupestres.
Entre sus valores destacan el conjunto de cuevas artificiales abiertas en la ladera suroeste de la Montaña de los Riscos -con presencia de diverso material arqueológico en superficie-, el complejo de cabañas en piedra seca localizadas en las inmediaciones de la estación rupestre o estructuras aisladas en piedra seca y cuevas con paramentos exteriores documentados en el sector oriental del ámbito propuesto.
Al norte del espacio aparece, igualmente, un conjunto rupestre integrado por cazoletas y canales labrados sobre pumitas, al tiempo que se aprecia abundante material arqueológico en superficie repartido por extensas zonas incluidas en la delimitación.
Además, se señala la existencia de varios núcleos de cuevas artificiales excavadas en los depósitos de tobas pumíticas -ocupados durante la fase de explotación tomatera de estos sectores sublitorales hasta las últimas décadas del siglo XX - y que destacan por su interés etnográfico. En algunos casos se trata de construcciones enterradas, con diversas dependencias excavadas, era y aljibe.
La delimitación propuesta para esta zona arqueológica obedece a la necesidad de establecer un ámbito de protección que garantice la conservación de los yacimientos arqueológicos y elementos de interés etnográfico que albergan.
Al tratarse de enclaves rupestres con una adscripción cronológica que arranca desde el período prehistórico hasta fechas posteriores a la conquista de la isla, resulta esencial mantener intacto el entorno natural de los yacimientos, no sólo para lograr una percepción visual, sino para conservar el ambiente físico-natural en cuyo contexto se ocupó el territorio.