PSOE y Podemos: historia de una ruptura y su posterior alianza ¿de futuro?
- Hablamos con los dos vicepresidentes del Gobierno regional, de ambos partidos, para hacer balance y previsión de este acuerdo autonómico, único en el país
Una “tortura institucional”. Así definió el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el año ya finalizado en la región debido al complicado ejercicio político por el que ha atravesado la región. Después de que se convirtiera en papel mojado el pacto al que llegaron PSOE y Podemos en 2015 que le permitió ser presidente de la comunidad, tampoco los acuerdos puntuales funcionaron al arrancar el presente año. El pasado mes de abril, casi llegando al ecuador de la legislatura, la formación morada decidió votar en contra del proyecto de Presupuestos regionales de 2017. Con ello se abrió una de las mayores crisis políticas que ha habido en Castilla-La Mancha. Sin la mayoría suficiente, poco podían hacer los socialistas salvo prorrogar las cuentas públicas del año anterior e incluso barajar unas elecciones anticipadas.
Finalmente no fue así. A finales de julio, ambos partidos alcanzaron un acuerdo presupuestario para la aprobación de los presupuestos que incluyó la entrada de Podemos en el Gobierno: se convirtió así en el primer Ejecutivo autonómico del país formado por la coalición de ambos partidos. La formación morada asumió una Vicepresidencia y la coordinación del Plan de Garantías Ciudadanas, la propuesta que ellos mismos elaboraron y que es su ‘bandera’ de la legislatura.
El contexto desde entonces no ha sido fácil. El proceso independentista y las posteriores elecciones en Catalunya no han propiciado la afinidad entre ambos partidos a nivel nacional que sí parecía existir cuando Pedro Sánchez volvió a ocupar la Secretaría General del PSOE. Pero en Castilla-La Mancha, los cargos de las dos formaciones han insistido en encuadrar el acuerdo a nivel regional, aunque sin ocultar sus respectivos deseos de que pueda ser una fórmula para desbancar a Mariano Rajoy de La Moncloa.
A mediados de enero se cumplirán cinco meses de ese pacto y en eldiarioclm.es hemos hablado con los dos vicepresidentes de la Junta, de ambos partidos, para realizar un balance del mismo y también para vislumbrar su posible proyección de futuro. El año 2018 es crucial para multitud de leyes y políticas que necesitan esos votos para salir adelante. La 'prueba de fuego' de los Presupuestos del año que comienza ya se ha superado. ¿Qué sucederá después?
“Ha sido un año muy difícil del que creo que Castilla-La Mancha sale fortalecida, a pesar de que nos ha supuesto la pérdida de unos meses preciosos a la hora de poner en marcha la consolidación del proceso de recuperación general de la región”, comenta José Luis Martínez Guijarro, vicepresidente primero (PSOE). Sus principales elogios se centran en la figura de García-Page por haber demostrado “una capacidad política indiscutible y, sobre todo, por saber anteponer el interés general a cualquier otra consideración de orden personal o partidista”.
Para el vicepresidente primero, el Gobierno regional también ha demostrado que con “buena gestión” y cumpliendo además con el compromiso de déficit, “no se frenó la recuperación”, y en el último trimestre del año se han puesto en marcha casi todos los planes de inversión, de recuperación y de contratación previstos en sanidad, educación, bienestar social, agricultura, medio ambiente y empleo público.
Bajo ese contexto, califica la relación con Podemos de “correcta y fluida”. Reconoce que este partido también dio un paso importante, no solo por aceptar la invitación a formar parte del Gobierno, sino por “asumir la responsabilidad de desarrollar uno de los compromisos más fuertes y progresistas” del Gobierno, unos de los pilares del acuerdo de investidura, en referencia al Plan de Garantías Ciudadanas. Destaca así el objetivo común de los dos partidos: “gobernar para la gente y apostar por la recuperación económica, social e institucional” de la región. “No somos del mismo partido, ni pensamos igual en muchas cosas, pero en lo esencial, dos partidos de izquierdas siempre pueden ponerse de acuerdo. Y lo esencial es resolver problemas sin dejar a nadie en el camino”, subraya.
