Revilla no ve con malos ojos la propuesta que ya ha hecho el PP de implicar en la vacunación a la sanidad privada y sanitarios jubilados
La Sanidad privada puede acabar colaborando en la vacunación contra la COVID-19 si el consejero socialista de Sanidad, Miguel Rodríguez, atiende el requerimiento que en tal sentido le ha trasladado el presidente Miguel Ángel Revilla, quien ve con buenos ojos ampliar la gestión de este proceso con tal de tener a toda la población vacunada cuanto antes.
El plantemaiento de Revilla se ha hecho tras entrevistarse este viernes con la dirección del centro hospitalario Padre Menni y coincide en la práctica con la propuesta que hizo el jueves la presidenta del PP cántabro, María José Sáenz de Buruaga.
El presidente cántabro afirma no entender cómo personal y residentes de Padre Menni han tenido que ser vacunados por equipos externos del Sistema Cántabro de Salud cuando el propio centro pudiera haberse encargado de ello. Este planteamiento le ha sido trasladado por el centro de las Hermanas Hospitalarias, algo que el presidente considera “razonable”, aunque ha señalado que será Sanidad la que decida y ha revelado que el titular de esta Consejería ya le ha indicado que “lo estudiará”.
El centro Padre Menni ya tiene vacunado contra la COVID-19 a todos sus pacientes y al personal, con un total de 753 personas, una vacunación que ha llevado a cabo personal del SCS. De este centro, solo han rechazado recibir la vacuna 11 residentes y ocho trabajadores.
Padre Menni ha trasladado a Revilla que cuenta con un equipo “perfectamente formado” para haber llevado por sí mismo la vacunación en el centro. Revilla cree que esto podría ser “extensible” al resto de centros privados que cuentan con personal cualificado para llevar a cabo la vacunación en sus propias instituciones. Es más, incluso la sanidad privada pudiera colaborar en la vacunación de la población en general, algo que se haría en los propios centros.
A su juicio, no se puede “despreciar” esta propuesta de colaboración en una vacunación que requiere “celeridad”. Revilla cree que la participación de estos profesionales de centros privados puede ser útil sobre todo cuando empiecen a llegar más dosis de vacunas de diferentes marcas. El objetivo es poder vacunar a toda la población de Cantabria “cuanto antes” para lo que, según ha advertido, no solo se necesita personal para poder administrarla sino también dosis suficientes.
Por ahora, se está llevando a cabo la vacunación de colectivos prioritarios, como residencias de mayores, personal sanitario y también se ha vacunado a los internos y al personal del centro penitenciario del Dueso. “Un foco en una prisión sería una bomba”, ha dicho Revilla en alusión a algunas críticas recibidas por que se haya incluido a este centro en la primera fase de la vacunación.
Revilla prevé que para el día 23 de enero estén vacunadas todas los usuarios y personal de las residencias de mayores; el personal de centros sanitarios “públicos y privados” y otra población “vulnerable”, lo que supone entre 24.000 y 25.000 personas.
El presidente ha subrayado que Cantabria se ha puesto “a la cabeza” -según el SCS se han administrado el 93% de las dosis recibidas- de la vacunación en España y ha garantizado que la comunidad va a poner “todas las vacunas que lleguen”, dejando una cantidad suficiente para poder administrar las segundas dosis.
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