¿Ha pasado factura el incendio del vertedero neumáticos de Seseña al Gobierno de Castilla-La Mancha? ¿Se ha realizado una gestión adecuada? ¿Ha habido riesgo para la salud pública entre los habitantes de El Quiñón? ¿Cuánto costará a los contribuyentes la gestión de este siniestro y de sus consecuencias? El consejero de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo desgrana en una entrevista con eldiarioclm.es estas y otras cuestiones cuando se cumple un año del Ejecutivo de Emiliano García-Page y en un momento en el que, una vez extinguido el incendio, es fundamental la gestión referida al medio ambiente.
Cuando se va a cumplir un año del nuevo Gobierno de Castilla-La Mancha, ¿qué papel ha jugado el incendio de Seseña en el terreno medioambiental?
Ha sido una cuestión sobrevenida. Teníamos entre nuestros proyectos el documento elaborado para dar salida a los neumáticos con la empresa pública EMGRISA, y ahora se pondrá en marcha reciclarlos y su posterior reutilización por la Administración Pública. Cuando el incendio sucede, su gestión depende de la Consejería de Administraciones Públicas pero tiene un componente medioambiental muy importante, en cuanto a la gestión del residuo, la posible contaminación del suelo y el agua de la parcela, y la calidad del aire. La gestión ha sido muy positiva, ha habido una gran colaboración entre administraciones.
¿Cuáles son los pasos ahora?
Ahora nos enfrentamos a la gestión de los residuos: por un lado la reutilización de los neumáticos y por otro lado la restauración ambiental de la parcela. Estamos evaluando ambas áreas y va a suponer una parte importante de nuestra política de medio ambiente. Nos hemos comprometido también a hacer un plan de choque que permita eliminar todos los acopios de neumáticos que hay en Castilla-La Mancha y que esto no vuelva a suceder. Esto, al no estar previsto, trastoca las prioridades y los planes en materia de medio ambiente y nos obliga a hacer un esfuerzo adicional. Ha hecho que se retrasen y pospongan otras cuestiones porque la emergencia va primero.
Desde los colectivos ecologistas se ha alertado de niveles muy altos de contaminación. Concretamente de benze(a)piremo, con carácter cancerígeno. Según según informes de calidad del aire, ha superado los límites establecidos. ¿Se han tomado las medidas adecuadas teniendo en cuenta estos datos?
Lo que ha sucedido es que en determinados momentos, las estaciones que están midiendo la calidad del aire que están en El Quiñón han detectado una concentración superior a la habitual de determinadas partículas. El benzeno es una de ellas. También ha habido concentración de hidrocarburos policíclicos aromáticos y con esos picos superiores a lo normal es cuando hemos tomado decisiones de confinamiento, evacuación o cierre de centros escolares. Todas las concentraciones que se han registrado están dentro de la legalidad. Aquí podríamos entrar en el debate de si nos gusta más o menos la normativa europea. La calidad del aire que se ha estado respirando en Seseña no es la mejor pero está dentro de los parámetros legales, incluso dentro de la normalidad. En otros sitios, en concentraciones urbanas e industriales, se alcanzan concentraciones muy superiores muchos más días al año. Por tanto, reconociendo el problema, el enfado y la preocupación de los ciudadanos, creo que las decisiones siempre se han tomado con total base técnica y con información muy sólida.
En uno de esos informes mencionados, se apunta también a picos puntuales PM10, referentes principalmente a polvo y cenizas. ¿Esto tampoco ha supuesto ningún riesgo?
Ha habido tres picos puntuales. Esas partículas que menciona, el benzeno en todas sus formas y los hidrocarburos policíclicos. Pero insisto, siempre dentro de parámetros legales. Evidentemente, cuando el viento ha impactado directamente contra las estaciones de medición y los bloques residenciales y había una combustión importante, se han marcado esos picos y ha habido una concentración de olor que no era agradable.
¿Cuándo habrá una evaluación ambiental definitiva?
Estamos por un lado analizando la calidad del aire permanentemente y a la vez hemos creado un comité de expertos que servirá de asesoramiento para la toma de decisiones. Aparte, estamos estudiando el impacto que ha tenido el incendio en forma de cenizas o posible contaminación del suelo y del agua en la parcela y alrededor de la misma. Cuando finalicemos ese estudio, tomaremos la decisión de cómo descontaminamos y restauramos esa zona. Esto se puede hacer en paralelo a la retirada de neumáticos, que tienen que salir descontaminados, lo cual no es fácil. A partir de entonces se encargarán de ellos dos gestores autorizados, uno en Campo de Criptana (Ciudad Real) y otro en Chiloeches (Guadalajara).
No volverán a acumularse en otro sitio otra vez...
No, son gestores que están obligados, por la propia normativa, a su reciclado, y se van a encargar de triturarlos para posteriormente reutilizarlos en la generación de combustible destinado a la administración, tal y como aparece en el plan con EMGRISA.
El coste y la ¿catástrofe?
¿Se mantiene la previsión de unos 4 millones de euros del coste del programa de reciclado?
Sí, en ese coste incluimos el reciclado, pero también el de todos los acopios de neumáticos que hay Castilla-La Mancha a los que se les va a dar el mismo uso. Luego hay que añadir otro coste, de un millón o millón y medio de euros, que supondrá la restauración de la parcela y la eliminación del resto de residuos consecuencia del incendio.
Lo cierto es que muchos hablan de una de las mayores catástrofes ambientales de España. ¿Se ha valorado así desde la Junta y se ha actuado en consecuencia?
Evidentemente, ha sido una situación difícil, se ha generado un problema medioambiental y ha habido contaminación atmosférica, sin duda. No hay que negarlo. No sé si catástrofe o no y si ha sido de las mayores... Yo creo que en España ha habido hechos mucho peores en ese sentido…
Hay quien lo ha comparado con el vertido del 'Prestige'…
No es comparable, y además hay que poner en valor que en este caso ha habido una gestión adecuada. Entendiendo que el aire no ha sido el adecuado y era difícil respirarlo por su olor desagradable, basta con comparar lo que ha sucedido con otros incendios de esta magnitud en otros países. No ha habido ninguno que se haya conseguido apagar en 23 días. El hablar de catástrofes a mí no me gusta, se alarma a la población y eso no es necesario. Hay que resolver el problema de los ciudadanos y eso este Gobierno lo ha hecho.