No será “de oficio”: Sánchez-Albornoz tendrá que solicitar a Paradores los cuadros que el franquismo robó a su padre
Finalmente no se tramitará “de oficio”. El historiador Nicolás Sánchez-Albornoz deberá tomar la iniciativa si quiere recuperar los dos cuadros que un comando franquista expolió a su padre después de la Guerra Civil y que entregó al Parador de Almagro (Ciudad Real), donde actualmente están colgados. El Gobierno abre la puerta por primera vez a que estas dos obras se devuelvan al historiador en virtud de la nueva Ley de Memoria Democrática, pero delega esa responsabilidad en Turespaña, propietaria de Paradores, que actuaría únicamente si así lo solicitara su legítimo propietario.
Los dos cuadros están atribuidos al pintor barroco Felipe Diricksen (San Lorenzo de El Escorial, 1590-Madrid, 1679). Los protagonistas son una dama y un caballero, fechados en los años cuarenta del siglo XVII, con el arte del retrato revolucionado tras la llegada de Velázquez a la corte de Felipe IV, en Madrid. Una de las pinturas de Diricksen decora una pared de uno de los pasillos del antiguo convento franciscano transformado en hotel y la otra preside uno de los salones que se alquilan. Estos dos lienzos de casi dos metros de altura los recuerda el historiador adornando el despacho de su padre, Claudio Sánchez-Albornoz (1893-1984), también historiador y presidente de la Segunda República en el exilio.
La respuesta del Ejecutivo de Pedro Sánchez a este expolio proviene de las preguntas parlamentarias realizadas por el senador de Compromís Carles Mulet en referencia a la información adelantada a finales de año por elDiario.es. Mulet recuerda que el historiador desconocía hasta hace poco la ubicación de estos dos cuadros y pregunta al Gobierno sobre las medidas que adoptará para “retornar a sus legítimos propietarios todos los bienes incautados por el franquismo”.
El Gobierno responde que Paradores de Turismo no tiene constancia de que se haya interpuesto ninguna reclamación administrativa en la que se solicite restituir las dos piezas de la colección artística, siendo “el titular de dichas obras” el Instituto de Turismo de España (Turespaña).
“Las medidas que adopta Paradores de Turismo de España con respecto a la restitución de bienes incautados por el franquismo son aquellas que dicta la Ley, facilitando la información disponible para la realización de los informes técnicos y jurídicos pertinentes para que se puedan resolver las posibles reclamaciones administrativas”, añade.
Pero ante esta infructuosa respuesta por escrito del Gobierno, el senador de Compromís insistió al Ejecutivo. Preguntó si Turespaña había realizado algún trámite al respecto o si la Administración General del Estado conoce la reclamación de la familia. En este caso, el Gobierno da un paso más allá al afirmar que los cuadros “podrían identificarse” con los dos pertenecientes a Claudio Sánchez-Albornoz que se encuentran ubicados en el Parador de Almagro.
A este respecto esgrime que el el artículo 31 de la Ley de Memoria Democrática dedicado a las reparaciones, recoge el asunto de las incautaciones de bienes y sanciones económicas y el derecho al resarcimiento de los bienes incautados. Precisamente, ahí se establece que será la Administración General del Estado la que realizará las acciones necesarias de investigación de las incautaciones producidas por razones políticas.
En manos de la familia
Pero a renglón seguido, argumenta que los posibles interesados tendrían que dirigirse oficialmente a Turespaña explicando su interés y acreditando la propiedad de los cuadros por parte de su padre, la incautación de los mismos y su condición de heredero de todos los bienes de su ascendiente. Es decir, lo deja en manos de la familia.
El senador Carles Mulet, quien dedica buena parte de su actividad parlamentaria a rastrear, identificar y hacer cumplir la nueva legislación en cuanto a vestigios franquistas y bienes incautados, ha lamentado “la falta de iniciativa y empatía” del Gobierno a la hora de devolver estos bienes robados. “Como siempre, ha de ser la persona afectada quien en solitario inicie esa batalla, porque el interés del Gobierno es cero. Por lo menos en esta segunda respuesta ya abren alguna puerta, pero la inactividad deja mucho que desear”.
Explica a elDiarioclm.es que el hecho de que sean las propias familias o, en otros casos, los ayuntamientos o asociaciones, quienes inicien las peticiones, provoca que se lleven a cabo procesos “sin garantías”. “Al no actuar de oficio, denota una falta total de compromiso con determinadas cuestiones relacionadas con la memoria democrática”, subraya Mulet, poniendo como ejemplo el hecho de que hoy se realice la exhumación de Primo de Rivera, como otro “golpe de efecto”, pero en otros casos haya que ir “pueblo por pueblo” identificando vestigios del franquismo o bienes saquedados.
Por su parte, fuentes de Turespaña, gestora de Paradores, explica a este medio que ni este organismo ni en la Secretaría de Estado de Turismo consta petición alguna de los interesados sobre este tema. “Por este motivo, Turespaña no puede entrar a valorar ni pronunciarse sobre un tema del que no tenemos información ni petición al respecto”, añaden.
No hay ley castellanomanchega que lo agilice
Además, en el caso de los cuadros colgados en el Parador de Almagro, tampoco existe una ley castellanomanchega de memoria que garantice su devolución a la familia, como sí hay en otras comunidades autónomas, “incluso más avanzadas que la ley estatal”. Esto supone una labor de rastreo y peticiones a los ayuntamientos que no siempre realizan, mientras el Gobierno sigue preparando el catálogo de símbolos y vestigios con el objetivo de acelerar el proceso, pero para el que la normativa no establece ningún plazo.
La vida del padre de Sánchez-Albornoz ha sido objeto de adaptaciones cinematográficas, porque tras regresar del exilio en 1940 con sus hermanas a España fue condenado a trabajos forzados en Cuelgamuros, acusado de participar en la Fundación Universitaria Escolar (FUE). Su fuga del Valle de los Caídos fue reconstruida por Fernando Colomo en Los años bárbaros (1998). Luego llegó la democracia, el final del exilio y la falta de información. No sabían dónde estaban sus bienes robados.
Estos dos cuadros no son la única polémica relacionada con la memoria democrática en Almagro. También a iniciativa del senador Carles Mulet, el Ayuntamiento de esta localidad inició los trámites para quitar el gran escudo franquista que aparece en una composición cerámica que se realizó para conmemorar el Corral de Comedias como monumento histórico-artístico en 1955.
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