AIReF vaticina un panorama dantesco para la economía de Cantabria en 2021 y 2022
La Autoridad Independiente de Responsbailidad Fiscal (AIReF) ha emitido sus previsiones para la economía cántabra y el equilibro de cuentas de la Comunidad Autónoma, que prevén que lo peor del impacto por la COVID-19 se dejará sentir en 2021 y 2022, con una caída de los recursos del Gobierno de Cantabria de entre el 11 y el 15% y un incremento de la deuda regional de entre el 2,7 y el 3,7%. Cantabria no recuperará el nivel de deuda de 2019, ya alto de por sí, en una década, ni lo reducirá al 13% del PIB hasta 2042, 12 años más de lo previsto hace unos meses.
El impacto de la pandemia no se dejará sentir sensiblemente este año gracias a las transferencias del Estado, que son por dos vías: las entregas a cuenta del Sistema de Financia, y el fondo COVID-19 que el Estado ha puesto a disposición de las autonomías. Pero esto se acabará este año y a partir del que viene no solo no se renovarán, sino que habrá que empezar a devolver dinero al Estado (las liquidaciones de las entregas a cuenta serán negativas y por lo tanto habrá que reintegrar financiación que llega estos meses) y la caída de la actividad económica reducirá los ingresos fiscales del Gobierno autónomo de forma sensible, tanto por impuestos derivados por ventas por otros como el de Actos Jurídicos Documentados, que simplemente se derrumban y perderán un 50% de la recaudación.
El impacto inmediato de la recesión que implica la pandemia lo parará en Cantabria el Estado a corto plazo, pero los dos años próximos Cantabria se las verá sola con sus cuentas y según AIReF la situación será dantesca, sobre todo porque se disparará la deuda regional. De hecho, la agencia Fitch acaba de bajar el ratio a Cantabria de BBB a BBB-.
“En 2020 el Estado asumirá en su totalidad la minoración de los ingresos en el ámbito estatal y autonómico, y los mayores gastos derivados de la pandemia”, asegura AIReF, que no espera en “los años siguientes recuperación para las comunidades”. Y añade para el caso de Cantabria: “El deterioro del saldo fiscal previsto a partir de 2021 provocará un considerable aumento del volumen de deuda que, a pesar de la recuperación esperada del PIB, hará que la ratio siga subiendo. Derivado de esta situación, el pasado mes de mayo la agencia de calificación Fitch revisó a la baja el rating de esta comunidad (de ‘BBB’ a ‘BBB-’), aunque sigue manteniendo la deuda a largo plazo dentro de la categoría de grado de inversión de grado medio inferior”.
El pasado mes de mayo la agencia de calificación Fitch revisó a la baja el rating de esta comunidad (de ‘BBB’ a ‘BBB-’), aunque sigue manteniendo la deuda a largo plazo dentro de la categoría de grado de inversión de grado medio inferior
AIReF maneja un doble escenario de evolución de la crisis, en donde Cantabria se debate entre lo malo y lo peor. También queda claro que en 2020 Cantabria salvará los muebles gracias al Estado. Lo peor vendrá después.
El Sistema Financiación Autonómica y el Fondo COVID-19 tendrán un efecto positivo en 2020, que acabará prácticamente en tablas. El déficit regional se elevará entre 0,2 y 0,5% del PIB (prácticamente lo que se esperaba antes de que estallara la pandemia), dado que las transferencias del Estado se elevan entre 11 y 10% por el Sistema de Financiación y el Fondo COVID-19, respectivamente.
“El impacto de la crisis actual se aplaza a los ejercicios siguientes a través de los recursos del sistema de financiación autonómica y otras transferencias del Estado. Los principales ingresos de comunidades de régimen común, derivados del SFA (financiación autonómica), se han abonado en 2020 sin tener en cuenta la crisis. Las entregas a cuenta para 2020 aprobadas suponen un incremento sobre las previstas en prórroga. Ese incremento anual se ha anticipado en los meses de marzo y abril para hacer frente a la situación excepcional derivada de la COVID-19. Estas entregas a cuenta no incorporan el impacto negativo esperado en los ingresos tributarios como consecuencia la pandemia. A ello se unen las transferencias aprobadas a través del Fondo COVID-19. Ello implica que en 2020 el Estado asumirá en su totalidad la minoración de los ingresos en el ámbito estatal y autonómico, y los mayores gastos derivada de la pandemia, y que en los años siguientes no se espere recuperación para las comunidades”, explica el ente que preside Cristina Herrero.
También se conoce cuál está siendo el pacto de la COVID-19 en las arcas regionales: entre un 1,1 y 1,4% del PIB, un punto solo derivado del aumento del gasto sanitario (entre 0,5 y 0,7% del PIB)), en Educación y otros (ayudas a pymes, autónomos, transferencias a ayuntamientos, Turismo, Sector primario y otros), así como por la pérdida de ingresos.
2021 y 2022
Las perspectivas en la Comunidad Autónoma de Cantabria para 2021 y 2022 empeoran significativamente respecto a 2020. Bajo las previsiones macroeconómicas actuales, los recursos del sistema para 2021 en la Comunidad Autónoma de Cantabria podrían experimentar una caída de entre el 11% y el 15% respecto a las cuantías abonadas en 2020. A ello se une la caída de ingresos por la no reiteración de transferencias extraordinarias de 2020 que determina una variación negativa del conjunto de los ingresos entre el 13% y el 16%.
“Aun bajo el supuesto de que la mayor parte del incremento del gasto esperado en 2020 en el ámbito sanitario y social a consecuencia de la COVID-19 no se mantendrá en 2021, y de que se iniciará la recuperación económica, es previsible un importante deterioro del saldo de la comunidad en este ejercicio, que podría aumentar en torno a dos puntos el déficit del año anterior”, explica AIReF.
La situación irá empeorando a medida que Cantabria se acerque a 2022 por el frenazo de la actividad económica y la caída de ingresos fiscales, lo que pondrá en riesgo la “sostenibilidad financiera” de Cantabria, algo que contrasta con los datos que ha remitido la Consejería de Economía este año en donde espera conseguir el equilibrio presupuestario del ejercicio.
“La abrupta caída del crecimiento económico, junto con el deterioro del saldo fiscal a partir de 2021, supondrán un aumento en el nivel de riesgo de sostenibilidad financiera de la Comunidad Autónoma de Cantabria”, sentencia el organismo.
El mayor impacto se lo llevará la deuda regional, que será el recurso del que tire el Gobierno de Cantabria para cubrir el agujero de ingresos y de gastos.
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