La isla de Tenerife entra a partir de las 00.00 horas de este sábado en nivel de alerta 3 sanitaria contra la pandemia de COVID-19, debido a una “transmisión comunitaria” del coronavirus “no controlada y en ascenso abrupto y rápido”, según el informe de la Dirección General de Salud Pública en el que se ha basado el Gobierno autonómico. Teniendo esto en cuenta, este organismo también recomienda que en la isla se sigan utilizando las mascarillas, porque es “una medida que ha demostrado ser útil para limitar la transmisión del virus entre las personas”.
Este cambio de nivel se produce en un contexto de “relajación” en el cumplimiento de las medidas preventivas, según Salud Pública, que pide a las autoridades locales que refuercen la actividad de vigilancia sobre el cumplimiento de las medidas y al Gobierno canario una campaña de comunicación “más exhaustiva”.
La resolución del Gobierno de Canarias que actualiza las medidas de prevención de la pandemia aparece publicada en el Boletín Oficial de Canarias este viernes y coincide con la relajación en toda España en el uso de las mascarillas en exteriores.
El informe de la Dirección General de Salud Pública en el que se ha basado el ejecutivo para elevar el nivel de alerta en Tenerife, única isla con nivel 3, constataba una incidencia acumulada de casos por cada 100.000 habitantes de 95,74 en Tenerife hace dos días. Esa cifra ha subido en las últimas horas a 102 casos, frente a los 17 de Gran Canaria, isla con un patrón demográfico y social similar.
El informe de Salud Pública no aclara los motivos específicos de estas diferencias en la incidencia entre las dos islas más pobladas, pero apunta como uno de los factores para una mayor circulación del virus que el 2 de mayo se bajara al nivel 2 sin que se hubiera estabilizado el descenso a riesgo medio en la incidencia.
En ese momento, la incidencia a siete días estaba en 60 casos, en la franja alta del riesgo medio, y solo habían pasado ocho días desde que se había abandonado el riesgo alto, en lugar del margen de 14 días para la estabilización de las tasas.
Todo ello sucedió “en un contexto de relajamiento de las actuaciones asociadas a los niveles de alerta”, reconoce Salud Pública.
Por el contrario, en Gran Canaria el descenso de la alerta a nivel 2 se produjo tras la estabilización de las tasas en riesgo medio durante catorce días y con un nivel de incidencia a siete días de 37 casos por cada 100.000 habitantes.
El criterio de Salud Pública es que la incidencia en Tenerife es más elevada en la población joven (menores de 45 años), pero “se están produciendo casos en todos los ámbitos”, probablemente por “la movilidad y número de contactos de este sector de la población y que contribuye a una mayor difusión de la infección”.
Dispersión territorial
Los datos indican que en Tenerife hay “una dispersión territorial muy elevada con un impacto superior esta semana en los entornos urbanos de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna”. De hecho, Santa Cruz de Tenerife se ha convertido en la ciudad de más de 40.000 habitantes de todo el país con mayor número de contagios registrados en la última semana.
Las autoridades de Salud Pública observan “una elevada incertidumbre sobre la evolución de la pandemia en la isla” y sobre su presión en la asistencia sanitaria indican que por ahora se observa un aumento de ingresos en camas convencionales.
El informe reconoce que el avance de la vacunación “ha tenido un impacto muy positivo en la presión asistencial y en el grupo de personas mayores”.
Pero las vacunas y las medidas no farmacológicas “aún no muestran la efectividad deseada, probablemente por la relajación en su cumplimiento que no ha impedido el notable incremento de las tasas de incidencia”.
Todo ello ha llevado a que Tenerife presente los indicadores de incidencia acumulada en nivel de riesgo alto, con tendencia creciente, a velocidad elevada y con el nivel riesgo para la población de 65 y más años en ascenso.
Más control por parte de las autoridades
Salud Pública pide una campaña de comunicación exhaustiva que refuerce el mensaje sobre la trascendencia y vigencia de las medidas no farmacológicas de los diferentes equipos de comunicación de todos los sectores del gobierno.
También se insta a las autoridades locales de la isla a que refuercen la actividad de vigilancia sobre el cumplimiento de las medidas con una presencia continua y con carácter informativo.