Una botella hallada en la zona donde aparecieron los cuerpos contiene perfil genético de Morate
Dos peritos del Laboratorio de Biología de la Unidad Central de Análisis Científico han confirmado que la boquilla de la garrafa de agua de Lourdes encontrada en una inspección ocular realizada en las proximidades del lugar donde se localizan los cadáveres de Laura del Hoyo y Marina Okarinska contiene perfil genético del acusado del doble crimen, Sergio Morate, con una probabilidad “un cuatrillón de veces” mayor que respecto de cualquier persona “elegida al azar”.
Tras subrayar que en un primer informe de los tres que obran en las actuaciones, fechado el 13 de octubre de 2015, no fue posible aislar un perfil genético del acusado dado que el grupo de inspecciones oculares de la Comisaría General de Policía Científica remitió a su laboratorio tan solo muestras obtenidas de un frotis del asa y el exterior de la boquilla, han agregado que en un segundo análisis practicado el 23 de noviembre de 2015 sí se consigue extraer perfil genético coincidente con el de Morate tras un análisis más exhaustivo en laboratorio.
No obstante, tampoco se logra aislar perfil genético identificativo del acusado en el exterior del recipiente, aunque ambas peritos han recordado que, en caso de haber un guante de goma, “no es posible obtener ningún resto”, a lo que se une que, tras análisis sucesivos, se pierde material susceptible de analizar. Respecto a los fragmentos de plásticos encontrados en la sepultura y la brida negra de plástico que el cadáver de Marina Okarinska tenía colocada, han aseverado que tras su análisis “no se consigue obtener perfil genético porque contiene muchos restos de putrefacción y barro adherido”.
Perfiles genéticos
Lo mismo ocurre con las muestras analizadas de un borde de maceta, una azada y un pico de hierro de los que se remiten muestras de la hoja y del mango. En el primero de los análisis, estudian también vestigios recogidos durante la autopsia de las fallecidas reciben, en concreto restos de la mucosa oral, músculo psoas, dedos pie derecho de Laura del Hoyo y mucosa oral, músculo psoas y dedos del pie con uña de Marina
Asimismo, logran obtener perfil genético de ambas víctimas en el Chevrolet Kalos propiedad de Laura tras analizar las muestras de volante, palanca de cambio y encontrar también varias colillas.
En el Ibiza rojo que, presuntamente, habría utilizado el acusado para trasladar los cadáveres de las dos víctimas hasta el paraje El Bodegón donde fueron localizadas se encontró perfil genético de Morate en volante y palanca de cambios y del propietario del vehículo, R.T., en una colilla. También se encontró un pañuelo en el que aparece un perfil de mujer que no coincide ni con Marina ni con Laura, así como una botella de plástico de la que tampoco se consigue aislar ADN.
El perfil genético de Sergio Morate también está presente en la muestra recogida de la linterna frontal encontrada en la finca de Chillarón, las muestras recogidas del volante, asientos y palanca de cambios del Opel Frontera que conducía habitualmente el acusado, así como sobre un pañuelo de papel, una camiseta y una sudadera.
En relación al Seat Ibiza que utilizó para trasladarse hasta Rumanía, se obtienen seis perfiles genéticos diferentes y dos mezclas de dos perfiles. En concreto, se aísla perfil genético de Morate en la palanca cambios, manilla interna de una puerta, cuatro botellas de plástico, tres chaquetas y asientos. También se obtiene ADN de Istvan Horvath en el tirador de la puerta derecha.
Muestras de cal y sangre
La perito responsable de analizar la cal viva encontrada en el lugar donde se encontraron los cadáveres ha informado de que no es posible asegurar con total certeza que las muestras comparadas de la muestra extraída de la cal de la fosa y la procedente de un saco de cal comprado en Arganda del Rey sean “idénticas en estructura” ni que exista una “correspondencia absoluta” algo que, “probablemente” ocurriría entre muestras obtenidas de una esquina a otra del mismo saco.
Por la sala de vistas también ha pasado una perito que estudió las muestras de sangre recogidas bajo las uñas de Marina y que, no obstante, no arrojó ningún resultado concluyente tras su análisis genético y no pueden asegurar que sea de la propia víctima o del exudado sanguinolento del cadáver. “Es probable que sea suyo, pero no lo podemos asegurar al cien por cien”, ha espetado, para, a continuación, afirmar que no es posible determinar tampoco el mecanismo por el que estas partículas se depositaron.