El Centro del Español de Comillas, que imparte titulación universitaria a través de la Universidad de Cantabria, no solo no levanta cabeza, sino que se dirige a la extinción por falta de alumnos. En contraste con las espectaculares instalaciones en la que fuera sede de la Universidad Pontificia de Comillas, el pasado año académico cursaron estudios de español 22 alumnos y acabaron sus estudios 13. Estas cifras son menos de la mitad del año académico anterior, 2021-2022, en que cursaban estudios 56 alumnos y egresaron 51.
Por titulaciones, la situación es más dantesca aún. Según información facilitada por el Gobierno de Cantabria al Parlamento, el pasado año académico desaparecieron del catálogo de titulaciones, por inexistencia de alumnos, los estudios de Especialista en enseñanza de español para la salud, Especialista en literatura para la clase de ELE (Español como Lengua Extranjera) y Especialistas en enseñanza de ELE y Especialista en enseñanza digital en el aula de ELE. En 2022-2023 Solo había matriculados alumnos en Grado (10), Máster (7) y Experto en didáctica y metodología de enseñanza de ELE (5).
Para dar respuesta a una oferta educativa basada en el español, CIESE (Centro Internacional de Estudios Superiores del Español) dispone de una infraestructura educativa que ha estado valorada en 2,15 millones de euros, lo que arroja una media por alumno matriculado el pasado curso de 98.000 euros.
Para dar respuesta a una oferta educativa basada en el español, CIESE dispone de una infraestructura educativa que ha estado valorada en 2,15 millones de euros, lo que arroja una media por alumno matriculado el pasado curso de 98.000 euros.
La apuesta del que fuera presidente Miguel Ángel Revilla y su homólogo nacional en 2005, José Luis Rodríguez Zapatero, por convertir Comillas en epicentro del español en el país y fuera de él, fracasó hace años ya y su actividad languidece paulatinamente. Revilla ya se mostró defraudado por los resultados cuando, en un encuentro con el actual presidente español, Pedro Sánchez, este le mostró su compromiso por el mantenimiento del CIESE. Este sigue existiendo, al menos teóricamente, pero por el camino ha perdido proyectos de envergadura, como el de ubicar en Comillas una sede de Colegios del Mundo Unido [finalmente la sede acabó ubicada en Alemania], atravesado un agujero económico multimillonario y nunca conseguido el suficiente atractivo para alumnos y profesores por estudiar en la villa de los arzobispos.
Todos los intentos de Revilla durante sus cuatro mandatos como presidente no consiguieron desbloquear el CIESE, aunque las reformas en el complejo arquitectónico continuaran. El propio Revilla ha llegado a responsabilizar de la situación al 'interregno' del PP, cuando Mariano Rajoy gobernaba España y Ignacio Diego era presidente en Cantabria entre 2011 y 2015. Del compromiso de Pedro Sánchez no se ha vuelto a saber.
Revilla ha llegado a atribuir el hecho de que el proyecto no saliera adelante a la “política cainita” de España y a un Gobierno del PP que lo primero que hizo cuando llegó al poder, fue “anular” el proyecto. También ha lamentado que no saliera adelante la idea de llevar a Comillas el Centro Meteorológico Europeo y que el Gobierno central se decantara por Cataluña.
La Fundación Comillas nació en diciembre del 2005 con la vocación de convertirse en una institución de referencia internacional en la formación, investigación y difusión de la lengua española y la cultura hispánica. Con esta visión surgió el CIESE. Su condición de centro adscrito a la Universidad de Cantabria le ha hecho posible ofertar titulaciones universitarias de carácter oficial.
Hace seis años, la Fundación se encontraba en un agujero económico considerable. De hecho, en 2017, la Fundación Comillas mantenía una deuda con el Instituto Cántabro de Finanzas (ICAF) de 41,5 millones de euros por un préstamo que le supone el pago de una cuota anual de 3.525.000 euros hasta el año 2031. Al mismo tiempo, este organismo tenía una deuda con la SAICC (Sociedad de Activos Inmobiliarios Campus Comillas, S.L.U., la empresa que realizaba las obras en el seminario) que ascendía a 6,5 millones de euros en 2015.
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