Tras adelantar algunos aspectos fundamentales de la acción de gobierno para el nuevo año -como aumentar la actividad de las empresas para la creación de empleo, conseguir una financiación más justa y acabar con el expolio en la gestión del agua, entre otras-, el vicepresidente Guijarro se muestra optimista, aunque también prudente, sobre la posibilidad de que el pacto con Podemos pueda realizarse a nivel estatal. Según afirma, el acuerdo castellano-manchego demuestra que “con políticas realmente centradas en la gente, desde el respeto institucional y a la Constitución, podemos sumar esfuerzos y cambiar el signo de las cosas”.
“Podemos generar pactos con los empresarios y con los sindicatos, con la sociedad y con otros partidos políticos. España, desde luego, necesita gobernantes que piensen en la gente y no solo en mantenerse a toda costa; gobernantes que sepan gestionar los recursos para defender a la gente en los momentos más duros. Lo contrario es lo que ha hecho el Gobierno de Mariano Rajoy. En eso sí que podemos servir de ejemplo, porque hemos demostrado que con los mismos recursos se pueden implementar políticas diferentes. Es una cuestión de prioridad política”, concluye.
Coincide en casi todo con el vicepresidente segundo del Gobierno y secretario general de Podemos en Castilla-La Mancha, José García Molina, con solo un matiz: este último sí que piensa que existía cierta “parálisis” en la comunidad y que ha sido con la llegada de su partido cuando realmente “se ha pisado el acelerador”. García Molina destaca la gran prioridad del Plan de Garantías Ciudadanas, con el objetivo de sacar adelante la futura ley para su desarrollo, pero incide especialmente en el principal reto dentro dentro de sus competencias: la universalización de la participación.
Futura Ley de Participación Ciudadana
En este sentido, explica la importancia de poder sacar adelante las consultas ciudadanas, una acción en la que Castilla-La Mancha “apenas tiene experiencia” y que tomará forma con la futura Ley de Participación. Para el vicepresidente segundo, el mayor “escollo” será el técnico, de cara a conseguir unos futuros presupuestos regionales participativos tal y como ya se está realizando en algunas ciudades. Para ello, quiere presentar en breve una demostración experimental de la plataforma digital que servirá para este objetivo.
“Para ponerlos en marcha hay que tener en cuenta varios aspectos: cuestiones de carácter político, de carácter jurídico y de carácter técnico. Necesitamos esa plataforma de participación, sobre la que se han realizado numerosos estudios de código abierto, y que ya se utiliza en Madrid y Barcelona y permite replicar el modelo sin coste alguno. Estamos viendo cuál nos permitiría realizar todas las consultas. Pero lo estamos elaborando con mucha cautela porque esto debe ser algo que no se convierta en un problema y nos permita avanzar”, explica.
Y al margen de las medidas de esta acción de futuro, también considera fluida la relación entre ambos partidos y en particular con el vicepresidente primero. “No ha cambiado prácticamente la relación, porque es la persona con la que más me he comunicado a la hora de llegar a acuerdos, también cuando estaba en la oposición. Ahora nos peleamos bastante menos pero tenemos una relación fluida desde siempre”.
Su interpretación del pacto ejecutivo de los dos partidos es similar: “Yo creo que estamos cumpliendo con lo que dijimos: que queríamos entrar en el Gobierno para hacer nuestras políticas pero también para dar una cierta garantía y estabilidad”. ¿Y eso puede perdurar en el tiempo o estará sujeto a los Presupuestos de 2019, que además es año electoral? El líder de Podemos contesta haciendo alusión a dos planos o reflexiones, el primero de ellos el de los compromisos. “Nos gustaría acabar la legislatura porque se ha perdido bastante tiempo y quedan muchas cosas por recuperar y activar, pero también porque tenemos un plan que tiene que ver con la legislatura, como la futura Ley de Garantías y la implantación de la renta garantizada”. Recuerda que el desarrollo “de verdad” de estas políticas se verá en 2019.
Pero por otra parte, también alude al plano de las “coyunturas y de los momentos políticos”. “Puede que los manuales políticos digan que en algún momento hay que romper, por la proximidad de elecciones, pero yo creo que en Podemos hemos demostrado que no seguimos demasiado los manuales políticos”, subraya. Y concluye destacando, como Martínez Guijarro, que la fórmula también es viable para España. “Entre Podemos y PSOE hay diferencias, pero estamos bastante más cerca de lo que podemos estar con el PP y es nuestro aliado más natural (…) Me gustaría que el PSOE también estuviera en esa línea pero tienen que decidirlo ellos porque hay una cierta indefinición”.