Más que magia o ilusión infantil, lo que ha traído el nuevo circo con animales que esta semana se celebra en Guadalajara es una polémica política y social considerable. La decisión del Ayuntamiento de la capital alcarreña de autorizar al Circo Quirós su espectáculo entre el 10 y el 19 de marzo en El Ferial supone un incumplimiento de la moción que se aprobó en el Pleno de esta institución el pasado 28 de noviembre de 2016.
Esta iniciativa salió adelante con el apoyo de toda la oposición (Ahora Guadalajara, PSOE y Ciudadanos) y el voto en contra del PP, que gobierna la ciudad. La moción declaró a Guadalajara 'ciudad libre de circos con animales'. Con esta catalogación, la ciudad arriacense se sumó a las 359 ciudades españolas -entre las que se encuentran Madrid, Albacete y Talavera de la Reina- que tampoco permiten la instalación de esta actividad de ocio en sus municipios.
Fue Ecologistas en Acción la organización que propuso a todos los grupos municipales esta iniciativa, aunque fue Ahora Guadalajara quien decidió elevarla al Pleno. La moción, que prohíbe explícitamente la instalación de este tipo de circos en toda la ciudad, salió adelante porque Ciudadanos, partido que ostenta la llave de gobierno municipal, decidió respaldarla. Susana Martínez, concejal de Ahora Guadalajara, declara a eldiarioclm.es que “esto no es una batalla contra el circo tradicional; lo que queremos cuestionarnos es si necesitamos utilizar a los animales para divertirnos. No es imprescindible”.
Desde Ecologistas en Acción muestran su preocupación por la inminente llegada del Circo Quirós. “En la publicidad del circo se exhibe de forma evidente la actuación de animales tanto salvajes como domésticos. Por tanto, consideramos que dicha publicidad viola la decisión del Pleno y confiamos en que nuestro equipo de gobierno pondrá todos los medios a su alcance para garantizar que se cumple la decisión democráticamente aceptada en el Pleno” y que bajo ningún concepto permitirá la violación de la misma“, sostiene el comunicado remitido por la organización conservacionista.
Se da la circunstancia de que el Ayuntamiento autorizó con rapidez la instalación de este circo tradicional, nueve meses antes de que la moción saliera adelante. “Se dio el visto bueno sin que el equipo de Gobierno ni el alcalde Antonio Román nos informara y sin contar con la documentación mínima requerida, como es la licencia de tenencia de animales peligrosos, ni con los pagos, ni siquiera la confirmación de las fechas del espectáculo. Una autorización sin sellos, sin registro formal, que bien podría haber sido firmada en la servilleta de un bar”, asegura Susana Martínez.
Además, el Gobierno municipal no informó en su día a la oposición de la concesión de esta licencia, ni tampoco lo hizo durante la sesión en que la moción fue aprobada. Salió a la luz con posterioridad. “El alcalde ningunea los acuerdos del Pleno, a la ciudadanía y al funcionamiento democrático de esta institución”, recalca la edil de Ahora Guadalajara. Desde la oposición también critican que el Ayuntamiento no disponga de una regulación concreta que establezca el procedimiento sobre cómo autorizar o no un circo.
Sin apoyo normativo
El PP, que gobierna el Ayuntamiento de Guadalajara, tiene una opinión diametralmente opuesta a la oposición. El vicealcalde de Guadalajara, Jaime Carnicero, recalca que en Castilla La Mancha no hay una legislación que regule estos espectáculos con animales. “Por tanto, defender que se prohíban los circos con animales sin poderse apoyar en ninguna normativa no se puede plantear, ya que la moción no se sustenta en ninguna ley”.
En la actualidad, la región no dispone de una norma en materia de Bienestar Animal, que serviría para regular cuestiones como las condiciones de seguridad, el cuidado o las sanciones por maltrato o abandono contra los animales. En todo caso, la intención del Gobierno regional es tramitar en las Cortes el Anteproyecto de Ley de Bienestar Animal antes de este verano.
El objetivo de esta medida estriba en actualizar la obsoleta Ley de Protección Animal de 1990. Entre las novedades que presentará la nueva normativa, en principio en línea con las reivindicaciones que defienden las organizaciones animalistas, se encuentra precisamente prohibir la utilización de animales salvajes en los circos. Una limitación que adquiriría una dimensión autonómica y que sería de obligado cumplimiento para todos los municipios de Castilla-La Mancha. De este modo, ayuntamientos como el de Guadalajara no tendrían pretextos normativos para permitir la presencia de fieras en los espectáculos circenses.
Conciencia ecologista
La declaración de Guadalajara como 'ciudad libre de circos animales' se inscribe en un contexto nacional de mayor sensibilización hacia el mundo animal. Las entidades conservacionistas, como es el caso de Ecologistas en Acción en la provincia alcarreña, consideran que esta clase de eventos derivan en maltrato hacia los tigres, los leones y el resto de ejemplares que son habitualmente utilizados por sus responsables. Además, esta asociación recuerda que numerosos países y ciudades de todo el mundo ya han prohibido los animales en el circo, como Grecia, Austria, Suecia, Dinamarca, Hungría, Portugal, Perú e India.
Los empresarios del circo, por su parte, consideran que el veto de los animales puede suponer la puntilla a su negocio, ya de por sí mermado por la caída en la asistencia de público. “No pretendemos demonizar a los circos tradicionales ni a la gente que le gusta, pero creemos que otro tipo de ocio es posible en la ciudad. Un tipo de circo artístico en el que primen las habilidades humanas y artísticas”, puntualiza Susana Martínez.
El alcalde de Guadalajara ya advirtió en noviembre, cuando se aprobó la propuesta para impedir el circo con animales, que esta decisión “podría afectar” muy negativamente el futuro del minizoo de la capital alcarreña. “Todo lo que se dice en la exposición de motivos de la moción, relativo a los animales en cautividad, es extrapolable a esta instalación municipal”, aseguró entonces Román.
Ecologistas en Acción considera que con la presencia de animales en el circo “se saca a los animales de su hábitat natural o los crían en cautividad en condiciones totalmente artificiales, los fuerzan a vivir la mayor parte de sus vidas enjaulados o encadenados dentro de camiones que viajan cientos de kilómetros, y los obligan a realizar comportamientos impropios a su naturaleza bajo la amenaza constante de castigos”.
Además, esta organización considera que “los espectáculos en que los animales en cautividad son exhibidos y forzados a actuar no proveen valor educativo alguno a los niños, público mayoritario de estos espectáculos”. “No enseñan nada sobre su comportamiento natural y además ofrecen una visión de la realidad distorsionada. Mientras tanto, tigres, elefantes, jirafas, rinocerontes, leones marinos y muchos otros animales son condenados a sufrir una vida de hacinamiento, maltrato, estrés y frustración. Los elefantes suelen permanecer encadenados el 95% de sus vidas. Los tigres viven y son transportados en jaulas de 3x2 metros”, concluyen.