Equo Cantabria ha pedido al artista Okuda San Miguel que “se retire” del proyecto del faro de Ajo, en el que colaboran el Ayuntamiento de Bareyo, el Gobierno regional y la Autoridad Portuaria, ya que considera que la intervención prevista es una “degradación cultural” que “pervierte” la identidad arquitectónica del edificio.
En nota de prensa, el partido ecologista recuerda que el proyecto, que se presentó públicamente el pasado 28 de mayo, consiste en un “colorido mural” que ocupa toda la fachada redonda del edificio desde la base a la cúpula, incluidas las dos balconadas, y todos sus huecos.
Añade que, con un coste de 75.000 euros, el proyecto, que ha sido adjudicado sin concurso, se presenta “como un magnífico recurso turístico, no por las cualidades del faro, sino por la espectacularidad de los diseños de Okuda”. De esta forma, “el faro de Ajo será en breve, si se acomete esta intervención, el faro de Okuda”, señala Equo.
“Tal es el éxito que se augura, que el proyecto será presentado en breve en la reunión de todas las autoridades portuarias de España”, añade el partido, que confía en que, en esa reunión, “alguien con mayor sensibilidad” por la protección del patrimonio cultural desaconseje la iniciativa a sus promotores.
“Lo decimos con el máximo respeto por la obra de Okuda, a sabiendas de que muchos de sus murales son dignos de aplaudirse. Pero el mural del faro de Ajo no”, asegura Equo, que considera que se trata de una intervención “estéticamente desaconsejable, por muchos aplausos que el 'neofaro', o 'farokuda', pueda desplegar en función del gusto de promotores y de una parte del público”.
En este sentido, considera que el proyecto “frivoliza y distorsiona” la percepción de un “valioso elemento” de nuestro patrimonio arquitectónico como es el faro, con su planta circular, y sus formas simples y funcionales inseparables de su color blanco que se alza verticalmente sobre un paisaje singular, la costa más septentrional de Cantabria, que es además Zona de Especial Protección para las Aves.
Además, para Equo llama la atención que el faro de Ajo no haya sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC), tal como sucede con otros faros de Cantabria desde San Vicente a Castro Urdiales. Una “anomalía” que, según dice, “debiera hacer reflexionar a la Consejería de Cultura para tratar de reparar lo que puede ser un gran error”.
“Con la intervención de Okuda se convierte en un recurso turístico que degrada su valor cultural, pervierte su identidad, y sustituye la esencia del edificio para convertirse en un decorado pintoresco”, sostiene Equo.
A su juicio, los promotores del proyecto “acaso encuentren motivos más poderosos en la reconversión del faro de Ajo en un recurso turístico artístico y espectacular que va a ser visitado por miles de personas”, y por ello se dirige al propio Okuda para pedirle que “renuncie” a esta intervención por ser una “auténtica barbaridad cultural”.