Esta ruta parte desde la localidad turística del sur grancanario y recorre el sureste de la isla aprovechando tres de las enormes grietas que marcan la geografía insular desde las cumbres hasta la costa. Vamos a tener un poco de todo, pero todo lo que te proponemos es bueno. Las distancias son pequeñas y permite ver mucho en una jornada intensa con la ventaja de poder volver al Sur o la capital en poco tiempo. Si estás alojado en la capital puedes hacer el recorrido inverso y terminar en las Dunas de Maspalomas y darte el gusto de cenar ahí. Un atardecer junto al Faro de Maspalomas es uno de los espectáculos que no debes perderte en cualquier viaje. En todo caso, y dado que la inmensa mayoría de los viajeros y viajeras se alojan en la zona sur, empezaremos nuestro recorrido desde la intersección de la GC-1 con la GC-60 dirección Fataga-San Bartolomé (Avenida Alejandro del Castillo si estás en la urbanización de Playa del Inglés). Que no te engañen los primeros metros del camino: estás a punto de entrar a un verdadero paraíso de palmerales infinitos, pueblos blancos y viejos vestigios milenarios.
Los primeros kilómetros, la GC-60 asciende dando curvas por una lomada desolada que, poco a poco, se va llenando de tabaibas y cardones, dos de las especies vegetales más características de las zonas semiáridas. El paisaje da un vuelco en la Degollada de la Yegua (km 6.5). Desde este balcón natural podrás ver como el Barranco de Fataga deja de ser un páramo desértico y se llena de bosques de palmeras y pequeño pueblos blancos. A lo lejos podrás ver el Pinar de Pilancones, uno de los parajes más bonitos de esta parte de la isla. Haz un par de fotos y sigue adelante hasta Arteara (Km 11), dónde puedes hacer la primera parada de la jornada. Métete por la GC-601 hasta el final (no te preocupes que vas a poder dar la vuelta sin problema). Si no estás interesado por la historia o la arqueología simplemente mira los densos palmerales que contrastan con la roca desnuda de los cantiles que conducen a los altos de Amurga, otro de los grandes mitos grancanarios al que sólo se llega a pie. Si te interesa el pasado, no dudes en entrar en el Parque Arqueológico Necrópolis de Arteara (Arteara, sn; Tel: (+34) 638 810 591; E-mail: necropolisdearteara@arqueocanaria.com), un antiguo cementerio aborigen construido entre los derrubios de una gigantesca avalancha de piedras.
Fataga (km 16,1) es uno de los imprescindibles en toda primera visita a Gran Canaria. Este pequeño pueblo es una lección de urbanismo rural y arquitectura tradicional canaria; un pueblo de casitas blancas en un entorno natural impresionante en el que los palmerales se alternan con las terrazas de cultivo y los huertos. Fataga es, también, una manera interesante para empezar a conocer el entorno rural tradicional: sobre todo en la gestión del agua. Las acequias recorren el pueblo y a pocos kilómetros siguiendo la GC-60 hay dos viejos molinos de agua –Molinos de Los Cazorla que se pueden ver desde fuera –ver mapa-.
DE TIRAJANA A TIRAJANA.- La GC-60 deja el Barranco de Fataga después de un tramo de curvas y contra curvas que salva una gran altitud en apenas unos kilómetros. Estamos entrando en la enorme Caldera de Tirajana, uno de los dos grandes socavones (junto a su homóloga de Tejeda) que forman el centro de la isla. Tirajana se encuentra a bastante menor altura que Tejeda, por lo que domina un paisaje de palmerales y cultivos dejando al oeste los pinos que cubren Pilancones. Llegamos a San Bartolomé de Tirajana o Tunte como lo llaman los locales (km 23,8), uno de los pueblos más importantes del interior de Gran Canaria. Date el gusto de callejear un rato. La Casa de los Yánez (Antonio Yánez, 1; Tel: (+34) 928 127 120; E-mail: museocasayanez@gmail.com) es una enorme casona del siglo XIX que se ha convertido en un museo etnográfico que permite ver por dentro este ejemplo de vivienda rural de clase alta. En las calles Montañeta y Humiaga podrás encontrar los edificios más antiguos del pueblo: incluso alguna, como la llamada ‘Casa Canaria’ de la calle La Montañeta, la única casa (no se incluyen las casas cueva) de época prehispánica que aún sigue siendo habitada en nuestros días.
