La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) dijo este martes que si los gobiernos deciden poner un test de coronavirus como requisito para la entrada a sus países, estas pruebas deben ser rápidas, ofrecer un resultado exacto y poder hacerse a gran escala.
La entidad, que representa a 290 aerolíneas que cubren el 82 % del tráfico aéreo global, sostuvo que los test de diagnóstico no deben convertirse en una barrera económica o logística para los viajes.
“El test de COVID-19 no debe ser un requisito para la reapertura de las fronteras o para reanudar los servicios aéreos”, agregó la IATA, que parte de la base de que una decisión de este tipo podría ser aceptable cuando se trata de viajeros procedentes de países considerados de “alto riesgo”.
No obstante, ante la llegada de la temporada de vacaciones en el hemisferio norte los países han comenzado a anunciar -cada uno a su manera- que pedirán a los visitantes un test negativo de coronavirus.
Algunos, como Túnez, han optado por reconocer los resultados de las autoridades sanitarias del país de origen del viajero; mientras que otros, como Islandia, exigen que el test se haga en el mismo aeropuerto de entrada y que su coste corra por cuenta del turista.
Por su parte, el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, viene insistiendo desde hace semanas en que la reapertura de las islas al turismo exterior debería hacerse siempre exigiendo un test de coronavirus. Torres ha remarcado que si no se pueden hacer en origen, en el lugar de partida del turista, porque ello entraña dificultades jurídicas, el Gobierno canario está dispuesto a hacerlos en destino, en las islas.
Frente a la variedad de enfoques que han empezado a predominar, la IATA pide que si los test se incluyen en los procedimientos de viaje se garantice que sus resultados estarán listos rápidamente, en menos de una hora.
Si el test se realiza en el aeropuerto de salida “debe haber capacidad para procesar varios cientos de test por hora” y la toma de una muestra de saliva (en lugar de una proveniente de la nariz o de la garganta) podría ayudar a reducir el tiempo y a que los pasajeros lo acepten mejor, opinó la asociación.
Asimismo, dijo que se debe garantiza que los resultados sean muy fiables, con un margen de error menor al 1% tanto para los falsos negativos como en falsos positivos.
La IATA añade que lo ideal es que el test pueda hacerse antes de la llegada al aeropuerto de destino, en las 24 horas anteriores.
“En caso de que se pida el test como parte del proceso de viaje, se recomienda que se realiza en el momento de la partida” y que los gobiernos reconozcan mutuamente los resultados.