La pandemia de la COVID-19 no ha dejado datos “excesivamente preocupantes” en relación a los autónomos cántabros porque “apenas” 135 personas han cesado su actividad entre junio de 2019 y el mismo mes de 2021 y gracias a que el 77,9% de los afiliados a este régimen han estado en algún momento de la crisis sanitaria en cese de actividad. Así lo ha señalado el presidente de UPTA España y UTAC Cantabria, Eduardo Abad, en una rueda de prensa que ha ofrecido este martes para valorar la situación del trabajo autónomo en la comunidad en el primer trimestre del año.
Según ha dicho, el cese de actividad ha sido un “colchón de protección social que ha funcionado y ha logrado que los datos de caída de autónomos sean bajos frente a la situación económica catastrófica” que se está produciendo. Y es que, con datos a cierre del mes de mayo, todavía están en marcha 29.400 de estas prestaciones -que exoneran del pago de la cuota a la Seguridad Social y a quienes cumplen los requisitos les aportan el 70% de su base de cotización-, teniendo en cuenta que a fecha 1 de junio Cantabria tenía un total 41.393 autónomos.
Además, un 11,28% de los autónomos cántabros, 4.667, están acogidos a la tarifa plana, con bonificaciones de la cuota de la Seguridad Social, una situación que, a juicio de Abad, hay que hacer “todo lo posible por cambiar” una vez que se instaure el nuevo sistema de cotización en función de los ingresos, porque de ellos “prácticamente 1.300 tienen ingresos por encima de los 20.000 euros al año, ya no tendrían que estar en una bonificación”, ha explicado.
El presidente de UTAC ha dado a conocer los datos cerrados a 1 de junio, que indican que Cantabria tiene 41.393 autónomos, de los que 25.695 son hombres y 15.698 mujeres. Además, sigue creciendo en este colectivo el número de extranjeros, que alcanza ya los 2.446.
Por otro lado, en torno al fondo repartido a las comunidades autónomas para ayudas a autónomos y pymes afectados por la COVID, del que corresponden a Cantabria 55,3 millones, UTAC calcula que solo se repartirá un 25%, unos 13 millones, debido a la “cabezonería” del Ejecutivo central.
La Unión ha pedido que se redacte un nuevo real decreto que modifique el actual, ya que contempla repartir esas ayudas entre los autónomos con deudas o con pérdidas de facturación por encima del 30%. Mientras, UTAC pide que la ayuda sea para aquellos con una minoración de ingresos de al menos el 50% y que sea directa, sin necesidad de que tengan deudas, para que puedan acogerse a ella aquellos que han tenido que acudir a familiares o a su entorno para no endeudarse.
“La situación es absolutamente caótica desde el punto de vista de la eficacia de una ayuda que estaba llamada a ser un autentico rescate y que está resultando ser un auténtico fiasco”, ha sentenciado Abad, criticando la “cabezonería” del Gobierno por no dar una ayuda directa y finalista.
Asimismo, el presidente de UTAC ha lamentado que “hemos perdido una gran oportunidad de haber hecho los deberes y haber cambiado el tejido productivo” del trabajo autónomo a raíz de la pandemia, a través de elementos que son “fundamentales” como la digitalización, la formación, y cambios en las actividades económicas. Y es que “seguimos teniendo tasas tremendamente altas” en los sectores del transporte, comercio y hostelería, que engloban a más del 60% del total de los autónomos que desarrollan la actividad en la comunidad.
Así, ha destacado que las altas que se han producido en los últimos tres meses “se han fundamentado exclusivamente en sector de la hostelería y comercio”, por lo que “seguimos cometiendo los mismos errores”, ya que continuamente abren nuevos comercios y establecimientos “que sustituyen a comercios que han cerrado”.
Por ello, Abad cree que, “puesto que no hemos hecho los deberes a tiempo ni las modificaciones necesarias” para cambiar el sistema productivo, “vamos a pagar las consecuencias una vez pase la temporada estival, que parece que todo lo atenúa”, y “vamos a revivir los peores momentos de la crisis económica”.