La puerta de Altamira sigue entreabierta
La polémica sobre la reapertura de Altamira sigue abierta. Igual que la puerta de acceso a la cueva, que seguirá recibiendo visitantes a cuentagotas después de que el Patronato del Museo Nacional y Centro de Investigación que rige los destinos de la Capilla Sixtina del arte rupestre haya decidido mantener las visitas experimentales “controladas y limitadas” bajo las órdenes del investigador experto en conservación preventiva Gäel de Guichen.
La reapertura de la cavidad se produjo en febrero de 2014 y concluyó un año después, hace unos días, con la entrada de un grupo de cinco personas junto a dos guías durante 37 minutos un día a la semana, generalmente los viernes. Ahora se mantendrá esa dinámica a partir de Semana Santa, para aprovechar el 'tirón' de la cueva en el turismo de Cantabria. Los estudios científicos realizados en los dos últimos años han constatado, según los investigadores, que “la presencia humana no es significativa” para la supervivencia de las pinturas.
Por lo tanto, estas visitas seguirán el mismo protocolo de acceso llevado a cabo hasta el momento, con tan solo diez minutos en la conocida como sala de polícromos. Además, se mantendrá la misma fórmula de elección de los visitantes, es decir, a través de un sorteo entre los que asistan al Museo de Altamira, en Santillana del Mar, el día de la visita.
La reunión celebrada este jueves en Santander ha estado presidida por el jefe del Ejecutivo cántabro, Ignacio Diego, y ha contado con la presencia del secretario de Estado de Cultura, José María Lasalle; el director del Museo de Altamira, José Antonio Lasheras; el consejero de Educación, Cultura y Deporte de Cantabria, Miguel Ángel Serna; el director del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria, Roberto Ontañón; el alcalde de Santillana del Mar, Isidoro Rábago; o los rectores de la Universidad de Cantabria y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, José Carlos Gómez Sal y César Nómbela, entre otros patronos.
Diego y Lasalle han sido los encargados de explicar en rueda de prensa que el factor principal que afecta a la integridad de las pinturas de Altamira es “la pérdida de pigmento por lavado” debido a la infiltración de agua y a los posibles aportes de condensación que de manera natural se desarrollan en el cavidad. Así, el Patronato ha decidido que se mantengan los “controles continuos” de seguimiento de la cueva, que incluyen el análisis de las condiciones ambientales y microbiológicas, en especial durante la realización de las visitas experimentales.
Por este mismo motivo, el presidente de Cantabria ha asegurado que estas visitas “están sujetas al mantenimiento de las condiciones de estabilidad de la cueva, pudiendo suspenderse si éstas se alteran”. El objetivo de las autoridades cántabras, sin embargo, va en sentido contrario: la intención es que Altamira pueda ser un activo turístico y esperan que la reapertura sea progresiva, para que crezca el interés entre los visitantes.
Polémica reapertura
El Patronato no se reunía desde el pasado mes de septiembre y ha servido para analizar los últimos datos el Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira, una iniciativa que había generado una gran polémica como consecuencia después de la carta remitida a la UNESCO por parte del Departamento de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid en la que advertía de la “clara amenaza a la conservación” que suponen estas visitas experimentales a la cavidad.
“Puesto que ni la evidencia científica ni el número de visitantes previstos apoyan la apertura de la cueva, solo queda reconocer que es la presión política y las posiciones electoralistas las motivaciones que subyacen a las acciones adoptadas por el Ministerio de Cultura de España”, subrayaban los expertos en su misiva.
El Ministerio de Cultura, por su parte, sostiene que el programa de investigación “ha ampliado enormemente el conocimiento” sobre la cueva, que es Patrimonio de la Humanidad desde 1985 y que ha estado cerrada al público durante 12 años. Defienden que, tras la realización del programa de investigación y con el plan de conservación preventiva implantado, el conocimiento de este bien cultural y las garantías para su conservación “son mayores que nunca”.
Criterio de prudencia
Las pinturas rupestres de esta cavidad declarada Patrimonio de la Humanidad en 1985, con más de 20.000 años de antigüedad, se mantienen estables. De hecho, se ha barajado la posibilidad de que pueda incrementarse el número de visitantes, pero el Patronato ha decidido mantener un “criterio de prudencia y conservador” para “no añadir más daño a la fragilidad de la cueva”.
En la reunión, también se ha designado a la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Botín, como vicepresidenta del Patronato, un cargo que quedó vacante tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, en septiembre de 2014. Ocupará este cargo a propuesta conjunta del Ministerio de Cultura y el Gobierno de Cantabria. Asimismo, se ha nombrado vocal de este órgano al presidente de la Fundación Botín, Javier Botín.