Molinos más grandes que el campo del Racing o el dinero que dejarán los proyectos eólicos: preguntas y respuestas sobre los parques en Cantabria
Después de meses de polémica y algunos cambios de opinión sobre la viabilidad de los proyectos, no cabe duda de que los parques eólicos que se pretenden construir en Cantabria, principalmente en la zona de los Valles Pasiegos, seguirán trayendo cola hasta que se tome alguna decisión firme sobre su puesta en marcha o la negativa a que continúen con la tramitación.
Así pues, elDiario.es ha elaborado una guía en la que se responde a algunas de la cuestiones que más dudas pueden generar:
¿Cuáles son los proyectos que más afectan a los Valles Pasiegos?
Serían seis: Garma Blanca, Ribota, Cildá, Amaranta, El Acebo y Bustafrades. Aunque realmente, y tal y como indica este mapa de la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA), son 18 los proyectos totales que, de una forma u otra perjudican al entorno pasiego. De esta forma, además de los mencionados, parques como el de El Escudo, Valdeporres o La Peñuca, también causarán impacto ambiental, visual y acústico en estos lugares.
La Plataforma para la Defensa de los Valles del Sur de Cantabria ha elaborado una entrada en su blog en el que explican los 36 proyectos -algunos de ellos ya cancelados- que en algún momento se han presentado en la comunidad.
¿Qué municipios están más afectados?
Los municipios más afectados, de una u otra manera, son Riotuerto, Entrambasaguas, Solórzano, Villacarriedo, Selaya, San Roque de Riomiera, Vega de Pas, Santiurde, Corvera de Toranzo, Luena, Molledo, Penagos, Liérganes, Santa María de Cayón, Entrambasaguas, Riotuerto, Las Rozas de Valdearroyo, Campoo de Enmedio y Valdeolea.
¿Cuántos parques están ahora mismo en algún punto de tramitación administrativa?
Por el momento son dos: Garma Blanca, que ya ha terminado la fase de información pública, y Ribota, que aún continúa con esta fase abierta. Previsiblemente el parque eólico de El Acebo, que contará con 39 molinos, arrancará su tramitación durante los próximos días.
¿Cuáles son las empresas que están detrás de los parques?
La principal empresa que pretende sacar adelante los proyectos es Green Capital Power, propiedad de Capital Energy, creada en 2002. Solo ellos cuentan con 17 de los proyectos de energías renovables que hay en Cantabria. Esta empresa, que es propiedad del exyerno de Florentino Pérez, tendría que invertir en la comunidad 650 millones de euros para producir una potencia de casi 690 megawatios.
Asimismo, entre los inversores también se pueden encontrar filiales como las eléctricas Viesgo, EDP e Iberdrola, aunque bajo nuevos nombres como Viesgo Renovables S.L., EDP Renovables España S.L, o Biocantaber S.L.
¿De quién depende que estos proyectos sigan adelante?
Depende de la potencia de los mismos. Si la potencia del parque no supera los 50 megawatios dependerá inicialmente de la Consejería de Industria del Gobierno de Cantabria, y si lo hace irá directamente al Ministerio de Transición Ecológica del Gobierno de España. Como curiosidad, varios parques (Ribota, La Rasa, Bustasur, Garma Blanca o Maya) han llevado su potencia hasta los 51MW, con lo que quedan en manos del departamento que dirige Teresa Ribera.
Pese a eso, y desde un punto de vista puramente económico, los grandes interesados en financiar las energías renovables no vienen de España sino de fuera. Así, los fondos europeos aprobados para la recuperación económica dedicarán una parte de los cerca de dos billones de euros a estas energías. Por otro lado, la banca mundial está dedicando ya miles de millones de euros a financiar proyectos renovables.
¿Cómo de grandes son los molinos?
Roberto González García, que es experto ambiental, lo plasmó recientemente de forma sencilla comparando el tamaño de un aerogenerador del proyecto Garma Blanca con el de distintos campos de fútbol. Así, se puede ver que un solo molino tumbado no entraría en los Campos de Sport de El Sardinero, en Santander, ni en El Malecón de Torrelavega.
Otro ejemplo que puede ayudar a imaginarse el aerogenerador es el que puso el portavoz de Vox en el Parlamento de Cantabria, Cristóbal Palacio, señalando que uno de estos ocuparía lo mismo que la mitad de la Torre Eiffel de París. Y es que el tamaño de los molinos actuales dista bastante del de los parques eólicos de años atrás y, por ejemplo, el parque Cañoneras, en Soba, o La Magdalena, en la provincia de Burgos, cuentan con unos aerogeneradores de 70 metros, es decir, menos de la mitad de los 162,5 metros que miden los actuales.
La razón de que se haya ampliado tanto la dimensión de los molinos no es otra que la de generar más potencia. Así, si se cambiaran los molinos del Parque Eólico La Magdalena -que son 28- por los que se pretenden instalar en Garma Blanca, se pasaría de una potencia de 23 megawatios, a 110.
¿Qué razones hay a favor del desarrollo eólico en Cantabria?
Principalmente está la cuestión de utilizar energías limpias e ir desterrando progresivamente los combustibles fósiles, aunque en el caso de la energía eólica hay que sumarle que es el tipo de energía que menor impacto tiene sobre el medio ambiente al no requerir procesos de combustión.
Pero tampoco puede quedar en balde la parte económica. Y es que los parques eólicos tienen un arrendamiento anual que, por ejemplo, en el parque de Garma Blanca, llevaría a las arcas públicas unos 267.000 euros al año. Además, también hay que contar con el pago puntual del impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO) que, utilizando de nuevo el ejemplo de Garma Blanca, supone 1,23 millones de euros directos.
¿Y qué razones hay en contra?
Uno de los motivos que alegan las asociaciones ecologistas es el hecho de que, en lugar de ir cambiando el modelo energético de forma progresiva, se esté optando por los macroproyectos empresariales, y, en el caso de la energía eólica, apuntan, se está tratando de implantar en el norte de España de forma masiva, lo que está comenzando a provocar una 'burbuja' en el sector.
Además, ya se ha alegado desde varias organizaciones y partidos políticos la necesidad de un Plan Regional de Ordenación del Territorio (PROT) que dé ciertas garantías sobre los lugares donde se deberían instalar estos aerogeneradores.
Por otro lado, y quizá el motivo que más mueve a los contrarios a los parques eólicos es el impacto ambiental que provocan estos molinos ya que, para ellos, la solución de la crisis climática no puede ir en contra de la protección de la biodiversidad que, además de afectar a animales y plantas, provocaría la pérdida total de los Valles Pasiegos y con ello, parte del patrimonio identitario de Cantabria.
Pero el impacto también es visual y sonoro, lo que además de perjudicar al entorno, repercutiría en que estas zonas se despoblen aún más -y se devalúen las viviendas de aquellos que viven en la zona- y en el turismo, una de las grandes fuentes de ingresos de estos lugares junto a la ganadería extensiva, que también se vería afectada.
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