Adela Cortina cree que la “gran tarea” de las universidades para este siglo es combinar ciencias con humanidades
La filósofa Adela Cortina ha considerado que “la gran tarea” de las universidades para el siglo XXI es combinar las ciencias con las humanidades, ya que estas últimas también suponen una contribución “innegable” en el desarrollo humano a pesar de que en ocasiones se ponga en tela de juicio.
Cortina ha hecho esta reivindicación en la lección de clausura de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, cuya programación incluye cada edición actividades y ponencias de todas las áreas de conocimiento para afrontar los retos de la actualidad. En opinión de la filósofa, deben trabajar juntas las ciencias, humanidades “y todos los saberes que se pueden poner a disposición de los seres humanos que tienen dignidad y no un simple precio”.
En este sentido, ha recordado a los primeros humanistas que se preguntaron sobre los derechos humanos, el precio justo, los préstamos y los intereses o la pobreza, impulsando con sus reflexiones la Declaración Universal de los Derechos Humanos o un “empoderamiento” y protección a los pobres.
Al hilo, la catedrática de Ética y Filosofía Política de la Universidad de Valencia y miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas ha reivindicado que “no es una sugerencia, sino una obligación moral, política y económica” acabar con el hambre y la pobreza, enfocándose en el derecho de las personas a no ser pobres, que debe ser “absolutamente respetado y defendido por este siglo XXI si queremos tener un poco de sensatez, de dignidad y de decencia”.
Cortina ha centrado su discurso en el valor de la palabra, el medio “más propiamente humano”, y en el papel de las humanidades, que “viven un declive” por aquellos que opinan que son “inútiles”, algo “erróneo” a su juicio porque, entre otras cosas, “permiten a las sociedades autocomprenderse y orientan cambios hacia el progreso.
“Carece de sentido decir que las humanidades no influyen en desarrollo humano”, ha sentenciado, añadiendo que, además, proporcionan beneficio económico a través de las actividades culturales.
Con esta lección, la filósofa ha clausurado una edición de Cursos de Verano de la UIMP marcada por la celebración de su 90 aniversario y por la vuelta a la presencialidad tras la pandemia. En esta ocasión han sido 154 los cursos organizados, por los que han pasado 1.979 ponentes y 4.567 alumnos, y que se han complementado con actos institucionales y medio centenar de actividades culturales. Además, se han concedido más de 650 becas para facilitar la asistencia.
Estos datos los ha ofrecido la vicesecretaria general de la UIMP, Carmen Losa, que ha leído la memoria de actividades en el acto, en el que también han participado el rector, Carlos Andradas; el secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón; el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla; y la alcaldesa de Santander.
Homenaje a Pablo Hojas
La clausura ha incluido también un homenaje al fotógrafo Pablo Hojas, fallecido el pasado mes de julio, por su compromiso con la Universidad, que le ha concedido su medalla a título póstumo. Su viuda, Elena Cuevas, ha recogido el reconocimiento.
Asimismo, la UIMP ha entregado la medalla de sus 90 años a entidades colaboradoras: el Gobierno de Cantabria, el Ayuntamiento de Santander, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Santander Universidades, Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y EDP.
El rector ha celebrado que el equipo de Gobierno de la UIMP, que se ha estrenado en esta edición con “incertidumbre” pero con “ilusión a raudales”, ha superado los objetivos que se marcó de “recuperar, afianzar y crecer” y trabajará para seguir creciendo en internacionalización, en igualdad y en calidad.
Un viaje que comienza “desde ya mismo” pensando en la próxima edición de 2023, tras “un año de aprendizaje” del que sacar conclusiones, y del que ha recordado momentos “inolvidables” como la instalación de la escultura Carlota de Jaume Plensa en La Magdalena, la visita del Rey Felipe VI, el homenaje a los exrectores o los “cientos de personas” que acudieron para ver el estreno del 'videomapping' y la obra 'Alma mater' para el 90 aniversario, entre otros.
También el secretario general de Universidades ha felicitado al equipo rectoral por el “extraordinario” desempeño de los cursos y ha destacado la “multidisciplinaridad e interdisciplinaridad” como “el alma” de la UIMP. “Necesitamos de los esfuerzos de la inteligencia y buen saber de todos, en un trabajo colaborativo para afrontar los enromes retos que tiene la sociedad actual”, ha dicho, celebrando que la UIMP es “buen ejemplo” de ello a lo largo de toda su historia.
Pingarrón ha señalado que “toda clausura es el comienzo de otro algo” y ha trasladado el apoyo del Ministerio para trabajar “codo con codo” con el fin de que en 2023 los cursos “mejoren si es posible”, aunque “el listón está muy alto”.
Por su parte, el presidente de Cantabria ha hecho un balance “muy positivo” de esta edición y ha reconocido que el verano en la región, más allá de los atractivos turísticos que alberga, está “marcado por la presencia” de la UIMP y sus alumnos y ponentes.
En la misma línea, la alcaldesa de Santander ha asegurado que la ciudad “no habría alcanzado su actual relieve sin haberse volcado con la UIMP”, con la que ha tenido una vinculación “histórica” desde hace casi un siglo.
Tanto Revilla como Igual han instado a la entidad a ponerse en marcha con la organización de una próxima edición en la que abordar los retos de una época “convulsa” y llena de “inertidumbres” a nivel internacional, para intentar poner “un poco de cordura” y reflexionar sobre cómo salir de esta situación marcada por la guerra en Ucrania.
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