El entorno de Tunte es de los más bonitos de la isla. La GC-65 conduce hasta la siguiente parada propuesta. Pero antes de llegar podrás disfrutar de un paisaje agrícola único en el que podrás ver grandes palmerales, terrazas de cultivo y grandes extensiones de viñedo que dan como resultado los vinos de bodegas como Las Tirajanas (Las Lagunas, sn; Tel: (+34) 928 155 978). La ruta nos conduce entre pequeñas poblaciones como Rosiana, al pie de un inmenso risco en el que pueden verse multitud de cuevas artificiales de tiempos anteriores a la llegada de los europeos. Santa Lucía de Tirajana (km 31,3) es otro de esos pueblos bonitos del interior que merecen poner el pie a tierra y echar andar un rato. No dejes de visitar su iglesia y de internarte en su coqueto casco (imprescindibles las calles Vélez y Baldomero Argente. Aquí vas a hacer algunas de las mejores fotos de la ruta.
VISITAR ANSITE.- El rodeo merece la pena. La Fortaleza de Ansite (km 35,5) es un pitón volcánico (aquí los llaman ‘cuchillos’) que emerge de un pequeño llano situado justo al borde de un pequeño barranco. Ya de por sí el lugar es espectacular desde el punto de vista natural, pero es que, además, este sitio es uno de los enclaves arqueológicos más importantes de la isla vinculados, según la tradición, a los últimos momentos de resistencia indígena ante la conquista española. Las paredes de la ‘fortaleza’ están llenas de cuevas que fueron usadas como enterramientos y graneros; en la cima se han encontrado complicadas estructuras que parecen ser templos y en el llano, tras varias campañas de excavaciones, van apareciendo las primeras casas de lo que parece fue una de las aldeas más importantes de esta parte de la isla. No dejes de visitar el Centro de Interpretación de La Fortaleza (La Sorrueda, sn; Tel: (+34) 928 798 580), uno de los mejores centros museísticos de su especie en toda Gran Canaria y de asomarte a ver la Presa de La Sorrueda y sus palmeras que casi se meten en el agua. Este lugar es otro de los lugares emblemáticos de la ruta.
Volvemos sobre nuestros pasos y nos incorporamos a la GC-550 a pocos metros del casco de Santa Lucía. Salimos del entorno de la Caldera de Tirajana para bajar hacia la costa por la fachada este de la isla. Pasaremos junto al pueblecito de Temisas (km 48,2), con sus casitas blancas y sus terrazas de cultivo llenitas de olivos centenarios. Para fanáticos del Instagram hay que señalar el Barranco de Las Vacas (km 53.9 -ver mapa-), un curioso paraje en el que el agua ha ‘pulido’ un terreno formado por cenizas y pequeñas piedras volcánicas compactadas (toba) creando un lugar increíblemente fotogénico. Seguimos ladera abajo y pasamos por el bonito pueblo de Agüimes. Por ahora, sigue de largo y toma la GC 101 y sigue hasta el pequeño pueblo de cuevas excavadas del impresionante Barranco de Guayadeque (km 63,8), otra de esas sorpresas que encierra la estrecha geografía grancanaria. Desde aquí y hasta el final de la carretera te faltan 4,3 kilómetros que se hacen fácil (ya vamos sumando 68,1 desde que salimos). La vista desde El Andén merece la pena. Te proponemos terminar la ruta en Agüimes (km. 78,5) para disfrutar de un paseo por su bonito centro histórico y tomarte algo en la Plaza del Rosario, dónde hay un par de cafeterías. Desde aquí la vuelta a tu lugar de descanso se hace rápida: hasta Maspalomas hay 30 kilómetros y hasta Las Palmas de Gran Canaria, 35 (en ambos casos la mayoría del camino transcurre por la autopista GC-1).
Fotos bajo Licencia CC: Glen Bowman; Viajar Ahora; David Pérez Solís; Jan Helebrant; Pablo; Andreas Øverland