El bipartito PRC-PSOE ha querido zanjar la polémica durante la cita institucional que ha tenido lugar este viernes en el Día de Cantabria en la Feria Internacional de Turismo (FITUR). Los primeros gestos de reconciliación se han sucedido incluso antes de la entrega de la 'Q' de calidad que se ha otorgado a la cueva de El Soplao y que ha dado comienzo al acto oficial.
Parece que la calma ha llegado al Consejo de Gobierno integrado por regionalistas y socialistas después de la vorágine a la que se ha enfrentado durante este mes de enero, en la que el bipartito estuvo a punto de romperse a causa del 'no' del diputado nacional del PRC, Jose María Mazón, a la investidura de Pedro Sánchez.
El gesto más llamativo lo ha protagonizado el vicepresidente del Ejecutivo autonómico, Pablo Zuloaga, quien ha subido a la tarima en la que más adelante se llevaría a cabo la presentación de Cantabria en Fitur 2020 saludando amistosamente al presidente de la comunidad, Miguel Ángel Revilla. Lejos de la reciprocidad, a Revilla le ha bastado con responder a su socio de Gobierno con escasas palabras.
No obstante, este no ha sido el único detalle con el que regionalistas y socialistas han tratado de mostrar complicidad durante la ceremonia. Además de ser el propio Zuloaga quien ha cedido la palabra al presidente de la comunidad, ambos partidos han charlado durante unos minutos en el estand cántabro a la espera del inicio de la presentación. Una imagen de cercanía y respeto con la que el bipartito ha querido mostrar que ha enterrado el hacha de guerra y sus conflictos internos ante el público, y que hacía tiempo que no se veía entre ambos partidos.
Este alarde de buena sintonía institucional ocurre después de la tormenta política desatada con el voto en contra de José María Mazón a Pedro Sánchez justificado en el acuerdo alcanzado con ERC para la investidura. Un hecho que los socialistas se tomaron como “una traición” a los acuerdos firmados el pasado mes de junio de 2019. Desde entonces, la estabilidad del Gobierno de Cantabria no ha hecho más que tambalear, creando una situación de incertidumbre política en la comunidad.