El confinamiento y las posteriores restricciones pusieron en evidencia un problema que, pese a que había arrancado un tiempo atrás, con el aislamiento necesario por la pandemia se hizo cada vez más acuciante. Hablamos del crecimiento de las apuestas online, una problemática en la que los jóvenes son los principales perjudicados llegando a desarrollar patologías mentales como la adicción.
Este motivo fue el que llevó al Instituto Municipal de Deportes de Santander (IMD) a desarrollar la campaña 'Que no jueguen contigo, '¡di no!', que trata de prevenir la proliferación del juego patológico en menores a través de la práctica deportiva.
El psicólogo deportivo, José Antonio Bonilla, que ha sido asesor en la campaña, lo tiene claro: “En las apuestas se habla de que es un juego, pero es que no lo es porque se basa en gastar dinero con el objetivo de ganar más. No hay competitividad porque no compites con nadie salvo con el azar y tampoco pones en juego tus habilidades... Cuando apuestas no juegas, más bien están jugando contigo porque es un negocio para las casas de apuestas”.
Así, y al tratarse de una problemática “que no deja de crecer” el especialista insiste en que uno de cada cuatro adolescentes ha declarado haber apostado en el último año, un dato que, además de ser superior al de la media europea, deja en evidencia la democratización de las apuestas entre este sector de la sociedad. De igual manera, otro de los asuntos que preocupa es que cada vez esta incursión en el mundo de las apuestas online se realiza más temprano, algo que también ocurre con otras conductas como el consumo de alcohol, tabaco o incluso el inicio de las relaciones sexuales.
Apoyados por deportistas de la talla de la medalla de plata olímpica en baloncesto Laura Nicholls, de la campeona olímpica de salto de altura Ruth Beitia, o del tricampeón mundial de ciclismo Óscar Freire, el IMD también lleva otro lema en su campaña: 'Apuesta por el deporte y gana sanamente'. Un lema con el que el psicólogo está muy de acuerdo porque “no es coherente hacer deporte con apostar”.
“El juego online facilita el aislamiento y la soledad. Es decir, lo contrario al deporte, que facilita la sociabilización y transmite una serie de valores como la cultura del esfuerzo, el compromiso o el sentimiento de pertenencia a un equipo”, asevera Bonilla. De igual forma, el concejal de Deporte del Ayuntamiento de Santander, Felipe Pérez Manso, aseguró el día de la presentación de la campaña que esta está dirigida a todos los jóvenes “sean deportistas o no”: “Se trata de fomentar el deporte frente a otro tipo de juego que nada tiene que ver”.
Respecto a la pregunta de por qué la ludopatía cada vez está afectando a más jóvenes, el especialista considera que hay varios aspectos que influyen, sobre todo al aunarse. “Está el componente económico, ya que se considera que es un dinero fácil de conseguir; luego está el anonimato, que también es un punto importante porque prácticamente no te tienes que identificar y se pueden saltar las barreras relacionadas con la mayoría de edad, aunque en España está prohibido el juego online para menores”, señala el experto.
Sin embargo, hay otros factores que predisponen a que el adolescente caiga en el problema. Factores como la autoestima baja, la inestabilidad emocional o la existencia en la familia de jugadores, que también condicionan que haya menores con más posibilidades de desarrollar la adicción.
El comienzo del problema y la prevención
Por otro lado, como advierte el psicólogo deportivo, la ludopatía comienza cuando arranca la dependencia, es decur, cuando la persona deja de elegir jugar “y ya no controla la situación”. Una forma de evaluarlo es cuando se gasta más de lo necesario, cuando se apuesta para recuperar lo perdido, o incluso cuando se sigue jugando después de perder mucho dinero. “Pierdes el libre albedrío, y esa sensación te genera ansiedad y a la vez sentimiento de culpabilidad”, explica Bonilla.
No obstante, hay tres estadios en los que se dividiría el juego de las apuestas en la mente humana. El primero de ellos es el sano, en el que se jugaría como pasatiempo: “Ahí normalmente se hace acompañado de amigos y con una cantidad de dinero fija con la que sabes que no te puedes pasar”. En cambio, cuando este primer estadio se comienza a realizar con frecuencia, algunos jóvenes caen en la segunda fase, la del juego “problemático”: “No constituye en sí una patología pero sí un problema porque en ellos se despierta una fuerte sensación de culpabilidad unido a la ansiedad y a las pérdidas económicas que supone”.
Por último estaría el juego patológico o la ludopatía, que se produce cuando el adolescente ya no tiene ningún control sobre los impulsos y no puede evitar el no jugar: “Aquí ya hay un aislamiento progresivo en el que se empieza a apostar a escondidas, lo que tiene una interferencia grave con la vida cotidiana. Se entra en una fuerte dependencia psicológica con su consecuente pérdida de control y ya no hay ninguna otra actividad que le confiera la gratificación de jugar”.
Por tanto, para no tener la tentación de entrar en un mundo del que nunca se tiene claro cómo se va a salir, desde el Ayuntamiento de Santander recomiendan la distracción con buenas prácticas tales que el deporte como medio para no recaer en esta posible adicción y, como resume Ruth Beitia en su spot de la campaña: “La ludopatía del juego es un mal compañero de vida. Haz deporte para mantener tu mente y cuerpo sanos”.