La crisis interna de Podemos provoca la ruptura del grupo parlamentario y deja en el limbo a su exportavoz
El último capítulo de la crisis interna de Podemos provocará un terremoto en el Parlamento de Cantabria. Y es que la decisión de Verónica Ordóñez de abandonar el grupo que forma el partido morado lo aboca a su disolución. La exportavoz parlamentaria pasará a ser diputada no adscrita, y José Ramón Blanco y Alberto Bolado se integrarán en el grupo mixto junto al diputado de Ciudadanos, Rubén Gómez, y al tránsfuga Juan Ramón Carrancio.
La primera consecuencia para Ordóñez es que perderá los recursos económicos y de apoyo asignados por pertenecer a un grupo parlamentario y los del grupo de Podemos se asignarán de forma proporcional al mixto. Además, este último contará con el mismo tiempo de intervención, que ahora tendrá que repartirse, además de entre Gómez y Carrancio, entre los dos exintegrantes del grupo de Podemos que presumiblemente lo harán de forma conjunta.
No obstante, este es un escenario nuevo que la Mesa del Parlamento tendrá que estudiar, para lo que se reunirá la próxima semana. Este órgano analizará si Bolado puede seguir perteneciendo a la propia Mesa tras el cambio de grupo y abordará el papel de Ordóñez que, según fuentes parlamentarias, solo podrá formular preguntas e interpelaciones, y únicamente podrá pertenecer a una comisión, aunque podrá participar, con voz pero sin voto, en todas las que desee, y con voto en las que decida la Mesa y la Junta de Portavoces.
El grupo mixto dejó de estar integrado únicamente por Ciudadanos después de que Carrancio abandonara la formación naranja, junto a otros miembros y concejales del partido, para fundar OlaCantabria. Los recursos y los tiempos de intervención tuvieron que repartirse entre ambos diputados, situación que se ha mantenido durante año y medio, y que ahora volverá a modificarse tras la disolución del grupo morado.
Según ha comunicado, Ordóñez continuará vinculada a Podemos después de que la gestora impuesta por la dirección nacional -que se ha desvinculado del grupo parlamentario- haya restaurado su militancia tras haber sido suspendida cautelarmente por la exsecretaria general, Rosana Alonso.
Por contra, el “equipo técnico”, tal y como denomina Madrid a la propia gestora, lamenta la posición de Blanco y Bolado, que “a pesar de no reconocer las decisiones de los órganos de dirección de Podemos [la gestora], pretenden mantener su acta parlamentaria y actuar al margen de la organización”.