El PP mantiene en Cantabria el calendario escolar bimestral no ligado a festividades religiosas que criticaba desde la oposición
Corría el año 2016. Cantabria implantó un modelo de calendario escolar revolucionario en el que no se seguía el habitual reparto por trimestres, sino que contaba con una semana de descanso cada dos meses lectivos independientemente de las festividades religiosas. El PP, entonces en la oposición, arremetió con dureza contra la iniciativa impulsada por el titular de Educación, el entonces consejero socialista Ramón Ruiz.
“Es una imposición sin justificar, una mala copia de los existentes en algunos países europeos, donde no hay vacaciones cada dos meses de periodo lectivo, sino semanas de actividades extracurriculares ligadas a los centros”, criticaba entonces el grupo popular. “Ruiz ha enfrentado a familias y profesorado, ha mercadeado posteriormente con las soluciones ofrecidas a los padres, y se ha justificado en unas ventajas pedagógicas que el Consejo de Colegios de Pedagogos no ve”, decía la entonces diputada del PP, Mercedes Toribio.
Pero la crítica fue todavía mayor cuando en el curso 2017-2018 la Semana Santa no coincidió con la semana de descanso del calendario bimestral y hubo que suprimir las vacaciones y trasladarlas a mayo. “El Gobierno de Cantabria [entonces integrado por PRC y PSOE] está creando problemas donde no los hay”, señaló el PP sobre la eliminación de ese periodo vacacional en fechas religiosas, reclamando incluso la intervención del entonces presidente, Miguel Ángel Revilla: “No puede ponerse de perfil ante la última ocurrencia del consejero de Educación”, exclamó Toribio.
En ese contexto, el PP fue más allá de la discrepancia y reclamó en el Parlamento autonómico la anulación del calendario y la vuelta al tradicional trimestral, argumentando que suponía “incrementar la presión sobre los escolares, que rompía la continuidad pedagógica y que complicaba la conciliación”.
Así, el PP pidió en la Cámara autonómica aprobar un calendario escolar “como el que tradicionalmente se venía desarrollando en Cantabria por trimestres y respetando las vacaciones de Semana Santa, dando así estabilidad a las familias y al propio sistema educativo”. “Es una tradición, no solo religiosa sino del sistema educativo, implantada desde hace décadas que para cambiarla se necesitan estudios que lo avalen y consenso”, expuso la diputada de la formación conservadora. No sirvió de nada, los populares se quedaron solos y su petición fue rechazada.
Ahora, siete años después, el PP gobierna en Cantabria en solitario -aunque sin mayoría absoluta- y no se ha planteado cambiar el calendario escolar bimestral. La Consejería de Educación, Formación Profesional y Universidades que dirige Sergio Silva (PP) aseguró hace unas semanas que “no se han presentado propuestas que rompan con ese modelo de calendario bimestral”. La conciliación, la tradición o los criterios pedagógicos a los que entonces aludieron los populares no se han cuestionado ahora.
De esta forma, este pasado lunes se aprobó el calendario para el curso 2024-2025 por unanimidad en la Mesa Sectorial de Educación, integrada por la Junta de Personal Docente y la Consejería de Educación. El curso arrancará el 9 de septiembre en Educación Infantil, Primaria y Especial, y el 8 de septiembre en Secundaria, Bachillerato y Formación Profesional. Y será bimestral como se viene haciendo en Cantabria desde el curso 2016-2017.
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